Apagones continuarán: 3 transformadores en Guri dejaron de operar
Sindicalistas denuncian la falta de reposición de los equipos. Más de 70% de los transformadores cumplieron su vida útil
Trabajadores y sindicalistas de la Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec) afirman que la situación ha sido muy ruda en el Guri, que suministra entre 75% y 80% de la energía que consume el país debido a que las plantas termoeléctricas están prácticamente paralizadas.
Por la falta de mantenimiento preventivo en el patio de líneas de transmisión de la central hidroeléctrica del Guri, en el estado Bolívar, no fue descubierta una fuga de aceite altamente inflamable en un autotransformador de 400 kVa, que provocó que el equipo explotara el lunes pasado. El incendio afectó a otros dos transformadores, de igual potencia.
Aseguran que las fallas eléctricas continuarán porque el transformador que se quemó no tiene reemplazo y no hay repuestos para sustituir las partes dañadas de los otros dos, que también están fuera de servicio.
“Les hemos hecho las pruebas pero ninguna resulta. No tenemos nada para reemplazarlos”, coinciden los trabajadores, que por seguridad prefirieron no identificarse.
“Si se hubiera hecho el mantenimiento preventivo, esa fuga de aceite se hubiera detectado a tiempo y controlado, pero solamente se están haciendo los mantenimientos correctivos, y ahora estas son las consecuencias que tenemos que enfrentar”, dijo Alexis Rodríguez, directivo de la Federación Nacional de Trabajadores Eléctricos.
Sindicalistas del sector han denunciado en reiteradas oportunidades que el gobierno de Nicolás Maduro, principalmente el ministro de Energía Eléctrica y presidente de Corpoelec, mayor general Luis Motta Domínguez, no gestiona la reposición de los equipos que están en las subestaciones. Más de 70% de los transformadores ya cumplieron su vida útil.
Rodríguez señala que no es tan fácil reemplazar el transformador que se dañó como ir a una ferretería a comprar una pila, además de que la fabricación es sumamente costosa. “Cada país tiene un sistema eléctrico distinto, inclusive dentro de Venezuela hay distintos tipos de voltaje. El transformador hay que mandarlo a hacer, y quienes lo fabrican son la ABB (acrónimo de Asea Brown Boveri, una corporación multinacional)”.
Para no afectar el sistema eléctrico nacional, el sindicalista añade que la carga debe balancearse, lo que significa suministrarle energía solamente a algunos estados. “Si no, también se podría alimentar a, por ejemplo, 20 estados, pero muchas zonas se quedarían sin servicio, sobre todo en la hora pico que es cuando hay mayor consumo de electricidad”.
En menos de 19 días, dos mega apagones nacionales dejaron no solamente a oscuras gran parte de Venezuela, sino también seca e incomunicada. Los apagones agudizaron el problema del servicio de agua potable, pues sin luz no hay forma ni manera de que funcionen las bombas en los sistemas hídricos ni los motores de algunos tanques de edificios y casas.
El gobierno de Maduro, considerado “ilegítimo” por la Asamblea Nacional y por cerca de 60 países, alega que las fallas eléctricas son consecuencia de ataques cibernéticos perpetrados por la oposición y por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
El último argumento del gobernante fue que el culpable del apagón del lunes fue un presunto francotirador que provocó un incendio al atacar con un fusil “el patio de transformadores de la central hidroeléctrica del Guri”.
El Ministerio Público, presidido por Tarek William Saab, designado por la asamblea constituyente, designó a tres fiscales para investigar “el sabotaje e incendio registrado en el patio de líneas de transmisión del Guri”.
Políticos, ingenieros eléctricos y trabajadores y sindicalistas de Corpoelec rechazan las versiones oficiales al afirmar que la caída del servicio responde, principalmente, a la negligencia del gobierno de Maduro y a años de falta de mantenimiento y de corrupción.
De acuerdo con la más reciente investigación de la ONG Transparencia Venezuela, las tres empresas propiedad del Estado identificadas del sector de servicio eléctrico tienen denuncias de irregularidades de funcionamiento, falta de insumos, conflictos laborales o de corrupción. “En el país se ha venido conformando un sistema de rasgos cleptocráticos y las empresas propiedad del Estado no escapan de él. Se trata de un modelo de gobierno enfocado en el enriquecimiento de los propios directivos que ejercen el monopolio de las decisiones, los recursos y el poder”, señala la organización.