Academia advierte que reconversión solo funcionará si cesa el aislamiento internacional
Es necesario un plan anti-inflacionario que implique un proceso de reinstitucionalización y nuevas políticas macroeconómicas para que la reconversión tenga un efecto positivo a largo plazo
Con la reexpresión monetaria a la vuelta de la esquina, crecen las preocupaciones sobre la aplicación de este nuevo esquema y los planes del Banco Central de Venezuela (BCV) sobre extender el un sistema monetario digital.
En este contexto, la Academia Nacional de Ciencias Económicas presenta sus preocupaciones, advertencias y lectura general de la nueva etapa que atravesará la economía venezolana a partir del 1º de octubre.
Mediante una carta a la opinión pública, firmada por el presidente Sary Levy Carciente y el secretario Eduardo Ortiz Felipe, los expertos señalan que una reconversión monetaria que elimine ceros no solucionará los problemas de fondo que provocan la devaluación del bolívar.
Por lo tanto, de no aplicar medidas correctivas eficientes, esta reconversión perderá su efecto progresivamente hasta que sea necesario aplicar una nueva, como ocurrió en 2018 con la aparición del «bolivar soberano», que tan solo tuvo tres años de vigencia antes de ser reemplazado.
Venezuela no ha superado su crisis hiperinflacionaria y, aunque ha desacelerado el ritmo de la devaluación del bolívar, el riesgo de que la nueva moneda pierda valor es latente.
Por esta razón, desde la academia destacan la necesidad de aplicar un «programa anti-inflacionario» de naturaleza integral, en el que participen actores internacionales, que den estabilidad al bolívar y le permitan conservar su valor.
Para aplicarlo, resaltan que es fundamental que Venezuela salga de su aislamiento económico y financiero internacional, un elemento que debe ser tomado en cuenta junto a reformas institucionales y políticas macroeconómicas en los ámbitos fiscal, monetario y cambiario.
«Estamos convencidos que en Venezuela se puede poner en práctica un programa contra la inflación viable y creíble, con apoyo internacional, capaz de ofrecerles a los venezolanos las posibilidades de conquistar una vida digna para sí y para sus descendientes», insisten.
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Reconversión: Oportunidad sin buen pronóstico
La supresión de seis ceros a la moneda dará pie a un alivio importante para la economía venezolana y ofrece soluciones necesarias a corto y mediano plazo.
El primer efecto positivo será solucionar la escasez de efectivo que padecen los venezolanos desde hace años, ante el ínfimo valor del cono monetario correspondiente al bolívar soberano.
Este problema ha tratado de ser abordado por el BCV mediante la emisión de nuevos billetes con mayor valor nominal. Gracias a esta práctica, el cono acabó contando con 14 piezas distintas, de las cuales solo cuatro conservan su uso comercial.
Por otra parte, la reconversión disminuirá los costos transaccionales para agentes económicos, debido a que agilizará la facturación y todos los procesos contables, al manejar montos más diminutos.
Pero la academia recuerda que Venezuela posee actualmente una economía ampliamente dolarizada, por lo que la medida podría tener un efecto reducido. Y, aunque el salto a una economía digital también podría tener un impacto positivo, las condiciones del país no son del todo compatibles con esta transición.
«Su puesta en práctica aún enfrenta complejas dificultades tecnológicas y regulatorias. En un país donde la conectividad no es estable, ya sea por las múltiples interrupciones en el servicio de energía o por falta de cobertura, los avances hacia el uso exclusivo de una moneda digital no parecen factibles en el corto plazo», subrayan.
En este sentido, instan al BCV a puntualizar, de manera clara, qué alcance y naturaleza tendrá este proceso de transformación hacia el bolívar digital.