Achtung!, por Simón Boccanegra
Ayer en la Universidad Central un grupo de atorrantes impidió por la fuerza una conferencia que iba a dictar Julio Borges. La semana pasada Leopoldo López corrió la misma suerte en la Universidad de Oriente. Esto es muy, pero muy grave. Si el MVR no pone orden en sus filas y no impide estas acciones típicamente fascistoides (porque esos «tomistas» no habrían desentonado en un pelotón de camisas pardas hitlerianas), el resultado va a ser inevitablemente que los futuros conferencistas en las universidades o en otros sitios donde se puedan hacer presentes los matones, van a llevar sus propias brigadas y el zafarrancho puede ser muy grande. Hace muchos meses, cuando fue atacada la marcha organizada por AD, este minicronista llamó la atención del oficialismo en el sentido de que en este país nadie tiene el monopolio del coraje y que aquellos actos sólo podían traer respuestas equivalentes. Bueno, de aquellos tiempos a esta parte, a pesar de la violencia que ha ejercido, el gobierno perdió el dominio de la calle. Hoy vuelvo a decir lo mismo. Violencia llama violencia. Después no se quejen.