A Karyn Bastidas la detuvieron por un mensaje en redes y no dejan que amamante a su bebé
Karyn Bastidas, de 31 años, fue detenida el 2 de agosto por emitir un comentario en contra del gobernador de Lara, Adolfo Pereira Antique
Texto: Runrunes
En Venezuela, de acuerdo a cifras del Foro Penal, hay 183 mujeres detenidas por razones políticas y entre ellas está Karyn Greymar Bastidas, de 31 años. Fue detenida en el estado Lara el 2 de agosto, en el contexto poselectoral.
El día de su detención los agentes del Estado no tenían orden y se la llevaron sin que pudiera defenderse. Ese día, había salido a un bodegón a comprar unos refrescos y unas chucherías para celebrar el cumpleaños de su hija, quien estaba cumpliendo su primer año de vida.
“A ella le llegó la Operación Tun Tun, la estaban buscando por un comentario que emitió en las redes sociales”, explicó el padre de Karyn a RunRunes.
Karyn fue trabajadora de la Gobernación del estado Lara y, al iniciar la represión poselectoral, levantó su voz contra los abusos y tratos inhumanos que se reportaban en las cárceles venezolanas, en un mensaje dirigido al gobernador, Adolfo Pereira Antique.
Esa valiente postura fue suficiente para que fuera detenida. Actualmente, se encuentra recluida en el Conas de Santa Rosa, en Barquisimeto, donde su familia denuncia los tratos degradantes que está recibiendo.
Karyn Bastidas no puede amamantar a su hija
Bastidas estaba amamantando a su hija cuando fue arrestada, y el separarse de ella le ha causado un profundo dolor emocional, un sufrimiento que refleja en las cartas que envía a sus padres.
El padre de Karyn denuncia que, en ocasiones, no le permiten que su hija amamante a su nieta. “El custodio de guardia tiene que estar de humor para que lo permitan y es doloroso ver eso”, afirma.
De acuerdo a la Ley de Promoción, Protección y Apoyo a la Lactancia Materna, todos los niños y niñas tienen derecho a la lactancia en condiciones adecuadas.
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En el artículo 22, hablan de situaciones de emergencia: “En situaciones de emergencia y desastres debe asegurarse la lactancia materna como medio idóneo para garantizar la vida, salud y desarrollo integral de los niños y niñas”.
En el documento, también se establece que el Estado debe garantizar las condiciones para que esto se cumpla. En el apartado dos queda claro:
“El Estado, con la participación solidaria de las comunidades organizadas promoverá, protegerá y apoyará la lactancia materna exclusiva a libre demanda de los niños y niñas hasta los seis meses de edad y, la lactancia materna con alimentación complementaria oportuna, adecuada; inocua y debidamente administrada hasta los dos años de edad”.
“Su hija necesita a su mamá, pero ella está encerrada. No es justo, porque ella no hizo nada. Hemos metido los recursos necesarios para que atiendan su casa. He viajado a Caracas y he tenido que buscar dinero que no tengo para poder ayudar a mi hija, y en ningún lado nos dan respuestas”, expresa el padre de Karin.
Las dos hijas de Karin quedaron a cargo de sus padres. Su madre es paciente oncológica y su padre está jubilado. La familia hace lo que puede para mantenerse a flote. El señor, recientemente, tuvo que vender su carro para poder costear los gastos que representa tener a un ser querido detenido.
En las cárceles venezolanas la comida es escasa, al igual que los productos de aseo personal y el trato digno. Karin está junto a presas comunes que ya están cumpliendo sentencia y ha recibido amenazas por parte de sus compañeras.
“Yo le digo que se aguante y que no le diga nada porque puede ser peor, la pueden golpear”, exclama su papá.
En sus cartas, Karin afirma que come poco y el desánimo la está consumiendo. Lleva seis meses lejos de sus hijas, de su familia y de su cotidianidad.
“En una de esas cartas me dijo que quería terminar con su vida, pero que no lo hace porque no quiere dejar a sus hijas. Es muy doloroso”, dice.
El peso económico de tener a un familiar detenido
En un país como Venezuela, el tener un familiar detenido es un peso que no todos pueden sostener. En un informe de la Organización de las Naciones Unidas, respaldada por ocho instancias, narraron que las condiciones carcelarias en Venezuela son graves.
En su investigación, destacaron que dentro de los centros de detención no hay médicos especialistas y esto trae como consecuencia que los detenidos desarrollen otras enfermedades.
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Karin también tiene problemas de salud que no han sido tratados. Sus padres han intentado todos los medios para que un médico forense la evalúe y corrobore sus problemas en la columna, los cuales le dificultan caminar.
“Nos dijeron que para que la pudiera atender un médico debe haber una orden firmada por el mismísimo Nicolás Maduro, hemos ido al Ministerio Público y a todas las instancias, y no nos hacen caso”, contó su papá.
Su familia solo clama por su libertad y desean que vuelva ocupar su lugar en la mesa, verla cerca de sus hijas y que vuelva a trabajar por sus sueños, aunque en este país, la libertad parece un bien perdido.
*El periodismo en Venezuela se ejerce en un entorno hostil para la prensa con decenas de instrumentos jurídicos dispuestos para el castigo de la palabra, especialmente las leyes «contra el odio», «contra el fascismo» y «contra el bloqueo». Este contenido está siendo publicado teniendo en consideración las amenazas y límites que, en consecuencia, se han impuesto a la divulgación de informaciones desde dentro del país.