Oscar Misle: «Los cachorros» son culpa del Estado
El director de Cecodap asegura que existe un silencio violento de las autoridades y no hay pronunciamiento alguno
Autor: Víctor Amaya
-¿»Los Cachorros» son victimarios pero tabién víctimas?
-Un niño en situación de calle es una síntesis de todos los derechos que han sido vulnerados. Son víctimas de desprotección y de desatención. Esto no es algo nuevo, pero se ha hecho más visibles porque la interacción cambió. Al principio, pedían comida desde la compasión; luego marcan la zona de manera violenta.
-Pero hay un modelaje en ese actuar violento.
-Usaron cuchillos caseros. Hay un modelaje, claro, de que pueden conseguir cosas de manera violenta. Además de los factores, hay un ejemplo que los empuja y los alecciona a usar la violencia como medio para obtener cosas. Si ellos descubren que pueden conmover hasta lograr un objetivo, se va instalando la idea de hacer de la pobreza, de la mendicidad, un modo de vida.
-¿Qué no ha hecho el Estado?
-Hay un silencio violento de las autoridades, no hay pronunciamiento. No dicen qué pasó y, peor, qué va a pasar con ellos. Y creo que no lo hay porque no hay instituciones para que estos niños menores de 14 años que son inimputables sean atendidos cuando ya tienen un homicidio encima. Tú no los puedes llevar a una entidad donde están los niños víctima de abandono.
-Se convertirían en los pranes de esos sitios.
-Claro, pero no hay otro lugar para llevarlos. Entonces pudiera pensarse que el Consejo de Protección les dicte una medida que en la Lopna, cuando no son de privación de libertad sino socioeducativas, son competencia de los consejos comunales según la reforma de 2015.
-¿Pero a cuál? ¿A uno en Sabana Grande?
-Esa es la pregunta, y también cuáles son los consejos comunales que pueden implementar unas medidas que dicte el Consejo de Protección, hacer seguimiento y acompañamiento.
-La Lopna habla de responsabilidad compartida de un montón de ministerios, sin especificar un modo.
-No lo hay. La orfandad más grande de los niños es que no tienen un ente rector del Estado que garantice la protección y atención que requieren. Cuando uno pregunta por qué está tan difuminado, te vienen con el cuento de que es por la atención integral, la articulación, lo sinérgico. La verdad es que no se sabe quién es el doliente. Hay un sistema nacional de protección, con los consejos de protección que pudieran acudir a la Defensoría del Pueblo, que debería hacer seguimiento y vigilancia, pero tampoco hay pronunciamiento de la Defensoría. ¿Estos muchachos dónde están?
-Es un limbo.
-Hay un limbo. Y allí puede haber arbitrariedad, discrecionalidad, interpretación de la ley.
-La Lopna crea entidades pero no existen 17 años después de estar en vigencia.
-La Lopna establece que deben existir las entidades a donde mandar a los chamos cuando los consejos de protección dicten las medidas, pero no existen en la realidad. Esas instituciones tienen que tener la especialización, el personal, los recursos. Existen algunas, como Fundana, la Casa Don Bosco, pero son muy pocas y cada vez con menos recursos y capacidad. Hay un déficit para atender a muchachos que no han cometido homicidio.
-Entonces es una doble complicación.
-Claro, porque no puedes atender al que no mató a nadie pero ni siquiera tienes a dónde mandar a los que sí. Entonces, lo vas a mandar para las pocas que hay para recibir atención en una institución que es para víctimas y no para chamos con estas características. No sé cómo lo van a resolver porque nadie lo ha dicho. ¿Dónde están ahora? En Sabana Grande ya no se ve al grupo. Nadie sabe dónde están. Los que fueron capturados deberían estar en una entidad haciendo el abordaje psicológico, familiar, como debió ocurrir hace años. Y con esa base dictar medidas.
-Eso con los menores a 14 años, porque hay una niña de 15.
-Ese es otro caso. Ella debería estar en un centro de privación de libertad esperando un juicio, y la pena puede ser hasta 10 años. Lo debería cumplir en instituciones para ello, con medidas socioeducativas para que reciba tratamiento psicológico, abordaje emocional y lograr reinserción social. Suena todo chévere pero eso no pasa así porque los centros para menores de 18 años todavía están en mora. Esa deuda social no se ha logrado saldar como dice la ley con espacios diferenciados por delito. Están todos juntos. A esa niña tampoco le está garantizado que allí se le brinde la atención o se implementen las medidas que requiere. Estamos mal por todos lados.
-Hubo una niña asesinada a patadas por compañeras de liceo. ¿Hay violencia más violenta?
-Sí. Hay un aumento en la cantidad y en la intensidad. Antes nos llamaban de colegios porque había problemas de bullying, pero ahora el tema político también está. Ahora hay otro tipo de violencia asociada a la carencia y las necesidades que hay, incluso en colegios privados no populares. Hemos tenido niños de primaria que preguntan por el caso de la chama del liceo, o por «Los Cachorros». Ellos tienen esa información. Ven la violencia diaria, y el modelaje que tienen en el lenguaje nacional es violento. Todo eso lo llevan en el morral, una carga de frustración, de descontento, de noticias, de inseguridad. Son cosas que hay que hablar.
-¿Si el Estado no da respuestas, cómo ayudan a las escuelas?
-Tenemos por lo menos 2 o 3 solicitudes semanales por casos de violencia, de colegios públicos, privados, grandes, pequeños, religiosos, laicos, reconocidísimos o no. Esto no mira sector social. En 2016 tuvimos actividad en 19 estados. Lo que pasa es que llaman cuando hay casos extremos: suicidios, homicidios o violencia con armas. Nadie llama para prevenir. Además hay un déficit de programas. El consejo de protección dicta medidas pero no hay cómo hacerlas efectivas. Es un desamparo real.
Deja un comentario