¡Arriba la vinotinto!, por Simón Boccanegra
Este minicronista fue ayer al Olímpico a hacer barra por los muchachos de la vinotinto. Arrastrado también por la marejada que nos lleva a vivir la emoción del triunfo futbolístico a través de nuestra propia franela y no, vicariamente, con la de otros -así sea la canariña de nuestros amores-, este minicronista gozó una y parte de otra viendo a un equipo que, así haya sido contra otro que también es una «sopa» suramericana, mostró garra, ganas de ganar, team work y un toque de balón caribeño que lo va a llevar muy lejos. En el estadio había un ambientazo. Era, perdóneme el gordo Alejandro Chacón, nuestro amable cronista del futbol, como un Caracas-Magallanes. El fútbol está dejando de ser un deporte andino y popularmente ya está arropando a todo el país. Después el gentío salió a celebrar. Es como si en estos tiempos menguados, en esta mala hora, el deporte nos estuviera dando las satisfacciones que en otros ámbitos escasean, reforzando la autoestima nacional, bastante averiada por ahora. A Richard Páez y sus muchachos, un gran abrazo de felicitación.