Pizarro: el Niño Jesús no nos traerá el regalo de sacar a Maduro
En el foro organizado por la Fundación Espacio Abierto los jóvenes dirigentes señalaron que no había vía rápida para salir de Maduro y que había que buscar la manera de dividir al Gobierno
Recuperar la unidad y hacerla más amplia, no responder siempre de la misma manera al Gobierno, buscar la forma de dividir a la coalición gobernante y tener claro que no hay vía rápida para salir de Nicolás Maduro, fueron parte de las consideraciones hechas por Manuela Bolívar, Stalin González, Lustay Franco y Miguel Pizarro.
Los cuatro participaron en el foro “Jóvenes dirigentes y la situación nacional, organizado por la Fundación Espacio Abierto y la colaboración de radiocomunidad.com y TalCual, en el cual estos militantes de Voluntad Popular, Un Nuevo Tiempo, Acción Democrática y Primero Justicia, expusieron su visión del momento político del país.
Los cuatro parecen tener claro que hay que revisar la manera cómo se le ha respondido al Gobierno, y dieron la impresión que entre ellos hay una buena cantidad de puntos que los unen a la hora de realizar su activismo político.
Gobierno totalitario
Manuela Bolívar, diputada y militante de Voluntad Popular dijo que había que tener claro a qué se enfrentaba la mayoría de los venezolanos. Ella no tiene dudas: el de Nicolás Maduro es un gobierno totalitario, que está en su momento más débil, pero que viene empleando con habilidad los mecanismos para generar desconfianza entre sus opositores.
El miedo, dice Bolívar, puede servir para la desmovilización o, también, ser un detonante para la acción. Maduro no tiene dinero, “ni lo va a tener”, y tampoco cuenta con el respaldo de los venezolanos. Asegura que el hambre que se vive en el país no es una casualidad, es un mecanismo que evita que se teja la solidaridad entre los venezolanos, algo que beneficia al Gobierno.
Cree que hoy se necesita más organización que nunca, y esa organización no es solo la que conforma un partido político, sino todas las diversas maneras que tiene la sociedad de organizarse, desde las juntas de condominio hasta los gremios empresariales o los sindicatos, hay que sumar la mayor cantidad de voluntades, en opinión de Bolívar.
Dicho lo anterior, precisó que no cree en la cohabitación con el chavismo, pues un movimiento totalitario como el que encabeza Nicolás Maduro lo que busca es eliminar al adversario, “por lo que no hay posibilidades de coexistir”.
Dividir al Gobierno
Para el diputado e integrante de Un Nuevo Tiempo, Stalin González, la oposición ha leído, reiteradamente, mal al Gobierno y, por lo tanto, sus respuestas han sido equivocadas. Cree vital la unidad, pero no la circunscribe a la Mesa de la Unidad Democrática, ente de quien se dijo defensor, sino que debe ser una alianza lo más amplia posible en la que haya espacio para el chavista disidente.
Otro aspecto a recuperar, ligado al anterior, es el de dotarse de un discurso coherente, a lo que une la falta de credibilidad del liderazgo opositor, algo que no van a revertir porque se sienten juntos. La unidad que plantea va más allá de los partidos y cree que el Frente Amplio fue una buena iniciativa, que estima no va a poder funcionar eficientemente, si los líderes de los partidos no se convencen de su necesidad, algo que al parecer no ha ocurrido.
Las protestas se multiplican por todo el país, pero no están articuladas, dicen algunos dirigentes de oposición sobre su falta de efectividad contra Maduro. González cree que es necesaria su articulación, pero rechaza que algún dirigente partidista se presente en una de esas protestas con pretensiones de protagonizarla. “Organizar no es protagonizar”, precisa.
Además de denunciar el desastre que significa el gobierno de Maduro, el diputado de UNT considera vital presentarle a los venezolanos un plan alternativo. No es necesario que sea muy detallado, pero sí que contenga las premisas fundamentales de lo que haría la oposición de llegar al gobierno. “20 líneas que nos unifiquen”, apuntó.
Algo en lo que la oposición debe emular al Gobierno es en su capacidad de dividir. Un paso inicial, que plantea González, es hacer atractiva a la oposición, algo de lo cual está muy lejos en estos momentos, pero hay que incidir en temas que están generando enfrentamientos entre el chavismo como el Arco minero de Guayana o las medidas económicas anunciadas por Maduro el pasado viernes 17 de agosto. “Cómo aprovechar esas diferencias es el debate”, puntualizó.
Nueva narrativa
Hay que elaborar una nueva narrativa, porque la que se ha tenido hasta ahora no ha sido asimilada por una parte importante de los venezolanos, afirmó Lustay Franco, dirigente juvenil de Acción Democrática, quien recordó que Caracas no es Venezuela.
Estima fundamental lograr que la gente que no puede desayunar relacione ese hecho con la prisión de Juan Requesens, agregando que, si se siguen haciendo las cosas de la misma manera que siempre, los resultados serán los mismos. Estimó que la Mesa de la Unidad ayudó a avanzar, pero hay que reflexionar sobre lo ocurrido en los últimos tiempos.
No hay vía rápida
El diputado Miguel Pizarro no cree en el Niño Jesús, por lo que no espera que la salida de Nicolás Maduro vaya a ser un regalo que encontrarán los venezolanos una mañana al despertarse. Estima que un primer paso que hay que dar es recuperar la sindéresis dentro de la oposición, en clara referencia a lo ocurrido esta semana, al conocerse el anuncio del llamado Tribunal Supremo de Justicia en el exilio sobre Henrique Capriles.
Este militante de Primero Justicia, cree que todos son necesarios, tanto los que están en el país como los que han sido obligados a abandonarlo. Está dedicando buena parte de su esfuerzo a promover y organizar la lucha de los vecinos de Petare por el agua, el gas, la electricidad o la comida. Está convencido de que la lucha reivindicativa es vital.
Le parece un error decirle a la gente que la salida de Nicolás Maduro está a la vuelta de la esquina, error que reconoce haber cometido. Es de los que cree que las rutas rápidas solo le han traído retrocesos a la oposición y recordó episodios como el golpe de abril de 2002, el paro petrolero, el retiro de las elecciones parlamentarias.
Entre los políticos opositores de su generación, hay buena comunicación, apuntó, agregando que están allí para ejercer la política y que no son muchachos de mandado.