Arde Guayana, por Simón Boccanegra
El ex líder sindical Nicolás Maduro ha calificado las acciones de protesta de los trabajadores de Sidor de «anarco-sindicalismo-populismo». Parece el lenguaje el general Gómez. Con una piedra quiso matar tres pájaros. Pero ocurre que los trabajadores de Sidor no han hecho otra cosa que ejercer el derecho, constitucionalmente garantizado, de protestar el incumplimiento del Gobierno en el acuerdo que este firmara con ellos días atrás. Solo que el ex sindicalista, devenido presidente de la Republica, dirá que una cosa es con guitarra y otra con bandola. Cuando era dirigente sindical propiciaba acciones de protesta, ahora que es gobierno, las condena. Diríase un giro de 180 grados. Uno podría pensar que ha asumido la visión tradicional del establishment sobre las acciones obreras. Estas, por principio, son siempre condenadas y rechazadas en la parte de arriba de la sociedad, donde se ponen de acuerdo empresarios y funcionarios públicos para golpear la protesta de los trabajadores. En la Guayana de la industria pesada se esta incubando un fuerte sentimiento de reclamo y protesta frente a un gobierno-patrono inconsecuente. No es solo Sidor. También en Ferrominera y en las tres empresas del aluminio se han producido movilizaciones y paros parciales, que son como un aviso de lo que podría venir si no hay cambios en la política hacia los trabajadores de las grandes fabricas. Hay un detalle interesante. En Sidor, la masa laboral desbordó a la dirigencia sindical, elegida hace algunos años, y de mucha cercanía con el chavismo. Eran otros tiempos, cuando la ilusión todavía pervivía.
Pero la tozuda realidad ha convencido a los trabajadores de que el chavismo, en su relación con ellos, ha sido una estafa más. Es difícil que vuelvan a ganar elecciones sindicales.