A mi maestra Cecilia, por José Rafael Hernández
Twitter: @jrhernandez381
Mi maestra, me enseñó las letras, me enseñó los números, me abrió el amor por una Patria grande, me enseñó de Dios, de un Dios que era muy parecido a ella.
Una maestra que reunía en un salón, alumnos de distintas edades, pero a todos les enseñaba lo mismo. Sumar, escribir “mamá” y “papá”, restar y conocer los primeros tonos del Himno Nacional.
Bella maestra, toda vocación y conocimiento de cada uno de sus alumnos. Cobraba 5 bolívares, de aquellos, y su casa estaba al lado de la fábrica Savoy, que teníamos en El Valle. Olía a cada rato a chocolate.
Hoy me recuerdo de todo el esfuerzo y la dedicación de ella, la tengo entre mis mejores cosas.
Pero trato de comparar sus pequeños grandes detalles con los que hoy tienen que sufrir los maestros. Esos que trabajan para un gobierno del siglo XXI.
Sin agua, sin luz, con unos precios que todos los días superan varias veces, el ingreso de ellos. A veces sin ingresos para tomar un autobusete y llegar a la escuela, por no tener plata para moverse.
*Lea también: Historia: realidad y silencio, por Ángel R. Lombardi Boscán
Veo sus zapatos, que tienen varios años de comprados. A veces traen unos que tienen un hueco en la suela.
Los maestros, quienes deben ser los mejores considerados, como los jueces, como los policías, como en Japón.
Mucho desarrollo ha tenido la pedagogía, desde la época de Cecilia hasta hoy. Pero hemos ido perdiendo alumnos en los Pedagógicos venezolanos, en los últimos años, siempre hay cupo. Nadie quiere ser maestro o profesor, menos para estar siempre pidiendo que los despejen del ingreso mínimo, donde los han ido reduciendo. Sigo viendo sus zapatos.
¡Ahh! Y gobernados por un exsindicalista de los maestros de Caracas. Un otrora defensor del ingreso y de las condiciones de trabajo de los educadores, otrora.
Esos seres que hoy no son sino una caricatura de lo que debe ser, se les pide compromiso y militancia, se les pide compromiso con un Estado que no los tiene de predilectos, de escogidos por la sociedad para que se encarguen de los chipilines, de los hijos de la Patria.
Recuerdo a la Señorita Cecilia y veo a nuestros maestros actuales, empobrecidos y llevados casi al salario mínimo, no debe ser…
TalCual no se hace responsable por las opiniones emitidas por el autor de este artículo