Algunos rasgos históricos del baile de La Llora, Rafael A. Sanabria M.
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“Tranca el palo María Antonia que se quiebra la verá
Si se quiebra por la punta
cógela por la mitá
Palito jua jua jua
Palito jua jua jua”
La llora es un baile folclórico de los Valles de Aragua. Varias poblaciones (La Victoria, El Consejo, Quebrada Seca de Urbina, Zuata, San Mateo, El Conde) se atribuyen su origen pero no se conoce ningún documento que certifique alguno de estos reclamos. Su representación se ha extendido por el país, cada 2 de noviembre en plazas y escuelas.
Consiste en una ceremonia de los indígenas de la región central, recordatoria de la vida de una persona e imitados después de su muerte, eso según Lisandro Alvarado, que se realizaba después que su cadáver era solo una osamenta. El esqueleto era colgado de un árbol donde le entonaban cantos.
Rafael Olivares Figueroa afirma que la llora es una demostración de afecto conmemorativo en honor de un difunto, realizada tiempo después de su muerte. Actualmente, en la Guajira, se reduce al mero acto de llorar sobre el cadáver durante cierto tiempo, cuando en la colonia se realizaba a posteriori acompañada de algunas pantomimas o danzas elementales, según testimonio de los cronistas.
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Para 1765 el obispo Diez Madroñero visita el valle de Aragua y en 1781 lo hace el obispo Mariano Martí, entre otras providencias tomaron lo siguiente: “evitar el libertinaje de algunos padres de familia que permitían ciertas danzas y bailes indecentes (la llora)… y los expendios públicos de guarapos fuertes”.
Cipriano Castro en misiva al General Alcántara, el 22 de noviembre de 1905, expresa: “siento muchísimo no poder concurrir a la fiesta de San Mateo, como lo deseaba y lo siento además por no poder concurrir en esa ocasión a la gran llora que se prepara. Mi anticipada felicitación al que amaje, tumbe con estilo, decencia y habilidad propia de un buen diestro, puede dar en mi nombre los 800 bs para la fiesta. Tuyo, Cipriano Castro”.
Germán Fleitas Núñez, Cronista de La Victoria, afirma que “Por conspirar contra el gobierno de la corona española, Antonio José Ribas Herrera, hermano de José Félix Ribas, fue interrogado acerca de lo acontecido en una reunión en su casa, dijo no saber de qué le estaban hablando, porque tenía cinco días en el pueblo de La Vega, adonde había ido a acompañar al capitán general, a presenciar los bailes de la llora”. Para Fleitas el baile tiene más de festejo que de lloriqueos.
En el municipio Revenga, muy especialmente en los poblados de Quebrada Seca, El Conde y El Consejo, la llora mantuvo características particulares propias. Para Martín Matos oriundo de Quebrada Seca de Urbina, la llora es originaria de esa localidad y se bailaba durante noviembre, acompañada con un pequeño conjunto de músicos que también cantaban. Se bailaba la llora desde la siete de la noche hasta las dos de la mañana.
Don Rafael Aponte, entrevistado en El Consejo por la profesora Gisela Pastori de Núñez (1979), dice que se bailaba la llora en botiquines y mabíes. Se consideraba bárbaro y populachero, para gente ordinaria. Los instrumentos preferidos eran los de viento porque se destacaban en el griterío… Entre paso y paso hay un grito que parece de indios. Las damas con floridas faldas largas y los hombres de alpargatas y sombrero de cogollo. Para el señor Martín Matos, la llora era demostración de afecto para con los santos difuntos.
El baile consta de las siguientes partes, bien diferenciadas: La sambainina, la vaca, oso melero, la chispa, San Juan y la Magdalena y palo a palo.
Para Urbaneja Achelpohl (1896) la llora es una amalgama de las culturas indígena, negra y europea. En noviembre de 1979 el Concejo Municipal de La Victoria se comprometió a apoyar la tradición del baile de la llora. En febrero de 1980 es filmado para la televisión, grabado por el Grupo Vera. La llora es tradición que viene de antes que los españoles, atravesando culturas y mezclándose con ellas, bailado en barrios, escuelas e instituciones públicas de Aragua con orgullo, como herencia de nuestros ancestros.
La llora es patrimonio de los Valles de Aragua, de Venezuela y dei orbe todo. Como tal debe ser reconocida y preservada. Es hora de que sea reconocida oficialmente y promovida ante la Unesco como patrimonio de la humanidad.
“Vamos a llorar muchachos
antes que se acabe el mes
El primero de todos los santos
y el último de San Andrés”
Rafael Antonio Sanabria Martínez es profesor. Cronista de El Consejo (Aragua).
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