Cuentos sin memoria, por Naky Soto
Violando el artículo 237 de la Constitución, Nicolás presentó su ensayo de Memoria y cuenta de 2017 ante la ANC y no ante la Asamblea Nacional, la legítima representación legislativa de todos los venezolanos. Pero Nicolás arrancó calificando el acto de este lunes como oportunidad única “frente a esta milagrosa y pacifista ANC”, considerándola un privilegio para el país por ser “la aportadora (sic) que puede transformar esta realidad». Resumió al 2017 como el año heroico, por haber superado “120 días de terrorismo comunicacional, de cerco internacional»; también lo calificó como un año de avances sociales, un año de los Clap y el año del nacimiento de la esperanza del pueblo por el carnet de la patria. Destacó los 6 aumentos salariales del año pasado como un logro, acusó a los partidos Primero Justicia y Voluntad Popular de ser «grupos fascistas, terroristas, fuera de la ley», asegurando que la oposición trama una jugada para retirarse de las elecciones presidenciales; además de afirmar que el 18 de enero le darán la última oportunidad en Dominicana. Signó al 2018 como el año para defender el futuro.
Al costo que sea
No dio cifras del PIB ni del aumento de precios. A pesar de los fracasos acumulados por el Indepabis, la Sundecop y la Sundde, Nicolás vuelve a apostar por el control de precios, exigiendo la aplicación de la Ley de Precios Acordados y cualquier otra acción que obligue a los empresarios a bajar precios, colocando el centro de la falaz guerra económica en los aumentos de precios que buscan crear una «situación explosiva». Para Nicolás, el ingreso se vuelve sal y agua porque empresarios y comerciantes aumentan los precios: «Hijos de su gran madre, recibirán la furia de Dios», fue una de las frases que les dedicó, advirtiéndoles sus planes para que después no digan que se trata de una persecución política. Su audiencia coreaba: «Maduro, dale duro». Anunció reunión con los industriales para “leerles la cartilla»; prometió la regularización inmediata de todos los precios de todos los bienes, enfatizando que cualquier aumento de precio en adelante solo tiene una justificación política y zanjó el tema diciendo: «Vamos a tener al costo que sea necesario una victoria frente a la guerra de precios».
El oro negro, las remesas
Con ese ejercicio de negación frente a la hiperinflación que pretende controlar con más controles, no debe extrañarnos que sobre Pdvsa y su producción hiciera menciones políticas (rememorando el paro de 2002 y la conspiración que se supone explica la corrupción reciente) antes que presentar algún dato que explique el desmantelamiento de la principal industria del Estado. Por eso tuvo mejores energías para agradecer a los 50.000 mineros que atendieron el llamado de la criptomoneda que es un bono de deuda, para repetir que cada Petro estará respaldado por un barril de petróleo y para finalmente anunciar la entrada en funcionamiento del nuevo Dicom -ofreciendo garantías a las personas que envían remesas- y al minuto siguiente demandar a su equipo trabajar duro para capturar esas remesas.
Pura propaganda
«Bajamos el desempleo a 6 puntos, estamos cerca del empleo total», dijo justo antes de afirmar que es un récord mundial, aunque más tarde reportaría un «una leve caída del empleo formal». Informó de un 74.1% de inversión social, afirmando que Venezuela es el único país del mundo que ha logrado la distribución de la riqueza; ubicando la pobreza en 18,1% y la pobreza extrema en 4%. Debe ser por eso que le resultó coherente hablar de los 4 millones de hogares “protegidos” por un sistema de bonos. «No podemos aflojar en la meta», dijo para, en medio de una baja producción, repetir la fórmula de 70%-30%, ordenando que la mayor parte de los productos que generan empresas de alimentos y de artículos de higiene, vaya al sistema de distribución de alimentos Clap.
¿Y la ley del odio?
Si es por sus preceptos, Nicolás la violó varias veces, con el preocupante efecto de los vítores y aplausos de su audiencia. Exigió a todo el Poder Ciudadano (Fiscalía, Contraloría, TSJ y Defensoría del Pueblo) evaluar si los obispos Antonio López Castillo y Víctor Hugo Basabe cometieron delitos de odio en las homilías que ofrecieron en la celebración de la Divina Pastora, denunciando la “maledicencia y perversidad de los Obispos de la iglesia católica». Monseñor Basabe afirmó en su homilía: “No son ustedes muchachos los que tienen que irse, si alguien tiene que irse de Venezuela es el responsable de este desastre al que nos han conducido (…) Si alguien tiene que irse es quien es responsable de que miles de niños hayan atravesado el límite de la desnutrición severa por la persistencia de un modelo político negador de Dios y de la dignidad humana”. Para Nicolás, «nadie cree en los diablos con sotana» y sin embargo, les dedicó el momento estelar de su presentación.
En campaña
Aprobó Bs. 482.000 millones para uniformes de maestros y personal administrativo, además de firmar un plan de salud de los maestros que no explicó. Después de los bonos de Niño Jesús, Reyes y Embarazadas, Nicolás ofreció hoy unos “bonos protectores para la familia” -desde 2 integrantes hasta 10-, cuya escala arranca en Bs. 320.000 hasta un tope de Bs. 1,6 millones. Antes de hablar de recursos para surtir con métodos anticonceptivos las farmacias o gestar planes de orientación sexual en liceos y comunidades; antes de mejorar el sueldo de los médicos que atienden consultas prenatales y partos, Nicolás explicó que el bono de las embarazadas supondrá Bs. 700.000 mensuales durante todo el embarazo y un millón al momento del parto. Su sentido del humor alcanzó para asociar las barrigas de Darío Vivas, Pedro Carreño y Mario Silva, al plan de parto humanizado. Las parturientas recibirán más dinero del Estado por estar embarazadas que las doctoras que harán el control prenatal y atenderán los partos. Prometió también bonos para las personas con discapacidad,.ayudas para estudiantes universitarios, eso sí: con el carnet de la patria.
Todos estos bonos, que no se corresponden con la redistribución de ninguna renta sino que crea el BCV sin respaldo, solo generan más inflación.
…
Le alcanzó el bigote para denunciar «una crisis humanitaria espantosa» en Colombia, para llamar bandido al presidente Juan Manuel Santos y amenazarlo con el cobro que le hará la historia por los “10 millones de colombianos viven en el exterior». Repitió que Santos prohibió que salieran para Venezuela medicamentos para la diálisis.
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