Al borde de un ataque de nervios, por Simón Boccanegra
La posibilidad de que se entablen negociaciones entre el gobierno y la oposición tiene a algunos con los nervios de punta. Diría Almodóvar que están al borde de un ataque. Todavía ni siquiera han comenzado tales negociaciones (y de hecho, todavía no se sabe con seguridad si tendrán lugar) y ya hay quien nos advierte que no pueden ser «indefinidas» y que se les debe poner plazo. Otro por ahí pontifica sobre la inutilidad de sentarse a hablar con Chávez. Proyección llaman esto los psicólogos. No quiero sentarme a hablar y acuso al otro de que no quiere hablar o que no vale la pena hacerlo. ¡Hombre! La prueba del pudín es comérselo. Si vale la pena o no hablar se demuestra sentándose a hacerlo. La histeria vuelve brutos a tipos normalmente inteligentes. Otros, nos dan el tubazo de que en el CNE están alterando el padrón electoral y preparando una trampa, para una consulta electoral que todavía no se sabe si va a tener lugar. Por favor, si algo hay que sacar de unas eventuales negociaciones es un nuevo CNE y la reorganización total del aparato electoral y del registro de votantes. Métanse un lexotanil, por favor.