La hiperinflación ataca hasta las ganas de hacer cuchi-cuchi
Satisfacer el deseo sexual ya no es sólo cuestión de disposición. La crisis económica y social que afecta al país también incide en las relaciones, según alertan los especialistas
Autor: Luisa Quintero
Clara Mendoza* tiene un novio que, como ella, vive en una residencia donde no se aceptan visitas. Ambos vienen del interior, se conocieron a través de amigos y mantienen una relación desde hace tres años. Pero en los últimos diez meses, sus encuentros sexuales han disminuido por la crisis y la falta de dinero para cubrir un sitio que les sirva de “nido de amor” a menudo.
“Desde que empezamos a tener relaciones hace dos años, ni me preocupaba por el precio de los condones o de una habitación, pero ya el presupuesto no nos da”, asegura Mendoza con un dejo de frustración.
Su relato es parecido al de muchas parejas que deben recurrir a los llamados hoteles de paso para tener relaciones sexuales, y que han debido de disminuir sus “visitas” a estos sitios debido a la situación económica del país.
Con una inflación de 84,2% para enero de 2018 (según cálculos de la Asamblea Nacional), la canasta básica en 23 millones de bolívares y un reciente aumento salarial, muchas parejas priorizan la compra de alimentos y los pagos de servicios y dejan de lado la parte amatoria.
El psicoterapeuta y médico sexólogo Gerardo Giménez explica que los problemas del país afectan el dominio sexual. “Hay mucha ansiedad o estrés, pero también desánimo y tristeza por la situación país lo que ha creado cambios conductuales y psicoemocionales en los venezolanos”.
Al momento de jerarquizar nuestras necesidades, ponemos en el tope los problemas cotidianos y dejamos de lado la vida sexual, menciona el sexólogo. “El deseo sexual se ha visto bastante afectado”.
Esto fue por lo que pasó Mendoza, que ahora se conforma con limitar sus encuentros sexuales a toques, juegos sexuales sin penetración y visitar un “hotel de paso” cada vez que su presupuesto les permita. “Hemos dejado de tener relaciones por dos meses porque no tenemos donde encontrarnos. Yo le mando dinero a mis familiares y sencillamente para eso no hay”.
Y es que los precios más accesibles de los llamados “moteles” se encuentran en la conocida “Calle de los Hoteles” en Plaza Venezuela (Caracas), donde el precio de una habitación por noche puede variar desde 250 mil a 500 mil bolívares, sin contar los precios de los preservativos, comida y bebida.
El salario mínimo actual es de Bs. 392.646, por lo que se debe disponer al menos del 63% del sueldo para pagar una noche en uno de estos hoteles
Por ocho horas de estadía en la zona de El Rosal, una reconocida cadena de «hoteles de paso» cobra la habitación matrimonial en un millón 900 mil sin jacuzzi y dos millones con jacuzzi, lo que supera el reciente decreto de aumento de sueldo del mandatario Nicolás Maduro (el salario integral está en Bs. 1.307.646, a partir del 1 de marzo).
“El sexo no pasa a ser importante pero tampoco se prohíbe, pues los venezolanos vigilan cada uno de sus gastos para no cometer excesos”.
Esta parece ser la máxima del doctor Giménez para los venezolanos. “Nuestros gastos los estamos vigilando bien, a pesar de que la vida sexual es importante, la gente dispone su dinero para comer, pagar medicinas, transporte público, en lugar de otras cosas”.
¿Y las fantasías?
La inflación también le gana terreno al cumplimiento de las fantasías sexuales, pues el precio de los aceites, ropa interior, disfraces, juguetes o hasta los juegos de mesa sobrepasan el salario mínimo con creces.
En las conocidas “sex shop”, los disfraces pueden variar de 20 a 35 millones de bolívares, mientras que los aceites para masajes varían entre Bs. 800 y un millón 500 mil. Los juguetes para damas o caballeros se elevan hasta los 19 millones.
La ropa interior de marcas reconocidas varía por piezas, pero los conjuntos se sitúan entre ocho y 10 millones de bolívares, mientras que la ropa comestible puede llegar a costar nueve millones de bolívares.
“Anticoncepción celestial”
El susto de las relaciones sexuales no es nada nuevo para las parejas, pero en los últimos años, el sexólogo Gerardo Giménez dice que “existe prácticamente una anticoncepción celestial” debido a las fallas continuas en los medicamentos hormonales.
Con una escasez de medicamentos que supera el 90% para patologías agudas según la Federación Farmacéutica de Venezuela, la escasez de métodos anticonceptivos por vía oral se ha reducido a máximo cuatro presentaciones comerciales, mayormente importadas, cuyos precios superan los 600 mil bolívares por caja.
A ello se suman el precio de los preservativos (generalmente una caja trae tres unidades), que tienen un costo aproximado de Bs. 150.000 dependiendo de su presentación.
“Sin anticonceptivos y el precio de los ‘hoteles de paso’, se ve afectada de forma sustancial la vida sexual de los venezolanos. Algunos recurren al método del ritmo pero se ha comprobado que no son del todo eficientes, y en caso de algún inconveniente, tampoco se consiguen las pastillas conocidas como ‘del día después’. Hasta los anticonceptivos son productos que se bachaquearon”, asevera el médico sexólogo.
Este fue uno de los problemas que tuvo que enfrentar Rubén Medina*. “Mi novia y yo tuvimos relaciones sin protección después de una fiesta, siempre nos cuidamos pero ese día no. Gracias a que fuimos precavidos, mi novia tenía una caja de pastillas del día después en su casa, pero después de eso nos quedamos sin reservas. No podemos cometer el error de que las ganas nos sobrepasen otra vez”.
¿Mejorar sin dinero?
“A la gente no le importa tener relaciones ‘choretas’ si el sueldo le alcanza para comprar comida”, refiere Giménez como una de las razones para la merma en las consultas privadas o públicas de sexología o urología.
Afortunadamente, algunos hospitales públicos como el Hospital Universitario de Caracas, el Hospital Doctor Carlos Arvelo (Hospital Militar), el Hospital Diego Risquez tienen consultas de sexología médica gratuitas, a las cuales la persona puede acudir si presenta algún problema o disfunción sexual.
Los casos más frecuentes que se presentan en las consultas son disfunción eréctil, eyaculación prematura en el caso de los hombres, o la disminución del deseo sexual o para lograr el orgasmo en las mujeres.
“Estas patologías también se ven afectadas porque las medicinas o no se consiguen o son inaccesibles. Hace poco tiempo, una sola tableta para que un hombre pudiese lograr una erección se conseguía en 50 mil bolívares”, destaca el especialista. Generalmente, para tratar este problema se puede necesitar una dosis diaria o interdiaria, y cada vez que se tengan relaciones sexuales.
Tampoco se están consiguiendo hormonas sexuales para las terapias de reemplazo hormonal, o para los trastornos psicoemocionales, como ansiedad o depresión tampoco se están consiguiendo, detalla el médico sexólogo, ¿Cómo ayudamos al paciente a controlar su ansiedad o depresión, mejorar su vida sexual si le indicamos un medicamento que no se consigue? Tratamos de hacer lo más que podemos en psicoterapia y educación sexual para manejar esas disfunciones sexuales”.
*Los nombres de las personas que ofrecen su testimonio fueron cambiados a su solicitud
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