Adolescentes detenidos piden su libertad: «Están acabando con nuestros sueños, metas»
Los familiares de adolescentes detenidos conformaron el comité «Madres en defensa de la verdad», que entregó otra comunicación a la Fiscalía de Derechos Fundamentales del MP exponiendo los casos y exigiendo la libertad de 15 adolescentes y cinco adultos
Los adolescentes detenidos en el contexto de protestas poselectorales esperan regresar pronto a sus hogares, limpios de las acusaciones de terrorismo, incitación al odio o hurto que les impuso la Fiscalía General. Así lo expresaron en un par de cartas que sus madres y hermanas leyeron este jueves 26 frente al Ministerio Público, al centro de Caracas, exigiendo que sean liberados.
Diomer Gómez, uno de los ocho adolescentes que permanecen detenidos en la capital, escribió una carta desde la Unidad de Atención Ciudad Caracas:
«Hola, escribe Diomer Gómez uno de los ocho acusados de terrorismo. Mis compañeros y yo pedimos justicia, pedimos libertad. Nosotros somos jóvenes de buenos estudios. Tranquilo de casa, aquí estamos encerrados sin saber si es de día o de noche perdiendo la juventud aquí encerrado en Ciudad Caracas. Ya tenemos dos meses ya encerrados y le pido un apoyo, una ayuda y justicia. No somos terroristas».
Miguel Urbina, de 16 años y otro de los detenidos en El Cementerio, también mandó otra carta:
«Apóyennos por favor, esto no es justo. Oren por los ocho menores de edad que estamos detenidos en Ciudad Caracas. No somos terroristas, somos inocentes. Algún día me iré de este lugar tan feo, de este infierno que nadie pertenece estar, esto no es vida. ¿Cómo es posible estar pagando algo que yo ni mis compañeros hicimos? ¿Para esto está la justicia? Nos dijeron 10 días y ya a han pasado dos meses. Estamos privados de libertad, encerrados, como si fuéramos unos delincuentes, un peligro para la sociedad. Somos inocentes. Todos los cargos que nos están inculpando, es triste ver lo que están haciendo con nosotros, están acabando con nuestros sueños, metas. Quiero hacerles saber que somos muchachos de bien. Estamos perdiendo nuestra juventud y estudios. me da tristeza con mi madre, mucho, no saben el dolor que me causa. Lo único que pedimos es salir de este lugar tan feo. Apóyennos, no aguantamos ni un día más en este lugar. Solo somos jóvenes que no tenemos nada que ver con lo que está pasando en el país. No somos terroristas, somos inocentes».
La firman también los adolescentes Angel Ramírez, Daiber Lucena, Héctor Hidalgo, Alexander Sánchez, Yenderson Martínez y Bleider Lever, que se encuentran detenidos junto a Diomer y Miguel.
«Esas son las cartas que nos envían los niños a nosotros, sus padres, para que le hagamos saber a ustedes que están desesperados, que quieren salir. Ya no aguantan más, comienzan el lunes las clases. Hay un niño que entra en sexto año y no va a participar mientras esté detenido. Los otros jóvenes algunos trabajan, otro es bachiller», explica Theany Urbina, la madre de Miguel.
Los familiares de adolescentes detenidos conformaron el comité «Madres en defensa de la verdad», que entregó otra comunicación a la Fiscalía de Derechos Fundamentales del MP exponiendo los casos y exigiendo la libertad de 15 adolescentes y cinco adultos. El escrito fue apoyado por varias alianzas y organizaciones políticas como el Frente Democrático Popular, el Frente en Defensa de la Constitución, el Partido Comunista de Venezuela, Redes y Centrados.
«Para todos es una impotencia porque lo que están haciendo es injusto porque parece que fuera contra los pobres, por eso decimos que ser pobre no es un delito», señaló Urbina.
Dionexis García, hermana de Diomer, destacó que «el fiscal (Tarek William Saab) dice que no hay adolescentes detenidos y está mal informado porque nosotros somos la prueba viviente que sí existen y se le está violando el debido proceso. Pedimos justicia y la libertad».
«Mi hermano, al igual que todos los adolescentes, incluso los adultos, fue víctima de tortura y lo obligaron a grabar un video donde decía que a él le pagaron para salir a protestar. Él tiene hoy su primera audiencia preliminar y el expediente dice que está acusado de terrorismo, incitación al odio y hurto calificado. Eso no es todo, el expediente claramente dice que no existen pruebas, pero a través de una jurisprudencia la Fiscalía dice que se tiene que ir a juicio para ellos buscar la prueba. ¿Eso es justo? ¿Más de 50 días detenido y aún la Fiscalía no tiene pruebas?», reclamó
Adelaida Herrera señaló que, al igual que a su hijo Bleider José de 17 años, al resto de los adolescentes detenidos «les están truncando sus sueños». Comentó, a veces movida por el llanto, que el joven tiene una lesión en la columna.
«Él está a punto de que le ordenen su operación porque es una lesión grave, él está privado de libertad desde el 31 de julio. Él venía de la casa de su novia y un guardia lo agarró y se lo llevó. Yo quiero justicia porque mi hijo está mal con su columna, quiero que liberen a mi hijo», exigió.
Neryda Ruiz, madre de Ángel Moisés Ramírez, de 16 años, ratificó los reclamos. «Pedimos que le den libertad a nuestros hijos. Él en cada visita que tiene me dice ‘mamá, yo estoy perdiendo el tiempo aquí mamá, yo debería estar preparando mi tesis’. Él empieza a estudiar sexto año de contabilidad en una escuela allá en El Valle. Su preocupación es esa, que le están truncando su futuro, él quiere salir adelante y no lo quieren dejar».
Varias familiares de hombres detenidos en La Guaira se unieron a la protesta a denunciar sus casos. Lisger García, mamá de Jesús David Rosal García, no ve al joven de 25 años desde que fue trasladado a la cárcel de Tocuyito, estado Carabobo, el pasado 10 de agosto.
Contó que Jesús salió de su trabajo y, aunque le advirtieron que no pasara por una zona de protestas, dijo que no tenía que temer.
Algo similar sucede con Kevin Ramos, un buhonero que fue detenido por policías en el sector Calle Nueva de Los Cerritos el 2 de agosto cuando salió a cobrar un dinero de su día de trabajo. «Desde esa fecha (10 de agosto) no he podido saber de él. La última vez que lo veía es cuando lo trasladaban de Macuto a los tribunales cerca del Playón. No hemos tenido contacto de nada, solo una llamada telefónica donde me dijo que estaba bien, que estaba allá y le estaban dando la comida», explicó su madre.