Rusia elimina a España en los penales
Akinfeev se erigió el héroe de los rusos al detener dos lanzamientos a Koke y Aspas
La selección española de fútbol se marchó de Rusia 2018 ante la anfitriona en los octavos de final del Mundial este domingo, tras caer en los penaltis (3-4 y con 1-1 en 120 minutos) del Luzhniki de Moscú, un choque en el que España fue otra vez incapaz de sacar su mejor versión, ni una al menos notable para despachar a un rival menor que avanzó con los fallos de Koke y Aspas en la lotería de los 11 metros.
España se marchó de nuevo sin pena ni gloria, como le ocurrió en Brasil 2014 –fase de grupos y en la Eurocopa de 2016 –también en octavos–. El lado amable del cuadro se le atragantó a la Roja, que se encontró con un gol en propia para ponerse por delante a los 10 minutos, pero que nunca logró sacar a relucir sus virtudes. Las que hace 10 años enamoraron precisamente ante Rusia y culminaron en victoria la Euro de 2008.
Una fórmula que revitalizó Julen Lopetegui, pero que a dos días del Mundial sufrió el terremoto de su destitución, con su contratación por el Real Madrid. En ese alambre se movió España, sin jugar al fútbol y sobreviviendo en la fase de grupos hasta hincar la rodilla ante Rusia, el rival deseado. El 1-0 no dio confianza ni ritmo a los de Fernando Hierro. Isco montó la guerra casi en solitario, como en todo el Mundial, y España se durmió, con un 1-1 ya al descanso. Ni ritmo ni ocasiones, tampoco en el rival, hasta llegar a la lotería de los penaltis que sonrió a Rusia.
Ahí pudo apuntarse el tanto David de Gea, el más criticado de estos 15 días, pero no trajo ese guion el Mundial para España. Koke y después Aspas fallaron sus lanzamientos, para poner fin a una racha de 23 partidos sin perder. La campeona del mundo en 2010 se marchó de nuevo de vacío en una gran cita, ante un rival que se frotó los ojos para dar crédito a verse en cuartos de final, donde se medirá ante Croacia o Dinamarca.
Hierro terminó moviendo piezas, no la del portero, y sí sacando a Iniesta del once, por Asensio, lo más destacado más allá de devolver a Nacho al lateral derecho o a Koke junto a Busquets. Un movimiento arriesgado, que redobló el brillo de Isco, pero que también le dejó solo en la creación de fútbol. Por momentos, España pensó que ni siquiera le iba a hacer falta, pero sí.
Stanislas Cherchesov sacó una línea de cinco atrás, sacrificó a Cheryshev, y dejó el primer tiempo a merced de la voluntad española. Un destino en manos de Isco, el único que sobre el césped parecía disfrutar del escenario y tirar de una España que se encontró con el gol, regalo desafortunado de Ignashevich.
Sobre esa mínima ventaja quiso recuperar la confianza perdida en la fase de grupos la triple campeona de Europa. Minimizar errores, asegurar pases y encontrar una tranquilidad casi inesperada, solo rota por los destellos de Isco. El malagueño apareció por todas partes, pero no logró conectar con Silva y la novedad Asensio.
Rusia firmó el primer disparo en el Luzhniki, por medio de Golovin, y antes del descanso encontró petróleo en una mano de Piqué dentro del área. Dzyuba, protagonista del remate en el córner, se encargó de convertir el penalti que devolvía a España a sus fantasmas. Antes del intermedio, Costa recibió el primer balón al desmarque, gracias a Nacho, para dar a conocer a Akinfeev.
En la reanudación, Rusia volvió al bloque sólido atrás, con la bola en el tejado de España, apostando por la salida a la contra con la entrada de Cheryshev y Smolov. Sin embargo, siguió incapaz de inquietar al meta ruso, sin llegadas hasta una asociación de Costa e Isco ya tras 15 minutos de segunda mitad por los mismos derroteros que la primera. La gasolina comenzó a fallar y, sin claridad de ideas, saltó Iniesta para tratar de enseñar el camino.
Algo menos de media hora por delante, con los rusos en su campo y España incapaz de encontrar un hueco en la maraña. No arriesgó la campeona del mundo en 2010, para no regalar esa contra rival, pero tampoco tuvo ritmo en la conexión. Sí insistió, mientras Hierro agotaba la apuesta ofensiva con Aspas, aunque por Costa, para hacer replegar hasta su área a la anfitriona.
Un tiempo extra de piernas cansadas, de un rival encerrado y renunciando al ataque, mientras los de Hierro gastaban los minutos en una posesión sin intención ofensiva. Un disparo lejano de Asensio, antes de dejar su sitio a Rodrigo, y un remate flojo de Piqué fue lo destacable.
El segundo capítulo de la prórroga dejó una gran carrera y disparo de Rodrigo, y la opción de Carvajal en el rechace, además del intento de aliarse de nuevo con el VAR en una jugada que Ramos reclamó penalti, pero el destino llamaba a David de Gea. En manos del meta del United, irónicamente. No tuvo opción de sacar a España del lío, viendo a Akinfeev deteniendo los disparos de Koke y Aspas. Un final de azar, con el que quizá jugó en exceso para despedirse del Mundial, y en el que seguro es el adiós de algunos como Iniesta y Piqué.