A ese muerto no lo levanta nadie, por Simón Boccanegra
Luis Fuenmayor, ex rector de la UCV y actual jefe de la OPSU (Planeamiento Universitario, dependiente del ministerio de Educación), y el más importante vocero parlamentario del MVR, Alejandro Armas, coincidieron en condenar el «tomismo» fascistoide en la UCV. El ministro de Educación, aunque extrañamente callado en estos días, también lo había hecho. Ningún dirigente del MVR ha respaldado públicamente a este grupito de patoteros. Sólo Adina, la vice, se había atrevido a hacerlo. Estas peripecias, entre otras, explican la exhumación del MBR-200. A Chávez no le sirve un partido que no asuma incondicionalmente todos sus caprichos. El viejo Miquilena es demasiado contemporizador, para su gusto. Así que viró, de nuevo, hacia el radicalismo. Va a tratar de ponerle carne al esqueleto del fenecido grupo conspirador. Fracasará. Ya no hay MBR-200. Lo que queda de él no tiene estatura y por eso apela, como nuevos operadores del proyecto, al PPT y a Guillermo García Ponce. Más gatos para un saco que ya no puede con los que tiene. Ni Medina ni el Catire son yes-men. El margen de maniobra de Hugo se estrecha.