Vicente Díaz: El Gobierno se prepara para perder las elecciones
El exrector del CNE asegura que todas las elecciones han tenido marramucias, sin excepción. «Todo eso siempre se ha superado: se han ganado alcaldías, gobernaciones, la tarjeta de la Unidad ha sido la más votada»
Autor: Víctor Amaya / @victoramaya
-¿El debate ya no es inscribir candidatos sino cómo participar?
-La oposición decidió inscribir candidaturas, que no es igual a decidir participar en el evento electoral. Esa participación dependerá de las reglas del juego y de las garantías. La inscripción es indispensable para poder estar adentro, participar en las auditorías y poder tener candidaturas listas en el caso que se participe definitivamente. Las elecciones, con todos los cuestionamientos al árbitro, siempre han reflejado la voluntad del elector, exceptuando esta última de la constituyente que fue una especie de primaria interna del PSUV. La lucha que se abre ahora es trabajar para restablecer las garantías de diciembre 2015.
-¿Cuáles condiciones sería inaceptable no tener?
-Hay varias que son claves. Primero, la publicación, acceso y auditabilidad del registro electoral. Segundo, la auditabilidad y participación en todas las etapas y fases del proceso, incluyendo los testigos, la capacitación y selección de miembros de mesa, la presencia de testigos en la sala de totalización, en los centros de votación. Luego, la producción y auditabilidad de los cuadernos de votación, que garantizan que cada elector está registrado en un centro de votación y en ningún otro. Que no se permita el voto en cualquier centro con cuadernos en blanco. El tema de la automatización del voto con un software que se conozca y sea auditable. Yo incorporaría, aunque no sea una línea roja pero sí una discusión, la renovación del CNE. Hay un tema sobrevenido: la amenaza de que los candidatos deben reconocer la constituyente. Eso es inaceptable.
-¿El CNE puede usar el sistema Smartmatic sin los técnicos de esa empresa?
-No podría decirlo en este momento porque yo salí del CNE hace tres años y no conozco la situación interna. Entiendo que hay una merma importante del equipo técnico y ha habido una fuga de talentos importante. Pero no sé cuál es el estado actual. Tampoco sé sobre el acceso a los códigos del software porque no conozco los términos de la última contratación con Smartmatic. Hay otras empresas en el mundo que podrían participar porque son conocedoras del software. Pudiera ser una opción. Pero ese es un tema que debe resolver la autoridad electoral. Lo que debe exigir la oposición es que el voto sea automatizado y auditable en todas sus fases, que deje rastro en papel y que sea certificable.
-¿Una participación masiva puede anular «marramucias»?
-Todas las elecciones han tenido marramucias. Sin excepción. Todo eso siempre se ha superado: se han ganado alcaldías, gobernaciones, la tarjeta de la Unidad ha sido la más votada, se arrasó en las parlamentarias, se ganó el referendo 2007 e inclusive voto a voto se ganó la elección de 2010, solo que ellos manipularon con la ley electoral el mecanismo de adjudicación de cargos. Todo ha sido derrotado con la participación de la gente y con la participación activa de los ingenieros y tecnólogos de la oposición, que son de muy alto nivel. Por eso digo que hay cosas que son línea roja. La renovación del árbitro es importante, pero no es una línea roja porque a ese árbitro se le ha ganado elecciones antes.
-¿Qué irregularidades se han cometido para este proceso regional?
-Son gigantescas. Por ejemplo, hacer la elección en octubre cuando correspondían en diciembre pasado es una violación a la Constitución y de competencias, porque el CNE no podía postergar la elección. Segundo, la convocatoria. La ley establece que cuando se convoca una elección se publica el cronograma. Son actos simultáneos. En este caso, se convocó la elección y no se publicó lo otro sino mes y medio después. Luego, después de convocar, un acto legal, jurídico ya establecido, el CNE adelanta las elecciones para octubre y lo hace sin cronograma electoral, otra irregularidad. Adicionalmente, al reducir el cronograma electoral toma dos decisiones terribles: hacer la elección de gobernadores sin legisladores, lo cual es una violación de la Ley de Regularización de Mandatos, e impiden las sustituciones de candidaturas. Así, impiden a la oposición hacer primarias, complicando los acuerdos. Por eso es que la oposición decide inscribir a todos los candidatos y luego en el camino descartar. Las sustituciones permitían que quien se retiraba o renunciaba, por ejemplo el perdedor de unas primarias para apoyar al que ganó, sus votos se sumaban al candidato que se mantiene. Eso se eliminó.
-No permitir la votación de Consejos Legislativos también complica los acuerdos en la oposición, pues no se pacta sobre 260 y tantos cargos sino solo sobre 23 candidaturas.
-Indudablemente. Pero la razón real de eso es que el Gobierno se prepara para perder las elecciones. Ellos quieren poner tantos obstáculos para que la oposición diga que así no se puede participar y se retire. Pero como necesita hacer las elecciones regionales porque tiene un problema serio de desconocimiento democrático del planeta entero, y si la oposición no se retira, entonces se preparan para perderlas. Entonces busca que los gobernadores electos le rindan cuentas a legisladores del PSUV. Es una manera de tenerlos amarrados, impidiendo que haya elección de legisladores donde la oposición también arrasaría. Luego, lanza constituyentistas emblemáticos como Héctor Rodríguez o Aristóbulo Istúriz, pero no renuncian sino que tienen un permiso de competir de manera que puedan regresar a la constituyente si pierden.
-Usted compartió con las rectoras del CNE. Siempre han tenido su corazoncito, pero ahora se muestran abiertamente partidarias de lo que convenga al Gobierno. ¿Qué lo causó?
-El árbitro electoral decidió convertirse en jugador, lamentablemente. Si una cosa tuvimos los rectores claro durante tantos años que convivimos allí es que la actuación del CNE era responsable de la paz política del país. Las rectoras siempre han tenido su posición política, y es respetable en la medida en que logres separar las decisiones de tu inclinación. Desde el año pasado para acá ha habido una decisión muy consciente del árbitro electoral, por necesidad de su grupo político, de sacrificar la figura del árbitro en función de convertirlo en un jugador más de la cancha. Es un árbitro que ha perdido cualquier nivel de credibilidad. A mí me duele en lo personal porque he visto a las rectoras como amigas, con quienes tengo una relación cordial y entrañable. Incluso rechazo el escrache a Socorro Hernández. Entiendo la indignación de la gente, pero repudio esas cosas. A mí todo esto me ha generado dolor pues les cogí bastante aprecio a las rectoras. Pero lamentablemente cada quien decide cómo hacer sus cosas. Yo meto las manos en el fuego es por el funcionariado, que es responsable, ha sido formado y no toman decisiones sino que cumplen instrucciones y por eso han sido atacados.
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