Ahora cuéntame una de vaqueros, por Eduardo López Sandoval

Érase una vez una joven niña reina llamada Venezuela. Su majestad la tenía sobre un territorio con mapa con figura de elefante. Era una adolescente, no entraba aún en la etapa de desarrollo, apenas contaba con doscientos y tantos años de edad.
El padre Dios y la madre naturaleza han legado en ella las mayores riquezas del mundo conocido.
En su nacer le dijeron que era independiente, y le hicieron creer que esto era importante.
Desde 60 años fue sometida por un par de brujas, una de ellas se llama Gobierna y la otra Oposiciona, se encompinchan las dos para hacer creer a Venezuela que las riquezas legadas serán usadas en su desarrollo, pero no ha sido así, se han robado todo.
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Por sesenta años han administrado las riquezas de la hermosa niña Venezuela para sus beneficios personales. La joven ha tenido las ganas de cambiar de administradores, pero estos deseos son contenidos por una droga cultivada por las hechiceras llamada demagogia. Cada 5 años engañaban a Venezuela, le decían que era necesario cambiar de administrador porque quien regía estaba muy corrupto, y le hacían creer que se cambiaban, pero eran los mismos, sólo se cambiaban de franela. La bruja Gobierna desde que se cambió de cota de blanca a roja, cambió también la posibilidad de cambiarse el color de la vestimenta cada 5 años. Esta bruja se permite permanecer eterna con la sola franela roja.
La droga de la demagogia hace que Venezuela permanezca en cama por los últimos 20 años. Gobierna y Oposiciona, una a cada lado de la cama, permanecen solícitas y atentas para que Venezuela no se levante. Le hacen creer que está enferma y que cuidan de ella,
Venezuela tiene la juventud para valerse por sí misma pero la droga hace que no sea productiva, vive de los restos que dejan las brujas. La niña alguna vez ha amenazado con ponerse de pie, pero un grupo de perros verdes vigilan alrededor de la cama. Permanece, acostada, improductiva, mientras las brujas se gastan las riquezas que le dejaron sus padres
Venezuela se quiere levantar, no quiere morir de mengua. Paradójicamente se acerca el tiempo en que puede morir de hambre y rica. Pero los administradores han sido eficientes en el administrar la demagogia para no permitir ni siquiera que se siente en la cama, han sido eficientes en el suministrar las dosis de demagogia. En los momentos en que Venezuela ha amenazado con alzarse le han suministrado sobre dosis de demagogia, como la del Referéndum Revocatorio; Gobierna y Oposiciona sabían que este evento lo controlaba un par de brujas aliadas que llaman CNENGAÑA y TESEJODA.
En algún pasaje de su convalecencia, cuando la joven amenazaba con salir a sacar de la cárcel a unos presos políticos, CNENGAÑA y TESEJODA encadenaron a la niña Venezuela mientras Oposiciona abría su boca y la bruja Gobierna le suministró el jarabe demagógico de la Ley de Amnistía. Las brujas sabían que el Artículo 214 de la CRBV dice: “El Presidente o Presidenta de la República promulgará la ley dentro de los diez días siguientes a aquél en que la haya recibido. (…) Cuando el Presidente o Presidenta de la República considere que la ley o alguno de sus artículos es inconstitucional solicitarán el pronunciamiento de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, en el lapso de diez días que tiene para promulgar la misma.“
Y no se lo leyeron a la convaleciente que permanece adormecida por la demagogia.
Así han realizado parapetos que le hacen creer a la joven que, ahora sí, llegó la solución.
Suena hoy otro cuento, otro plebiscito.