Rafael Simón Jiménez estima que la ANC y la FAN podrían ser el salvoconducto del régimen
Autor: José Mijares
Ante el agravamiento de las circunstancias que nos han traído hasta aquí, Rafael Simón Jiménez, historiador, educador y político profesional de vieja data, aborda temas fundamentales, esenciales para esclarecer aspectos muy puntuales de nuestro pasado, historia reciente y tránsito hacia el porvenir. Dos asuntos determinan, a juicio del historiador y profesor en la Universidad Metropolitana, el curso de los acontecimientos, caracterizados por la exacerbación del culto a Bolívar y el fomento de una cultura supeditada al rentismo petrolero.
Ambos hechos, arguye el historiador, han sido explotados, en consideración del analista, por los políticos y los agentes de la antipolítica, quienes se aprovecharon del desgaste de los partidos políticos tradicionales para terminar de horadar los esfuerzos que sustentaron la estabilidad democrática en Venezuela. La necesaria y pertinente divulgación de nuestra historia, en éste momento que vivimos los venezolanos es de una importancia capital para entender dónde estamos y hacia dónde vamos.
“Yo creo que la labor pedagógica del historiador en ésta coyuntura tan difícil que vive Venezuela está en aportar las claves que permitan entender lo que ha pasado y lo que está pasando en Venezuela. La situación actual no es producto del azar, la casualidad, sino que obedece a tendencias históricas que lamentablemente no hemos podido revertir en el tiempo.”
Y esa corriente a lo largo de nuestro devenir, está adherida a dos pegamentos muy poderosos, como lo refleja el historiador; adherencias que bien entrado el siglo XXI, han condicionado a los venezolanos hacia un círculo vicioso, cuyo fin no pareciera vislumbrarse en el horizonte inmediato y que hoy es seriamente amenazado con la imposición de una Asamblea Nacional Constituyente ilegítima que de acuerdo a Rafael Simón Jiménez, fungirá como seguro de vida, para los miembros de la dictadura y su proyecto político. Será a juicio de Jiménez, lo que queda de éste y el próximo año, que emplazados por la enconada presión internacional y el sufrimiento infligido a los venezolanos que demandan un cambio o una urgente transición de gobierno, se negocie una salida que garantice el respeto a la integridad física de los principales cabecillas del gobierno de Nicolás Maduro y su menguado proyecto político, salvaguardado en éste trance por la ANC.
De cualquier modo, cabe preguntarse, sin embargo, si esta dolorosa situación a la que llegamos como nación, no hubiese sido prevista y evitada, de impedirse aquellos accidentes históricos que, como pesados grillos, han impedido que Venezuela haya podido desarrollarse y ser una nación respetable en el orbe, más por la educación de sus nacionales que por la ostentación de sus riquezas.
Caudillismo, militarismo y populismo
“En primer lugar, el caudillismo militarista que afloró en lo que pudiéramos denominar como la deriva belicista de nuestra guerra de independencia. La elite militar con Bolívar a la cabeza que protagonizó la gesta independentista, luego pretendió y de hecho lo hizo, hegemonizar el poder durante todo el siglo XIX venezolano.
El segundo factor más contemporáneo es la aparición del petróleo, como elemento fundamental de la economía y de la vida del país y, sobre todo, el denominado rentismo petrolero que no es más que el manejo y administración de los recursos del petróleo por parte del Estado. La tradición caudillista militarista encontró en la renta petrolera, un nuevo factor de hegemonía y control político a través del populismo, clientelismo, las dispensas y el asistencialismo.”
Rafael Simón sostiene que ambos componentes determinaron el auge y la decadencia de la IV República. Asimismo, el historiador, quien apoyó inicialmente a su paisano barines, el teniente coronel Hugo Chávez Frías, desde la Asamblea Nacional, admite también el declive e ineficacia del proyecto político de aquel, como expresión del caudillismo, el militarismo y el populismo que han inhibido drásticamente, “la construcción de un país moderno, institucionalizado, prospero e incluyente”, subraya el historiador.
De acuerdo con el escritor, diplomático e historiador Simón Alberto Consalvi, no hemos salido de una larga decadencia. Hecho que pareciera haberse pronunciado a lo largo de estos 18 años de administración chavista. El saldo en cuanto a logros o mejoras institucionales, democráticas y económicas frente al periodo democrático con sus excepciones representa un atraso de consecuencias catastróficas para Venezuela.
“Durante el llamado Pacto de Punto Fijo que fue sin duda la etapa de mayor progreso para el país, no se supo exorcizar los demonios del caudillismo y el militarismo. En primer lugar, porque los lideres fundamentales de esa etapa Betancourt, Caldera y Villalba, tuvieron a pesar de su indudable talante democrático, muchas actitudes de caudillos civiles, incapaces, incluso de aceptar disidencias dentro de sus organizaciones. La democracia que ellos moldearon tuvo muy poca institucionalización y despersonalización”
–¿Por qué?
–Todo el mundo recuerda como los funcionarios del Estado se resolvían en un simple desayuno entre Rafael Caldera y Gonzalo Barrios y como los partidos políticos copaban y controlaban todos los espacios de la sociedad, negándole autonomía a la sociedad civil. Y como, además, cualquier dirigente por mérito que despuntara en el liderazgo, era defenestrado. Muchas veces, como lo afirmaba Rómulo Betancourt, era preferible perder el gobierno y no perder el partido.
Tampoco en el plano de las relaciones civiles-militaristas se supo reconducir el rol de las Fuerzas Armadas. Se siguió exaltando a las Fuerzas Armadas como “el ejército de los libertadores”, como la reserva moral del país, se exaltó además el culto a los héroes militares sobre los héroes civiles tal vez sin darse cuenta ese liderazgo que esa actitud fue cavando la tumba de la democracia y fraguando la aparición del caudillo uniformado en el rol de redentor de la patria.
El culto religioso al bolivarianismo
–¿El uso ideologizado del culto a Bolívar fue utilizado para adulterar la imagen de las Fuerzas Armadas?
–Fue el caso de la transformación del bolivianismo en una especie de religión laica y alrededor del Bolívar héroe, del Bolívar militar sobre el resto de los héroes de la independencia.; relegando a figuras civiles que habían tenido un rol tan importante o más que aquellos como: Francisco Javier Yánez, Miguel José Sáez, Otto Paul; auténticos gestores civiles y luego en el curso del siglo XIX a figuras como el sabio Vargas, Santos Michelena, Juan Vicente González. E incluso en el siglo XX, el doctor. Arnoldo José Gabaldón y el doctor. Jacinto Convit, educadores y protagonistas de la vida del país.
–¿A pesar de la importancia de los civiles en los gobiernos, sigue predominando la ascendencia militar y sobre todo bolivariana desde la perspectiva que las Fuerzas Armadas Bolivarianas como son llamadas actualmente son herencia del ejército independentista?
–El ejército libertador que acompaño a Bolívar en la gesta de independencia fue licenciado al término de la guerra en 1.823 por su inutilidad para la nueva situación y por la imposibilidad del exhausto tesoro público de poder mantenerlo. El ejército actual fue creación de Cipriano Castro y Juan Vicente Gómez quienes luego de su afortunada invasión de finales de 1899 cobraron conciencia de que solo un ejército organizado, disciplinado y avituallado profesionalmente podía liquidar la hidra levantisca del caudillaje regional que había protagonizado 70 años de guerras civiles con ejércitos personales reclutados en las montoneras y las peonadas.
La democracia no supo reconstruir un relato verídico, certero del papel de Bolívar en la historia y de las fuerzas armadas que no son herederas de la gesta patriótica, sino creación de uno de los más brutales y primitivos dictadores que ha tenido Venezuela: Juan Vicente Gómez quien el 5 de julio de 1.910 inaugura la Academia o Escuela Militar de Venezuela que es el auténtico origen de nuestras Fuerzas Armadas, lo demás es retórica, simbolismo y palabrería eso de que este ejercito es el de «Bolívar forjador de libertades «, que continúo utilizando la democracia y que en mentes como la de Chávez tuvo el efecto militarista de considerarse como «salvador de la patria.
–¿En esencia entonces, las Fuerzas Armadas continúa siendo expresión del cuerpo castrense creado por Juan Vicente Gómez?
–Toda la simbología de las Fuerzas Armadas siguió siendo la misma que tenía la dictadura de Pérez Jiménez. Mucho se ha querido hurgar en los orígenes del pensamiento de Hugo Chávez. Se ha dicho que era marxista que fue comunista que fue captado prematuramente por fuerzas de izquierda. El propio Chávez le confiesa a Agustín Blanco Muñoz que sus primeras inquietudes políticas se gestaron en la Academia Militar bajo las enseñanzas de ese boliviarianismo, mal interpretado que coloca a los militares como herederos de un supuesto legado histórico.
Es decir, yo sostengo que el bolivarianismo es un arma de doble filo, porque cobija por igual todo lo bueno y lo malo. No por casualidad, los peores dictadores a lo largo de su historia se han cobijado bajo el manto de Bolívar.
Seguro de Vida
Así como el régimen conoce técnicamente por intermedio de sus mesas situacionales en todo el país que tendrá dificultades para favorecerse con las gobernaciones en las próximas elecciones regionales; de la misma forma Maduro y sus allegados procurarán tomar precauciones para salvar su proyecto político y su propio pellejo con miras a las elecciones presidenciales del próximo año.
“El Madurismo sabe que el 2018 es una fecha fatal para tener que contarse electoralmente y de la misma manera está consciente de que sus escuálidas fuerzas no le permitirían ganar esa contienda presidencial. Ante esa evidencia tienen que comenzar a forjar su propia transición y dado el cumulo de delitos, violaciones y desafueros cometidos tienen que tratar de asegurar su supervivencia y la del remanente orgánico y social del chavismo, ello requiere unas garantías que a mi juicio ellos no pueden simplemente dejar en mano de sus sucesores, sino que necesitan tener la confianza en su cumplimiento ahí es donde yo veo que una ANC cuyo límite temporal inicialmente auto delimitado a dos años estaría funcionando y vigente durante el nuevo periodo presidencial y tendría que coexistir con la nueva transición, constituyéndose en una especie de freno o contrapoder para limitar y controlar al nuevo presidente y asegurar el cumplimiento de los acuerdos de transición pactados.
El segundo «seguro de vida » seria la cúpula militar y la estructura jerárquica de las FAN que hasta ahora han demostrado un alto grado de compromiso con el Gobierno, la experiencia de la Nicaragua sandinista donde Humberto Ortega se desempeñó como ministro de la defensa de Violeta Chamorro es un ejemplo de lo que aquí podría repetirse por lo menos en la primera fase de la transición.
–¿Habría otros seguros tentativos?
–¿Otros seguros? Mantener incólume la estructura del poder judicial y del poder moral Republicano, porque cualquier juicio contra los gobernantes desplazados tendría que ser ventilado por estas instancias contaminadas por su lealtad al chavismo. Eso es lo que llamo «los seguros que el Chavismo se daría a sí mismo para dejar el poder » y creo que en las negociaciones de Republica Dominicana seguramente exigirán garantías de la comunidad internacional y sobre todo de los grandes factores de poder mundial (EE UU Y UE).
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