Yo no soy barinólogo, por Beltrán Vallejo
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Ahora todo el mundo tiene sabiduría sobre lo de Barinas. Ahora todo el mundo es analista, táctico y estratega con marca barinesa en la frente. Ahora todo el mundo tiene moral para hablar sobre Barinas. Por mi parte, que creía haber visto todo en materia electoral contra el chavomadurismo, ni sé qué decir sobre Barinas, porque ese resultado rompió todas las audacias y todas las épicas que se ha vivido hasta ahora.
El mundo de los venezolanos es tan bizarro que los que más están parloteando sobre Barinas son algunos actores de la inmoralidad política que ahora se dan el tupé de dar consejos, recomendaciones y luces, y ni una pisca de autocrítica; la soberbia y el caradurismo, palante; y con eso me refiero a las últimas declaraciones del inefable Claudio Fermín y su pobresía de 5 mil votos que fue a sacar en esa su triste aventura barinesa, pero que ahora se ha dado a la tarea de darle recomendaciones al victorioso Garrido. Yo creo que por los lados del PSUV habrá alguien que estará diciendo estas palabras: “¡Carajo, ese negro nos estafó!; no nos hizo el trabajo y se cogió los reales”.
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De que hay lecciones emanadas de la épica barinesa, hay lecciones; pero también es cierto que hay mucha hipocresía en algunos discursos que andan por ahí; y por supuesto, también el poder es hablador y mentecato sobre lo de Barinas, y con eso me refiero al perdedor Arreaza que por un lado dijo aceptar la derrota pero al otro día salió con algunas amenazas, para decir algo, y hasta diciéndole al ganador que el pueblo “Barinés no está solo”; mayor estupidez, imposible.
El PSUV, por los vientos que soplan, no entiende lo que pasó allá o se hacen los locos; su megalomanía y soberbia dictatorial les impide admitir su desastre no sólo en Barinas pues, como nunca en más de 20 años de estafa y que revolucionaria, los estados llaneros están alzados, casi a niveles zulianos y margariteños, pues no sólo es apreciable lo de Barinas, también ahí está Cojedes que la perdieron, un Apure que lo arrebataron porque perdieron ahí también, un Portuguesa que no pierden por la división, un Guárico igual, y en todas esas zonas perdieron importantes municipios.
Entonces, lo que ha pasado en la Venezuela adentro, como Barinas, el PSUV no ha logrado tragárselo y ya está viendo que su control de Caracas no será suficiente para frenar la inmensa ola de ese mar llamado cambio.
Pues para considerar esa perspectiva, a los expertos y líderes capitalinos les falta humildad para entender que, así sea Caracas la capital, ella no es toda Venezuela ni es toda la venezolanidad. Yo no soy barinólogo, pero sí entiendo algo sobre la necesidad de que para este año y los que vienen dejemos de “caraqueñizar” la estrategia política.
Recuerdo que cuando surgió la tragedia llamada Chávez se iniciaba un dinámico proceso de descentralización marcado por el surgimiento de destacados liderazgos regionales, tales como el caso de Tablante en Aragua, Andrés Velásquez en Bolívar, Ramón Martínez en Sucre, Cartay en la misma Barinas, Salas Römer en Carabobo, Macario en Lara, entre otros.
Sin caer en la barinología de algunos que sobredimensionan lo que pasó allá y otros que minimizan aquello, de unos que argumentan que Maduro ya está derrotado y otros que creen que Maduro regaló Barinas, creo más bien que se debe escuchar y acompañar en sus luchas al venezolano variopinto desde Macuro hasta la Guajira.
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