Alertan sobre reaparición de fiebre amarilla en el país luego de 14 años
El epidemiólogo Julio Castro destacó que Venezuela debe hacer la notificación formal de fiebre amarilla no solo a la población, sino además a los organismos internacionales
La Sociedad Venezolana de Salud Pública (SVSP) y la Red Defendamos la Epidemiología Nacional emitieron una alerta el domingo 17 de noviembre luego de que el Instituto de Higiene Rafael Rangel confirmara un caso de fiebre amarilla en el estado Bolívar (sur del país), luego de 14 años sin registro de esta enfermedad.
La confirmación se supo hace dos semanas, pese a que la hospitalización del paciente, un indígena de 46 años de edad, fue en septiembre. Hasta el momento, no se han identificado casos sospechosos o confirmados en la zona de Kamarata, dentro del parque nacional Canaima.
El Ministerio de Salud tampoco ha divulgado información sobre el caso o declarado una alerta epidemiológica, resaltaron ambas organizaciones. Desde 2017, en Venezuela no se conoce información epidemiológica oficial debido a que la cartera, dirigida actualmente por Carlos Alvarado, restringió la publicación de los boletines.
El epidemiólogo Julio Castro destacó que Venezuela debe hacer la notificación formal del caso no solo a la población, sino además a los organismos internacionales en base al Reglamento Sanitario Internacional, pues esta es una enfermedad con base potencial a epidemia.
“Es como si apareciera un caso de sarampión, polio o ébola. Son una serie de enfermedades que por la forma en que se transmite o su riesgo para la población, estás obligado a notificarlo nacional e internacionalmente”, aseveró Castro.
El médico epidemiólogo destacó a TalCual que en el caso venezolano existe el virus, el vector (mosquito) se encuentra en todo el territorio y no se tiene a toda la población cubierta con vacunas, por lo que hay riesgo potencial de un brote o epidemia sino se toman los correctivos necesarios.
La vacunación oportuna es la única forma efectiva de prevenir la enfermedad. Además, debe existir una «estricta vigilancia epidemiológica» por parte de las autoridades sanitarias. Esto se dificulta debido a que no se conoce cuál es el porcentaje de la población que está vacunado contra fiebre amarilla en ese estado o en todo el territorio.
Para que una cobertura sea buena en el caso de protección contra un brote, debería ser superior al 85%, detalló Castro. «Estamos muy lejos de eso, y esa es otra de las condiciones de que la presencia de un caso de fiebre amarilla sea importante desde el punto de vista epidemiológico».
La SVSP y la Red de Epidemiología señalaron en su alerta que es el primer caso de fiebre amarilla confirmado en los últimos 14 años en Venezuela, luego de los brotes epidémicos ocurridos entre 2002 y 2005, que afectaron a estados como Zulia, Táchira, Portuguesa, Mérida, Monagas, Apure y Bolívar.
«En el estado Bolívar los últimos casos ocurrieron: en 1999, en un turista que visitó Canaima y al regresar a los Estados Unidos fue diagnosticado en ese país y en 2005, otro caso que resultó mortal», detallaron las organizaciones.
Además, la SVPS y la Red advirtieron que existen 17 estados del país (Amazonas, Anzoátegui, Apure, Aragua, Barinas, Bolívar, Cojedes, Delta Amacuro, Guárico, Mérida, Miranda, Monagas, Portuguesa, Sucre, Táchira, Trujillo y Zulia) con alto riesgo para la trasmisión de la enfermedad, que se realiza en las zonas urbanas a través del mosquito Aedes Aegypti (el mismo que transmisor del dengue y la malaria),
Venezuela es uno de los países de América del Sur con transmisión endémica de fiebre amarilla, a partir de focos selváticos. Desde 1997, se han confirmado 71 casos autóctonos de la enfermedad, incluyendo el caso actual.
Lo que debe saber de fiebre amarilla
Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la fiebre amarilla es una enfermedad producida por un virus transmitido por un mosquito dependiendo del entorno, sea selvático (Haemogogus) o urbano (Aedes).
Los síntomas de la fiebre amarilla son: fiebre, cefaleas, ictericia (color amarillento en la piel), dolores musculares, náuseas, vómitos y cansancio. Esta enfermedad puede prevenirse con una vacuna, que la OPS califica como muy eficaz y que no necesita un refuerzo.
La enfermedad tiene un periodo de incubación entre tres y seis días. Muchos casos son asintomáticos, pero cuando se presentan los más frecuentes son fiebre, dolores musculares, cefaleas, pérdida de apetito y náuseas o vómitos. En la mayoría de los casos los síntomas desaparecen en tres o cuatro días.
Las grandes epidemias de fiebre amarilla se producen cuando el virus es introducido por personas infectadas en zonas muy pobladas, con gran densidad de mosquitos y donde la mayoría de la población tiene escasa o nula inmunidad por falta de vacunación. En estas condiciones, los mosquitos infectados transmiten el virus de una persona a otra.
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