45% de las periodistas venezolanas ha sufrido acoso sexual en las últimas dos decádas
58% de las entrevistadas señalan a sus superiores y compañeros de trabajo como los agresores. Para la Red de Periodistas Venezolanas y Medianálisis esto «desmitifica la idea de que el acoso es cometido por hombres “depravados” que no tienen ninguna relación con las víctimas»
45% de las periodistas venezolanas han sido víctimas de acoso sexual, por lo menos en las últimas dos decádas. Esta situación se acentúa contra las fotorreporteras que ejercen en el país, pues el 100% aseguró ser víctima de algún tipo de acoso, hostigamiento o agresión sexual durante el ejercicio de su profesión. Así se desprende del informe «Acoso sexual contra periodistas en Venezuela«, elaborado por la Red de Periodistas Venezolanas y Medianálisis.
El informe fue elaborado a través de una encuesta a 111 mujeres periodistas de todo el país. Más de las mitad de las encuestadas (60%) tiene cargo como reporteras y solo 9% ostenta cargos gerenciales (jefas de redacción, editoras o directoras). 58% se ubica entre los 25 y 35 años, y un 11% corresponde a mujeres mayores de 45 años.
El acoso de tipo verbal es el tipo más frecuente usado por los agresores y, por tanto, también el más normalizado en las relaciones laborales. «Mientras que aquellas formas de acoso que involucran agresiones físicas o peticiones más explícitas son menos frecuentes», destaca el informe.
65% de las periodistas ha recibido comentarios sexuales sobre su persona o en doble sentido que les incomoden, a 62% las han mirado de forma lasciva, y a 59% les han hecho sentir incómodas con comentarios sobre su vestimenta o sobre cómo lucen.
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A una cantidad similar de periodistas (30%) les han pedido que se vista «de forma atractiva» o «femenina» para determinadas reuniones y eventos, y han recibido llamadas telefónicas, mensajes o correos con connotaciones sexuales sin su consentimiento.
A 20% de las encuestadas las han besado sin su consentimiento o tocado de forma inapropiada, a 23% les han condicionado trabajos, entrevistas, información o cualquier tipo de material a cambio de invitaciones personales; mientras que a 10% de las periodistas les han condicionado permisos, horarios, vacaciones o crecimiento laboral a cambio de salidas o favores sexuales.
Un 14% de las periodistas dijeron que durante su carrera al menos una vez fueron alcoholizadas con fines sexuales o agredidas sexualmente.
La Red y Medianálisis destacaron que para las mujeres periodistas es difícil reconocer el acoso, pues del 50% que respondió que no ha sido víctima de acoso sexual, al menos 45% sí ha sido víctima de alguna situación que se corresponde a acoso.
58% de las entrevistadas señalan a sus superiores y compañeros de trabajo como los agresores. Para ambas organizaciones esto «desmitifica la idea de que el acoso es cometido por hombres “depravados” que no tienen ninguna relación con las víctimas».
También señalan que el hecho de que 42% de los acosadores de periodistas no forman parte de las empresas (entrevistados, funcionarios públicos, efectivos de seguridad, entre otros), «hace evidente la necesidad de crear mecanismos de protección, ya sea en forma de políticas públicas y políticas corporativas de las instituciones de medios, que trascienden las oficinas de los medios de comunicación y, en la medida de lo posible, garanticen su seguridad en todos los espacios donde ejercen su funciones profesionales».
Medianálisis y la Red de Periodistas Venezolanas solicitaron al Estado venezolano garantizar la aplicación de las leyes en este tipo de casos, y proveer asistencia jurídica a las mujeres que denuncian situación de acoso o violencia sexual en sus entornos laborales y profesionales; además de reeducar a los agentes de seguridad para prevenir agresiones sexistas o acoso.
También solicitan a los medios de comunicación a sensibilizar y educar a su personal «sobre las causas y el impacto del acoso sexual», al igual que promover «una cultura laboral de tolerancia cero a cualquier forma de violencia, hostigamiento y sexismo».
Además recomiendan establecer protocolos para prevenir y abordar todas las formas de acoso y abuso dentro y fuera de sus espacios de trabajo. «Que garanticen que dicho protocolo incluya la provisión de un
sistema integral de apoyo a las víctimas con asistencia psicosocial y legal y que sea ampliamente y periódicamente difundido entre el personal de la empresa y constaten que es revisado y asimilado por toda la plantilla».