Julio Borges: “Yo no quiero que la FAN salve al país sino al voto”
El presidente de la Asamblea Nacional afirma que con las últimas acciones, el gobierno pasó de ser un autoritarismo a ser una abierta dictadura
Autor: Víctor Amaya
-¿Qué fue lo último que le dijo Henry Ramos al entregarle la Presidencia de la AN?
-Cada quien tuvo unas palabras. Él ha sido una persona de enorme nobleza y enseñanza en todo este, y me dijo que estábamos dando ejemplo todos en la Unidad con este sistema en el cual todo se rota, todo el mundo participa, todo el mundo puede lograr imprimirle su estilo a las cosas. Él aseguraba, frente a nuestras familias, que él dejaba este cargo muy seguro de que se estaba haciendo el mejor sistema de rotación y con toda la fe de que íbamos a hacer las cosas bien. Yo por mi parte conté que yo trabajé como estudiante cuatro años en el Congreso cuando Henry Ramos era jefe de la fracción de AD, y recuerdo que impulsábamos la ley de los jueces de paz y uno de los diputados con quienes más hacíamos lobby era Henry Ramos. Nosotros estudiantes de la UCAB y él diputado, y cuando se aprobó esa ley nosotros estábamos en el balcón y él pidió un aplauso para nosotros que éramos una ONG. Para mí es un orgullo que más de 25 años después seguir trabajando juntos por el país.
-¿En qué condición recibe la Asamblea Nacional?
-Desde el año pasado el Gobierno no ha cumplido presupuestariamente con la Asamblea. Hay enormes problemas por el uso político de la administración, con sindicatos fabricados artificialmente. El presupuesto destinado a este año es apenas el 30% de lo que debería tener la AN para funcionar normalmente. El Gobierno tienen controlado todo el tema administrativo a través de la Oficina Nacional de Presupuesto. A los diputados no se les paga desde julio del año pasado. Es una Asamblea que a veces le cortan la luz arbitrariamente y hay que poner planta eléctrica. De manera que está llena de problemas porque el Gobierno está prácticamente dedicado a hacerle la vida imposible a la Asamblea Nacional.
-¿Cómo hacen esos diputados que no cobran sueldo hace seis meses pero deben tener dedicación exclusiva?
-Para los diputados con más necesidad, se recolecta dinero para poder pagarles los pasajes; se les buscan casas de familia para que se queden en Caracas cuando vienen. La Asamblea hace un gran esfuerzo para que puedan comer en el Parlamento. El sueldo de un diputado es menor que el salario mínimo, alrededor de 50 mil bolos. Pero afortunadamente lo que ha salvado la partida es el Instituto de Previsión Social de los Diputados que ha hecho varios aportes que han podido sustituir en parte el sueldo.
-Maduro dijo que ustedes hablaron, y usted desmintió. Henry Ramos decía que conversaba con Aristóbulo Istúriz. ¿Ha tenido contacto con alguien del Gobierno?
-No, con nadie. Eso debería ser lo normal en cualquier país y aquí es algo increíble. La última vez que conversé con Maduro fue hace un año cuando él tenía que presentar cuentas en la AN. Yo estuve en la comisión que lo acompañó de su carro hasta el Hemiciclo, y lo saludé socialmente. Más nada.
-¿Ha intentado tener contacto con alguien del alto gobierno?
-La verdad es que no porque mi meta es ahorita reorganizar y reforzar a la Mesa de la Unidad y que todo lo que se haga sea producto de una discusión y una decisión unitaria al 100%.
-La declaratoria del abandono del cargo ha sido difícil de explicar. Usted ha dicho que no es un mero simbolismo, pero la declaratoria tampoco solicita elecciones en 30 días, como pedían algunos voceros como María Corina Machado o el partido Voluntad Popular. ¿Cuál es el efecto real de esa declaratoria del abandono del cargo?
-Hay que entender que en Venezuela no hay Constitución ahorita. Cero, no existe. Sea el abandono del cargo o cualquier otra figura, no la hay como no hubo revocatorio porque lo mataron o regionales porque se las robaron. Hay que entender eso para entender lo demás. En la Constitución sí está el abandono del cargo y es muy claro: hay una causal de ausencia absoluta si la Asamblea declara el abandono del cargo. Para nosotros, hoy que no hay Constitución, es reafirmar a Venezuela y al mundo que Maduro está fuera de la Constitución, que abandonó los valores allí contenidos y por lo tanto la lucha que debemos dar, que no es legal ni jurídica, es porque en Venezuela impongamos que el voto sea el que resuelva el caos. Es una lucha en el desierto donde hay que superar obstáculos y superar todos los muros que han puesto alrededor del derecho de la gente a elegir a través del voto.
-Sin embargo, declaran el abandono del cargo pero ha dicho que espera a Maduro el 15 de enero para que presente su Memoria y Cuenta ante la AN.
-Si va, no lo vamos a botar. Lo recibiremos y le cuestionaremos su mensaje. Ojalá vaya a rendir cuentas para poder increparlo. Eso no es contradicción, es parte del trabajo.
-En su primer discurso del año habló de dictadura, una palabra que costó que Primero Justicia usara para caracterizar al Gobierno. ¿Qué cambió para que ahora se asuma?
-Ha cambiado. Pasamos del autoritarismo a la dictadura. El punto de inflexión es el voto. Ganamos la Asamblea en 2015 con el 75% del voto de los venezolanos y el Gobierno desconoció ese triunfo electoral. Es la primera vez que se desconoce de esa manera un triunfo electoral. De allí que nosotros promovimos el revocatorio y se lo robaron, y no hicieron las elecciones de gobernadores tampoco. Esos tres eventos, junto con las violaciones de derechos humanos, la concentración de poder y estar fuera de la Constitución, cierran el círculo para que nosotros hayamos pasado de un gobierno abiertamente autoritario a una dictadura.
-¿Hay consenso en que hay una dictadura y eso guía las maneras de luchar contra ella en la MUD?
-Sí, totalmente. En el diagnóstico nadie tiene una visión diferente. Ahora, que haya aproximaciones diferentes a cómo se enfrenta esa enfermedad, puede ser. Pero ahí es donde está el arte de ponernos de acuerdo para que todos los caminos sean válidos y vayan al mismo fin que es cambiar, a través del voto, a este Gobierno.
-Ha dicho que su llamado a los militares de defender la Constitución no es insurreccional. ¿Cómo se instrumentaliza eso, una declaración pública, un acto público de militares pidiendo elecciones?
-No sé. Las Fuerzas Armadas deben salir de esa cárcel en la cual la han metido de usarlas como si fueran parte del partido de Gobierno y asumir, como dice la Constitución, que ellas son de todo el pueblo, que no se deben a parcialidad o individualidad; y eso pasa porque violaciones a la Constitución tengan un contrapeso, una expresión, una manera de hacer vigente a la Constitución. No estamos pidiendo que la FAN venga a salvar al país, sino que ellas están cumpliendo un papel indebido. Nuestro llamado a la FAN es que se permita que haya elecciones. Yo no quiero que la FAN salve al país sino al voto, pero ellas son fundamentales para que la Constitución se cumpla.
-¿Si la FAN se le rebela a Maduro, se le quita el piso al Gobierno?
-En gran parte. La FAN es un reflejo del país. La mayoría de la gente allí tiene sueldos miserables, problemas de calidad de vida y quieren un cambio como todos los venezolanos, pero hay un grupo pequeño, como en Venezuela, que la tiene secuestrada. Debe haber un cambio y tiene que haber una presión para que la FAN que hoy son dominadas partidistamente sean unas FAN liberadas de todos los venezolanos. Quien ha roto la Constitución es Maduro.
-¿Tiene contactos con militares?
Claro. Yo soy miembro de la Comisión de Defensa de la Asamblea Nacional y mi trabajo constitucional es velar por los derechos de los oficiales de la FAN.
-Hubo una primera versión del discurso que se filtró y allí había una convocatoria a un referéndum consultivo sin participación del CNE. ¿Por qué no se mantuvo en lo finalmente expresado?
-Porque es algo que podemos usar en su momento. Vamos a dar paso por paso cada cosa. Una potestad de la AN por mayoría simple es convocar referéndums consultivos. Eso podemos hacerlo en cualquier sesión, en cualquier momento. Es cuestión de ir paso por paso, con la misma presión, el mismo camino que es el voto y la presión por el voto.
-El año pasado cuando comenzó el año se planteó una agenda legislativa. ¿Este año cuáles son las prioridades de la AN?
-Hay leyes importantes que quiero proponer. La ley de barrios para otorgar propiedad a 3 millones de familias que viven en barrios pero no son dueños de la tierra. Una ley de prevención del delito que hemos elaborado de acuerdo con experiencias comparadas de otros países. Una ley de resolución de conflictos sociales donde está lo que tiene que ver con justicia de paz, mediación, conciliación y arbitraje. Luego, una ley sobre la emergencia alimentaria, que la hemos hecho con los distintos gremios alimentarios del país para recuperar rápidamente la industria de producción de alimentos en Venezuela. Una ley sobre los presos políticos, para la aplicación inmediata de los convenios internacionales en la materia y atender las violaciones a derechos humanos.
-Esas leyes se enfrentarán de nuevo al TSJ, a no salir en Gaceta, a ser ignoradas. ¿Cómo ganar el respeto institucional a la Asamblea Nacional por parte de un Gobierno que no luce con ninguna intención de reconocer a ese poder?
-El respeto nace de una Asamblea que fue electa por 14 millones de venezolanos y tenemos que hacer valer eso en la calle, en las regiones, en la lucha internacional, en el proceso donde el Gobierno pone excusas como el desacato y ya se la quitamos, en la misma cámara. Tenemos que hacer valer esa Constitución que hoy no existe y lograr que el pueblo se exprese para lograr la única solución que hay en Venezuela que es el voto.
-¿Si es en todos los espacios, se incluye la Mesa de Diálogo?
-Allí se dio ese espacio, pensando que era un espacio válido. Pero el Gobierno no cumplió sus compromisos. Nosotros cumplimos todos, y hoy le preguntas a cualquiera de los expresidentes iberoamericanos que participaron y así lo confirman. El Gobierno no cumplió ni con la liberación de presos, ni con el CNE, ni con el cronograma electoral. Ahora, para nosotros lo que queda es que el gobierno cumpla sus compromisos. Nosotros no tenemos nada que hacer con el tema de ese diálogo.
-Eso hace que el juego esté trancado. Hay presos con boleta de excarcelación que siguen encerrados, Amazonas no tiene diputados y no se convocan elecciones ni se levanta el desacato.
-El juego lo tiene trancado el Gobierno. Teniendo el poder, debería tener la mayor altura y generosidad, compasión con millones de venezolanos que están muriéndose de hambre o de mengua, literalmente, o quieren irse del país. Pero lamentablemente lo único que les importa es mantenerse en el poder, robar, la política del miedo.
-¿Para destrancar el juego la MUD tiene o carece de un foco estratégico?
-Yo creo que lo tiene, pero el campo de batalla es más difícil, te obliga a una estrategia casi única, obligatoria: la movilización de calle, la reivindicación de la Constitución y lograr materializar el voto para sacar el Gobierno.
-¿Se pusieron todos los huevos en la cesta del revocatorio obviando otros escenarios como las regionales en 2016, y ahora se hace lo mismo con unas elecciones regionales que no están en la Constitución?
-Hay que caminar y mascar chicle al mismo tiempo. También hay que entender que, para el país, las elecciones de gobernadores y alcaldes, que tienen que ser este año obligatoriamente y que el gobierno no las quiere hacer, no van a solucionar el problema de fondo. Para nosotros tienen que ser un motivo de lucha, de ganar espacios y de derrotar al Gobierno que hay que recorrer. Lo que nunca debemos dejar de enarbolar es que más allá de unas elecciones regionales, que hay que hacerlas, empujarlas, también hay que luchar por unas elecciones nacionales. Hay que empujar todo. Quizá el error del año pasado fue no empujar todo a la vez
-Empujar unas regionales pasa por presentar candidatos que las exijan, un esquema nacional de nombres, propuestas y liderazgos. Las elecciones debieron ser en diciembre y la MUD no tiene esa maqueta en la calle.
-La Mesa tiene unas reglas que aprobó en 2015 para hacer unas primarias eventualmente, y eso se hará. Pero hay que luchar para que se fijen esas elecciones de alcaldes y gobernadores, y dentro de ellas un sistema de escogencia de candidatos.
-¿En la MUD se asume o no que Maduro puede completar su período en 2018?
-El problema es mucho más grave que 2018. En este momento en que no hay Constitución, esta gente quiere tener el poder para siempre, como Cuba. O nosotros le ponemos un freno a esa pretensión de terminar de ser los dueños de Venezuela, o aquí no hay ni siquiera 2018.
-¿La MUD al platear un escenario de lucha en todos los terrenos –elecciones nacionales, regionales, locales, promulgación de leyes- abarca más de lo que en verdad puede morder?
-No es un problema de si tenemos la boca grande o no. El problema es que el país entero quiere que eso sea así. No es una ambición o un objetivo mal planteado nuestro, sino una exigencia y una demanda del país que quiere que eso sea de esa manera, porque quiere un cambio de Gobierno, de sistema económico. A nosotros nos toca estar a la altura de esa demanda social.
-¿El gobierno de Maduro es débil o no?
Es un gobierno tan débil que lo único que le queda es una fuerza bruta.
-Desde hace algunas semanas se discute un nuevo reglamento interno de la MUD. ¿Qué se ha avanzado, qué falta, por qué no se ha aprobado?
-Estamos justo ahorita en eso. Son tres cosas: nuevas reglas, nuevo gobierno y ruta política clara. La ruta política es lo que estamos hablando ahorita. Estamos con el reglamento que, si Dios quiere, lo terminamos justo hoy (miércoles 11); y a partir de allí tener la presentación de un nuevo gobierno de la MUD. Nuestra propuesta es que sean los dirigentes políticos quienes asuman frente al país la cara, la vocería y la coordinación de la Mesa de la Unidad…
-Y el peso y el costo político.
-También. Exactamente.
-Durante todo 2016 escuchamos decir que había que darle conducción política a la protesta social. Ahora en enero lo volvemos a escuchar. ¿Es un objetivo no cumplido de la MUD entonces?
-Yo creo que ese es el gran reto que tenemos por delante: transformar la crisis social en una situación que obligue a una solución política a través del voto. No son tableros separados. Allí está el poder tener el liderazgo para unir esos escenarios.
-¿Por qué un año después seguimos escuchándolo como un objetivo a lograr?
-Se ha hecho pero de manera insuficiente. Hay una enorme represión por parte del gobierno. La gente tiene miedo, y es comprensible. Buena parte de lo que hay que hacer es testimonial, demostrar que podemos vencer el miedo y al Gobierno.
-Se habla de que los tiempos políticos y los de la gente no son iguales. Entonces, ¿esos anuncios de la MUD de ruta, estructura y caras para cuándo serán?
-Yo pasé todo diciembre pidiendo reuniones todos los días para comenzar el año con todo esto listo. Lamentablemente no se pudo dar. Para mí fue frustrante. Yo pasaba todos los días “vamos a reunirnos”. No fue posible porque cuando no iba uno no iba el otro. Yo espero que en las próximas horas o días podamos terminar ese trabajo pendiente.
-¿Hay maneras de incluir en el nuevo reglamento mecanismos para que esto no ocurra? En diciembre, Voluntad Popular dejó de asistir a las reuniones, por ejemplo, y no se podían tomar decisiones sin ellos.
-No es fácil porque esto no es un partido político donde tienes reglas y sanciones y premios, sino una alianza voluntaria. Entonces, es más difícil. Es una demostración de lo difícil que es la política porque tienes que persuadir permanentemente. A veces la gente no tiene claridad de las sutilezas en esto.
-¿Y mecanismos para que no se generen divorcios como que se apruebe algo en la Mesa y luego alguno de sus integrantes haga, diga u organice algo por su cuenta, incluso contradiciendo lo acordado?
-No lo hay. Es una alianza voluntaria. Lo que queda es el compromiso moral de quienes están allí sentados.
-¿Ha habido contactos con gente como Marea Socialista o los exministros y exfuncionarios de Chávez?
-No los conozco. Me gustaría conocerlos. Sí creo que hay que propiciar encuentro con todos los que quieran que el país sea diferente.
-Un logro y una falla de la Unidad en 2016.
-El gran logro es haber señalado la posibilidad real de que el país sienta que somos mayoría y que vamos a lograr un cambio a partir del voto. Eso se consolidó en 2016 a pesar del robo del referéndum y de las elecciones de gobernadores. La gran lección a aprender es que mucha, con el triunfo de la AN, se precipitó a pensar que ya el mandado estaba hecho y comenzamos a ver un proceso pre-presidencial y no que había que amalgamar más para lograr un cambio de gobierno.
-Se ha dicho que su personalidad, muy distinta a la de Henry Ramos, podía lograr una relación distinta con Miraflores. ¿Lo ve así?
-Cada quien tiene su estilo, y eso no significa visiones o valores distintos. Nos use el mismo plan de acción, la misma meta. Yo creo que al Gobierno le estorba todo lo que no sean ellos, sea el Parlamento, o la empresa privada, o los medios de comunicación o la sociedad civil. Estamos destinados a ser incompatibles.
-¿Cómo es la AN que espera entregar en 2018?
-Me gustaría que fuera una Asamblea funcionando, que pueda lograr todas las leyes sociales que estamos promoviendo, que haya logrado que se hayan dado procesos electorales este año, incluyendo el presidencial, y que sea el punto de encuentro del país y no el punto de pelea.
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