Argentina se une a «selecta lista» de países que no cuentan con un Banco Central
El presidente electo de Argentina, Javier Milei, ratificó su intención de cerrar el Banco Central; con lo que cumple una de sus promesas. Así, la nación sudamericana se une a los pocos países que no cuentan con una instancia como esta
La decisión del presidente electo de Argentina, Javier Milei, de cerrar el Banco Central de su país como parte de sus medidas radicales para estabilizar la economía de la nación sudamericana le llevará a estar en una pequeña y «selecta» lista de países del mundo que tomaron una decisión similar como Kiribati, Tuvalu, Andorra, Islas Marshall, Isla de Man, Mónaco, Nauru, Micronesia, Palaos, Panamá y el pequeño Principado de Liechtenstein.
De acuerdo con la BBC, un país que no cuenta con un Banco Central facilita el perder una «política monetaria soberana individual», es decir, que no puede fijar las tasas de interés ni el tipo de cambio con otras monedas; al igual de que no puede imprimir dinero ni financiar el gasto público del Estado; situación que iría acorde con la decisión de Milei de reducir el número de ministerios en el gabinete.
Tampoco entonces Argentina tendrá la probabilidad de supervisar los bancos comerciales ni medios de pago, porque un Banco Central es el que regula el sistema financiero y administra, además, las reservas internacionales de un país.
En el caso de la nación sudamericana, que pretende dolarizar la economía, las decisiones se tomarán desde la Reserva Federal de Estados Unidos. Con esto, a su vez, se elimina la incertidumbre sobre el tipo de cambio y así facilitan las exportaciones de productos a los mercados internacionales.
La analista del equipo financiero de Verisk Maplecroft, explicó a la BBC que si se elimina el Banco Central, se necesita a su vez una autoridad que controle o supervise la actividad financiera para vigilar a los bancos y varias regulaciones macroprudenciales. «Se puede llegar a eliminar el organismo, pero no eliminar todas las tareas”, agregó.
Y es que el objetivo de casi todos los bancos centrales del mundo es el de preservar el valor de la moneda propia y mantener un nivel bajo de inflación.
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Esta propuesta de Milei en Argentina no es nueva. Para 2018, el economista estadounidense Steve Hanke ya decía que para resolver la crisis de hiperinflación en Venezuela pasaba por dolarizar completamente la economía. Para ello, se sugería la eliminación del Banco Central de Venezuela con estos pasos:
1.- Inicialmente, el Banco Central de Venezuela (BCV) debe cesar la emisión de bolívares, excepto “como reemplazo por montos iguales de la vieja moneda que se desgasten”.
2.- Progresivamente, salvo al próximo punto a especificar en el siguiente párrafo, los salarios, precios, activos y pasivos deben ser convertidos de bolívares a dólares, “por 60 días después que esta ley entre en vigencia, salarios y precios dejarán de ser cotizados en bolívares”.
3.- En un mismo sentido, las tasas de interés deberán ser convertidas a la moneda de reemplazo empleando el siguiente procedimiento:
El comité independiente de expertos especificado en la ley que acompaña a ésta, deberá escoger una tasa de interés que sea punto de referencia en bolívares venezolanos y moneda de reemplazo, teniendo como características similares vencimiento y liquidez en la medida de lo posible.
Por lo que, según el especialista, la proporción existente entre las tasas de interés en bolívares y el punto de referencia de la tasa de interés en este, determinará la tasa de interés en la moneda de reemplazo, la cual llevará la misma proporción de la tasa del punto de referencia en la moneda de reemplazo.
A su vez, Hanke agregó, que las que serían las nuevas tasas de interés en la moneda de reemplazo que resulten del proceso de conversión, excederían el 50% anual.
4.- Ulteriormente, propone que la persona que presida la República de Venezuela asigne un comité de expertos en temas técnicos relacionados con esta ley de dolarización, para recomendar los cambios en las regulaciones que puedan ser necesarias.
5.- Es necesario que “nada en esta propuesta de ley prevenga a las partes de hacer una transacción, usando cualquier moneda que sea mutuamente acordada. Sin embargo, la moneda de reemplazo puede ser establecida como moneda por defecto donde no se especifique otra”, añade el economista.
6.- Al mismo tiempo, mientras los bolívares venezolanos se mantengan en circulación, “el Ejecutivo Nacional deberá aceptarlos como pago de impuestos sin prima a la tasa de conversión con la moneda de reemplazo. No será obligatoria la aceptación de bolívares venezolanos por otra parte cualquiera”.
7.- Consecutivamente, dentro de un lapso de cinco años, “el gobierno deberá amortizar todos los bolívares pendientes por la moneda de reemplazo o cambiarla por deuda gubernamental, llevando una tasa de interés determinada por el mercado”, enfatiza Hanke, al tiempo que advierte que si no se aplican las medidas correctas, la hiperinflación puede subir aún más dentro de la nación.