Adina Bastidas, Rectora de la UCV; por Simón Boccanegra
Lo de ayer en la UCV fue una lección práctica de fascismo. Al asalto de los «tomistas» al Aula Magna sólo le faltó que lo hubieran hecho al son de «Cara al Sol», la canción de los falangistas de Franco, o la «Giovinezza» de Mussolini o el «Horst Wessel Lied» de los nazis. No es un estandarte con la imagen del Che Guevara lo que deben portar sino uno con la cara siniestra de Millán Astray, aquel militar franquista que gritaba «Viva la muerte». Creen estar inspirados en el Che, que fue cualquier cosa menos un patotero, y en realidad la fuente de su acción, aunque no lo sepan, es Mi Lucha. Esta forma de violencia cayapera y cobarde fue típica de todos los fascismos. Está dirigida a atemorizar, a quebrar la voluntad de resistencia de los adversarios. Si la comunidad universitaria, que quiere reformas para avanzar, no enfrenta con decisión estas prácticas fascistoides, totalmente deslegitimidas por el inmenso repudio universitario que las ha acompañado, entonces que vaya preparando su propio entierro. Una minoría de violentos habrá impuesto su voluntad a la mayoría mediante la brutalidad de la fuerza física y Adina Bastidas será la Rectora.