Análisis l El chavismo obtuvo una victoria débil forzada por el remate y el chantaje
La jornada del evento electoral confirmó que la contienda fue una elección no competitiva y con resultados predecibles, pero además sin oferta para el cambio
El chavismo obtuvo una victoria débil forzada por la movilización el 6D. En la jornada, se confirmó que la contienda fue una elección no competitiva.
El politólogo Ángel Álvarez indica que la abstención de casi 70% no debe sorprender.
En este sentido, atribuye la poca participación a varios factores: las elecciones legislativas nunca motivan mucho a menos de que algo importante esté en juego, como ocurrió en 2015, cuando la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) posicionó la oferta de cambio de régimen y salida de Maduro como resultado de las votaciones; el proceso comicial se realizó en medio de la pandemia por el COVID-19; y la población venezolana lleva, al menos dos años en grave emergencia, tratando de sobrevivir el día a día.
En las Parlamentarias de 2015, la participación fue de 74% con 14.385.349 electores.
En 2020, con 98,63% de transmisión de las actas, el CNE informó que la participación fue de 30,5% (6.251.080 votos); el Gran Polo Patriótico (GPP) obtuvo 4.277.926 votos, lo que representa 68,43%.
En los cómputos, le siguen la Alianza Democrática con 1.095.170 votos (17,52%), otros partidos con 405.017 votos (6,48%), Primero Venezuela con 259.450 votos (4,15%) y el Partido Comunista de Venezuela (PCV) con 168.743 votos (2,7%).
Álvarez hace foco sobre un dato: “El número de votantes obtenidos por el chavismo es cercano al de empleados públicos, que obviamente son más fácilmente presa chantaje y de objetos de movilización que el resto de los votantes”. Sin embargo, el analista califica como un error traducir los resultados del 6D en puro rechazo a Maduro.
“Parte, es tal vez, rechazo. Pero, otra parte, es simplemente desencanto con la política producto un cálculo muy simple por parte del elector: su voto no tiene valor de cambio, no gana nada votando porque ni la oposición que participó le prometió nada útil ni realista ni Maduro está en posición de cumplir nada. Ni a sus propios seguidores les complace ya”, puntualiza Ángel Álvarez.
Chavismo decrecido
Tras un proceso viciado en su convocatoria, normas y jornada acomodaticia, los resultados del 6D no sorprenden, aunque generan varias lecturas. Para el politólogo Luis Salamanca, ex rector del CNE, el chavismo se viene reduciendo electoralmente de manera significativa.
“Si se compara el computo del CNE de 2020 con el resultado del 2015 del Gran Polo Patriótico (GPP), que entonces obtuvo 5 millones 625 mil 248 votos. se observa que el chavismo no ha crecido. La población electoral sí, pero ellos”, acota Salamanca.
El analista pone sobre la balanza otro elemento y refiere que el porcentaje de la abstención dado por el CNE, el 7 de diciembre, refleja el mismo porcentaje, 70%, de gente que quiere un cambio político en Venezuela, según arrojan las encuestas.
“La gente quiere votar en una elección siempre y cuando Maduro y su régimen respeten la democracia. Esto es una dictadura porque impide la real expresión de la pluralidad del venezolano”, argumenta Salamanca.
Refiere que el madurismo y el chavismo siempre han querido cambiar la realidad. En consecuencia, la gente, explica, respondió al llamado de la abstención y a su percepción de que en esa elección no se jugaba nada serio, aunque tuviera en juego el Poder Legislativo.
“El problema es que el 6D no había competencia, no hubo verdadera lucha entre las fuerzas políticas en Venezuela, a las cuales Maduro apartó para que no lo pusieran en riego. La oposición permitida que, en algunos casos, logró su objetivo que era figurar, más allá de eso no creo que vayan a poder”, acota.
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Asimismo, el politólogo cree que la oposición mayoritaria quedará en un limbo político a partir del 6 de enero de 2021. A su juicio la continuidad constitucional de la Asamblea Nacional que dirige Juan Guaidó no tiene sostenibilidad, y perdió el amparo institucional de la lucha que le proveía el Poder Legislativo.
“Propongamos una variable contra fáctica: ¿Qué hubiera pasado si la oposición mayoritaria dirigida por Guaidó se hubiera presentado con una plancha unitaria, Maduro habría hecho las elecciones? No cabe duda que el 70% que quiere cambio, se hubiera expresado”, expresó el politólogo Luis Salamanca.
Desde el punto de vista de Salamanca, la oposición debe redefinir su estrategia para los venideros procesos electorales y asumir que en un gobierno como Maduro es cuesta arriba lograr garantías plenas, por lo que el impulso debe sr crear un contrapoder acumulando fuerza.
Victoria pírrica
El director de Datincorp, Jesús Seguías, califica como pírrica la victoria del chavismo el 6D al obtener la mayoría de la nueva Asamblea Nacional con participación del 30,5%, muy distante al triunfo de la MUD en 2015.
“El chavismo se ha mantenido estable, a nivel de los estudios cuantitativos que se realizan. Hay un porcentaje de 18 a 20%. Sin embargo, hay mucho descontento interno, la motivación se va perdiendo, no sabemos hasta dónde pudo afectar esto los resultados del 6D. En el chavismo, hay una procesión por dentro”, asegura.
De acuerdo con el análisis de Datincorp hubo una abstención masiva de la clase media.
“De no haber sido por la Operación Remate a última hora y la coacción de empleados públicos y electores registrados en el Carnet de la Patria, los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP) y tantos organismos de control social y político, la catástrofe hubiera sido mayor”, señala Seguías.
Para Seguías, el chavismo se mantiene unido «ante la ausencia de una oposición capaz de seducirlos y de convencerlos hacia una vía que sería la correcta para los chavistas que están inconformes con el gobierno. Ningún sector de la oposición se ha dedicado a seducir al chavismo, a construir una alternativa. Estos opositores siguen imbuidos en una política no incluyente”, indica.
Asimismo, destaca que la oposición mayoritaria estará, después del cinco de enero, en un limbo político.