Ampliación de brecha cambiaria vuelve a beneficiar importación y afecta producción local
La brecha entre el mercado oficial y el paralelo se amplió con más fuerza en las últimas semanas y ya es de 23%. Las propias autoridades reconocieron que aplicarán «medidas quirúrgicas» para reducirla y llamaron a los privados a «cuidar las divisas», pues la vicepresidenta apuntó que el Estado aporta 31% de esas intervenciones en el mercado, mientras que la empresa privada la mayoría
La brecha entre el mercado cambiario oficial y el paralelo se amplía desde agosto de este año, una situación que ya es conocida por la población y que agudiza los viejos problemas en una economía donde desde hace años los economistas advierten la falta de sanas políticas monetarias.
El problema cambiario no tiene un par de años, para algunos especialistas esto lleva décadas.
El comportamiento de esa brecha se ha ido haciendo cada vez más distante. Por ejemplo, durante el primer trimestre de este año la brecha entre los dos tipos de cambio era de 6,1% y para el segundo trimestre fue 9,4%. Mientras que para este 22 de octubre era 23,17%. La situación trae consigo distorsiones, que afectan a toda la población, pero también especialmente a la producción nacional.
Un informe de octubre de este año del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) señala que el tipo de cambio real refleja la capacidad de compra interna y externa de una moneda. Cuando la inflación interna supera la variación de la tasa cambiaria, que es el caso de Venezuela, los productos extranjeros se vuelven relativamente más baratos en comparación con los productos nacionales, lo que estimula las importaciones y afecta negativamente la producción interna.
El economista Hermes Pérez explica a TalCual que mantener un tipo de cambio fijo es costoso y encarece las exportaciones de bienes y servicios, “destruye empresas y genera desempleo. Los problemas de un tipo de cambio fijo son mayores que las ventajas que trae”.
La ampliación en el mercado ha obligado al Banco Central de Venezuela (BCV) a tener un mayor dinamismo en las intervenciones cambiarias. El BCV mantiene una costosa política para anclar el tipo de cambio, y en lo que va de año las intervenciones del ente emisor, que se ubican en 4.123 millones de dólares, casi superan las que hizo en todo 2023 ($4.759 millones).
La propia vicepresidenta, Delcy Rodríguez, dijo el pasado 18 de octubre que las autoridades aplicaban medidas “coyunturales” para reducir la brecha. “Toca hacer una operación quirúrgica que ya se está haciendo para reducir la brecha, esa brecha genera todo tipo de distorsiones”, dijo durante la asamblea anual de Fedecámaras. Además, señaló que existe «un aprovechamiento de la banca, ver cómo se hace un negocio” de la situación.
“Hay una variación, pero hay que decirlo, hay una gran demanda de divisas y lo vemos comparando importaciones 2023-2024. Hay más exigencia de divisas y ahí el bloqueo sigue restringiendo. Los canales que existen en la banca privada ya se hacen insuficientes, es tanta la demanda de divisas, por ejemplo, para compras suntuarias. (…) Hay que revisar el empleo de divisas baratas, que para un tipo de importaciones se está dando de una manera agigantada”, expresó la funcionaria.
Rodríguez también pidió a los empresarios “hacer buen uso” de las divisas y advirtió que estos debían estar preocupados y ellos también (Gobierno) porque ambos aportan al mercado cambiario.
El economista, Giorgio Cunto, especialista en finanzas internacionales, dice que el alza de las últimas semanas en este sector obedece a dinámicas subyacentes, en ese sentido, explica a TalCual que desde 2019 el tipo de cambio muestra ajustes escalonados. “Hay periodos de estabilidad y después tiene ajustes súbitos. En general el comportamiento del tipo de cambio oficial está asociado a la disponibilidad de divisas y expectativas, esta situación de estabilidad que lleva un tiempo es vulnerable porque sus soportes son frágiles”.
Entre enero y octubre de este año el dólar oficial aumentó 9,98%, pero el incremento más pronunciado se debió al ajuste de la última semana. A principio de 2024 la divisa comenzó en 35,95 bolívares, mientras que para este 22 de octubre cerró en Bs 39,18 por dólar.
Cunto agrega que la diferencia que existe entre el oficial y el paralelo se traduce en dinero que el Estado está entregando en subsidio cambiario, sin mayores beneficios para la economía. El especialista sostiene además que para que el paralelo baje pasa por dos medidas: permitir que la tasa oficial aumente para equilibrarlas o elevar la oferta de divisas.
“El paralelo se aleja porque el BCV no está vendiendo suficientes divisas, entonces aquellos que no pueden conseguir en el BCV, lo buscan por otras vías y el paralelo se comporta como cualquier otro bien: sube”, comenta Giorgio Cunto.
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Los datos del PNUD indican que a pesar de los esfuerzos del BCV por controlar el mercado a través de inyecciones de divisas en el mercado estas no impidieron el desplazamiento. Durante el segundo trimestre de 2024 el organismo dispuso de unos $800 millones para contener la fuerte demanda de divisas y así mantener la estabilidad cambiaria, pero “a pesar de ello, en esos tres meses, la brecha se amplió en más del 50%, con relación al primer trimestre”, refiere el análisis.
El informe del PNUD sostiene que dado el comportamiento del mercado prevén que al cierre de 2024 se acumulen siete años consecutivos de apreciación del tipo de cambio real. “Durante los primeros seis meses de 2024, el tipo de cambio real se apreció 5,4% anualizado, desglosado en 8,3% en el primer trimestre y 2,6% en el segundo trimestre. Esto muestra una desaceleración en el ritmo de apreciación durante los meses de abril a junio. Se estima que esta tendencia continúe y que el año cierre con una apreciación en torno al 2%, asociada a la política de anclaje cambiario”.
Qué cantidad de esos millones de dólares que se venden en el mercado provienen del Estado, es un número opaco del que no hay información oficial. Sin embargo, Delcy Rodríguez, también vicepresidenta del área económica, arrojó luces durante su intervención con Fedecámaras, e indicó que la mayor cantidad de divisas provienen del sector privado y que el Estado aporta 31%. “Todos deberíamos estar preocupados de cómo se usan esas divisas en las importaciones, todos tenemos que cuidar las divisas. No puede haber divisas baratas”, dijo.
Sobre cómo se comportan esas intervenciones que coordina el BCV, el economista Giorgio Cunto explica que mucho de ese dinero viene por colocaciones de Petróleos de Venezuela (Pdvsa), es el ente emisor el que centraliza los ingresos del Estado y se encarga de coordinar y vender las divisas a las mesas de cambio de la banca, donde participan distintos oferentes.
“También hay ofertas generales de Chevron en el mercado cambiario y privados que participan en mercados no oficiales. El flujo de divisas que perciba el Estado venezolano, indirecta o indirectamente, está contribuyendo con la venta de divisas, incluso si se trata de ingresos que no necesariamente se manejan por los canales más claros”, dice Giorgio Cunto también científico de datos.
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El especialista comenta que no todas esas divisas salen de las reservas internacionales del BCV, si bien estas en los últimos años han caído a mínimos históricos, el economista indica que es difícil trazar si la bajada de las reservas corresponde ciertamente a las inyecciones de divisas en el mercado cambiario. “Mucho de esas inyecciones son alimentadas por flujos de operaciones externas que hace el Estado venezolano, venta de oro por ejemplo o Pdvsa que puede ofrecer en estos sistemas cambiarios. Las reservas no necesariamente son el único elemento para evaluar la salud de este sistema”, dice.
El Gobierno también ofreció cifras del alza en el mercado cambiario durante la intervención de la vicepresidenta en el evento de los gremios privados. Allí Delcy Rodríguez señaló que la variación tipo del cambio oficial entre enero y septiembre de este año fue de 2,68%, mientras que para 2023 se ubicó en 96,84%; 276% en 2021 y 836% en 2020.
En cuanto al alza del dólar paralelo aportó datos solo de tres años. Entre enero y septiembre de 2024 Rodríguez dijo que el dólar paralelo aumentó 11,88%, mientras que en 2023 fue de 91%. Por otro lado, la vicepresidenta también mencionó la astronómica cifra de 2018, un año de hiperinflación, cuando la divisa en el mercado no oficial aumentó, según los datos oficiales, 8.701%.
Un problema de décadas
El economista Hermes Pérez indica que la brecha cambiaria se observa desde 1983. “No es un fenómeno nuevo, es persistente en la economía venezolana, porque los gobiernos intentan mantener tipos de cambio fijo a pesar de tener una inflación más alta”, explica. A su juicio, el problema de fondo está asociado a ambas cosas: no son sostenibles a largo plazo y al final la brecha crece tanto que es insostenible en el tiempo.
En un año Pérez dice que los precios (inflación) aumentaron 26%, mientras que el tipo de cambio 8%, justo allí se da la distorsión y repite que algo así no es insostenible en ninguna economía.
“El tipo de cambio es un precio más. El dólar viene subiendo a una velocidad más lenta, entonces el negocio es comprar dólares. Es una situación que se repite, seguimos cometiendo los mismos errores del pasado. Antes de fijar el tipo de cambio, hay que abatir la inflación, porque se quiere mantener un tipo de cambio fijo, hacer esto te da certidumbre económica, planificas la compra de bienes y servicios, abaratas los bienes importados, pero para ello tarde o temprano tienes que devaluar”, apunta Pérez.
Para el especialista, el tipo de cambio de equilibrio -el precio real que debería tener la divisa en el mercado oficial- debería ser de unos 54 o 55 bolívares por dólar.
El economista comenta que esta situación no es un problema menor para los comerciantes, en ese sentido, indica que en una operación de 500 dólares un comerciante puede perder $100, “No es trivial, es enorme”, defiende. La brecha en el mercado -que se mantiene por encima de 20%- genera incertidumbre. “Quién en este contexto está pensando en invertir, es muy complicado, esto imposibilita establecer horizontes a cortos y mediano plazo y viene pasando de manera repetitiva”, dice.
Un informe elaborado por el Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la Universidad Católica Andrés Bello (IIES-UCAB) señala que en los últimos cuatro años el tipo de cambio habría perdido más de 50% de su valor real. “Una apreciación de esta magnitud desde luego ha tenido importantes efectos sobre la economía real, dificultando las exportaciones, promoviendo las importaciones e incentivando la salida de capitales”.
El Instituto advierte que la inestabilidad política, acrecentada desde las elecciones presidenciales de este año, así como la reducida disponibilidad de divisas en manos del BCV y los riesgos asociados a las eventuales reacciones de la comunidad internacional con el objeto de promover una solución al conflicto político en Venezuela, generan “sin duda” presiones sobre el mercado cambiario.