Control cambiario le ha costado al país $700.000 millones en 15 años
El economista Manuel Sutherland aseguró que la mayor parte de los dólares salieron del país por vía financiera y a través del “fraude importador”
Autor: Ariadna García
El 5 de febrero de 2003 el Gobierno anunciaba la creación de un control cambiario en Venezuela que sería regido por la Comisión de Administración de Divisas (Cadivi), organismo que a través del tiempo ha recibido distintos nombres tras verse envuelto en escándalos de corrupción. A 15 años de establecerse este sistema, analistas estiman que se fugaron unos 700.000 millones de dólares de forma fraudulenta.
El economista e investigador de la Asociación Latinoamericana de Economía Marxista (ALEM), Manuel Sutherland, aseguró que la mayor parte de los dólares salieron del país por vía financiera y a través del “fraude importador”. “Varios economistas calculamos que entre la fuga de capitales y el fraude importador podemos estar hablando de casi 700.000 millones de dólares que se perdieron y que se vendieron de manera muy barata”, dijo en entrevista a Unión Radio.
En 2003 el régimen achacaba la decisión de fijar un control de cambio a la caída de las reservas internacionales y a la crisis política, motivada al paro petrolero de diciembre de 2002 y enero de 2003. Para aquel entonces las reservas se ubicaban en 12.447 millones de dólares, hoy según el Banco Central de Venezuela (BCV) su valor es de $9.868 millones.
A juicio de Sutherland la medida era una necesidad que respondía a la época; sin embargo, remarca que “eso debió morir rápidamente” y más con la recuperación que experimentó la economía en el 2004, cuando hubo un crecimiento del 18%.
Para el Gobierno “la provisión de dólares para los bienes de consumo básico (medicinas, alimentos) e importaciones esenciales”, estaban garantizados, además les permitiría regular su precio y “evitar alzas especulativas”, como explican en un comunicado publicado en la página web www.cencoex.gob.ve.
Además de Cadivi crearon en paralelo otras instituciones como el Sistema Marginal de Divisas (Simadi), este manejaba una tasa más alta que el Centro Nacional de Comercio Exterior (Cencoex) -antes Cadivi- pero más baja que el dólar del mercado negro.
“La sobrevaluación del tipo de cambio fue de las cosas más negativas, este ha estado desde hace unos nueve años. Es una sobrevaluación muy fuerte que estimula la importación, pero deprime la exportación y la producción agrícola”, comenta el especialista.
Miedo a la unificación
Eliminar el control cambiario es un tema que espanta al Gobierno, quizá porque así la economía tendría un respirito o tal vez se debe a los devotos del dólar a Bs. 10 o Bs. 3.442. Sin embargo, el economista Sutherland asegura que prescindir de este sistema no es una tarea que requiere de una gran complejidad. “La transición es sencilla, debería eliminarse el control cambiario, la ley de ilícitos cambiarios, la ley de precios justos y todas esas leyes que frenan la acumulación de capital, tanto privado como público, esto lo que hace en ralentizar la economía”, sostiene.
Lea también: Habrá una fuerte aceleración de la inflación tras eliminación del dólar a Bs. 10
En ese sentido, refiere que se pudiera liberar el tipo de cambio «plenamente» y dejar que el mercado oferta-demanda sea el que fije su precio que, “evidentemente” será mucho más alto que la tasa oficial. Asimismo, agrega que la estatal Petróleos de Venezuela pudiera entrar a ese mercado ofertando divisas a un precio realmente competitivo y que esto abriría la entrada para las remesas de unos tres millones de nacionales que están afuera, además de las inversiones de “muchos venezolanos que se robaron la renta petrolera con operaciones hamponiles”.
Para la administración del expresidente Hugo Chávez, quien gobernaba al momento de crear el sistema, este evitaría un colapso en las relaciones económicas del país con el extranjero, al enviar el mensaje de que el Gobierno «busca mecanismos para mantenerse solvente y cumplir con sus compromisos», por ejemplo, el pago de la deuda externa.
Asimismo, aseguraban que la producción nacional se vería favorecida debido a que, con las restricciones a la importación y a la salida de capitales, “los productores nacionales contarían con más oportunidad de ofertar sus bienes en el mercado interno”, supliendo así la demanda de aquellos productos que originalmente eran importados, 15 años después unas 500.000 empresas han tenido que cerrar, según datos de Consecomercio, debido a la crisis económica que atraviesa el país.
Deja un comentario