Algo podrido en Carmelitas, por Teodoro Petkoff
El Ministerio de Finanzas estuvo tratando de comprar el viejo edificio del Citibank situado entre Carmelitas y Altagracia, frente a la iglesia. El precio del inmueble era de algo más de cuatro millones de dólares y el ministerio hizo una oferta de pago con bonos de la República denominados en bolívares. El banco no aceptó esa modalidad de pago, pidió bonos en dólares, Finanzas se negó y el negocio se cayó. Una semana después una inmobiliaria compró el edificio por los cuatro millones y pico y a la semana lo vendió ¡al Ministerio de Finanzas! pero por NUEVE millones y medio de dólares, pagados en bonos denominados en la moneda americana. Un convenio posterior entre Finanzas y la inmobiliaria arregló el pago definitivo de la siguiente manera: 3 milloncejos de dólares en efectivo y 6,5 millones en bonos de la República en dólares, con un descuento de 60% . Luego estos bonos fueron adquiridos «¿por el Bandes?» pagando su valor facial, es decir el 100% . ¿Será un exceso de suspicacia, será paranoia, pensar que una operación tan bella, que un negoción one shot como este, que deja tan jugosa ganancia, podría envolver un guiso de proporciones homéricas? ¿El señor vicepresidente de la República, que en una época de su vida se dedicaba a llamar la atención sobre asuntos tan sospechosos como este, no siente convocada su vocación de cazador de guisos para averiguar cómo fue este tejemaneje?