Apaguen los microfonos, por Simón Boccanegra
Mientras este lío entre Colombia y Venezuela se mantenga en las ondas hertzianas y en los comunicados públicos, el peligro de que se hinche hasta extremos altamente inconvenientes es muy grande. Sobre todo porque no hay tecla más fácil de pulsar que la del chovinismo y cuando las cosas se ventilan a gritos el bombeo de adrenalina suele nublar el entendimiento. Lo primero que habría que hacer es apagar los micrófonos, y si fuere posible callar a todo otro vocero que no sean los estrictamente oficiales y apresurar las gestiones para un encuentro entre ambos presidentes. Si ambos se sientan, cara a cara, pronto se les hará evidente que no existe ninguna alternativa al restablecimiento de la normalidad. De lo contrario, ¿cómo se resuelve esto? Tal vez el gran intermediario para que este diálogo se de podría ser el presidente Lula, quien coincidencialmente estará de visita en Colombia el próximo miércoles. Dadas las buenas relaciones que el mandatario brasileño mantiene con sus dos homólogos andinoamazónicos, su intervención podría ser realmente providencial.