Megaelecciones, ¿otro round entre Nicolás y Diosdado?
Autor: Sebastián Boccanegra
En el Consejo Nacional Electoral sus técnicos están que se jalan los cabellos ante la última ocurrencia de Nicolás Maduro, esa de que el 22 de abril hay que elegir a los diputados de la Asamblea Nacional, a los legisladores de los estados y hasta a los concejales.
Todos están conscientes que los lapsos no dan para ninguna de las elecciones planteadas, ni la presidencial, pero ahora todo se complica. Este fin de semana se tenían que inscribir Nicolás Maduro y quienes estuvieran dispuestos a competir con él. Para ese trámite, que además es sencillo, estaban preparados, además que todo indica que serán pocos los que lo hagan.
Pero inscribir candidatos a todos los cuerpos deliberantes del país no es cualquier cosa. Solo para la Asamblea Nacional son 165 diputados, con sus respectivos suplentes por estado y por cada partido. A eso hay que sumar los diputados a los 23 consejos legislativos que hay en el país, más los concejales para los 335 municipios que existen en Venezuela.
Las militantes del PSUV que dirigen el CNE han puesto a correr a todo el mundo, pues no pueden dejar de cumplir las órdenes recibidas, pero se están encontrando con la traba adicional de la molestia de los funcionarios de ese ente, como lo acaban de demostrar con una manifestación, porque sus salarios no les alcanzan para nada, y eso que son de los mejores pagados de la administración pública, lo que hace que la motivación por trabajar sea escasa.
Uno de ellos dijo que no ve ninguna razón para sacrificar tiempo y trabajar demás para resolver los pleitos que pueda haber entre Nicolás y Diosdado. Está convencido de que esas megaelecciones son un nuevo episodio en la pelea que mantienen ambos y él no tiene vela en ese entierro.
Hay otros que aseguran que esa convocatoria no tiene nada que ver con peleas internas, sino que simplemente le suben la apuesta a la oposición por no querer participar en las presidenciales y aprovechan para desalojarla de toda la institucionalidad política del país. No dudan que la relación entre Nicolás y Diosdado no sea buena, pero hasta el momento han logrado entenderse, pues están conscientes que dividirse sería fatal para ellos.
Lo que todos tienen claro es que dichas megaelecciones son otra violación a la Constitución, a las leyes y un empujón a la pérdida de valor del voto. ¿Qué es una raya más pal tigre?
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