Así se «hace» un gran líder empresarial, por David Somoza Mosquera
Faltan pocos días para que culmine 2023 y como es tradición para algunas personas es el momento -tanto a nivel personal, como profesional- para armar una lista de resoluciones. Aunque puede parecer un simple gesto, también podría verse como el momento para reflexionar en los cambios que se quieren o necesitan hacer en algún aspecto de la vida y comprometerse a lograrlo,
Es así como el Año Nuevo se asemeja a una hoja en blanco que da la oportunidad de hacer las cosas de una manera diferente, con el propósito de obtener mejores resultados. Poner sobre papel aquellas metas o tareas que se quieren alcanzar en cualquier ámbito –independientemente de que sean o no las resoluciones para el nuevo año– ayuda no solo a visualizarlas mejor, sino también a planificarlas a corto, mediano y largo plazo. Esto da un mayor impulso para alcanzarlas.
En esa línea de «resoluciones» no está de más que los líderes se propongan para el nuevo año convertirse no solo en mejores sino en grandes líderes, un viaje que requerirá de ellos aprendizaje y crecimiento continuos.
La pregunta de partida para emprender esa travesía, la cual es formulada por la periodista Rebecca Knight en su artículo 8 Essential Qualities of Successful Leaders es: «¿Tienes lo que hace falta para ser un gran líder?»
Ya no basta con sobresalir en la comunicación, ni ser experto en planificación y resolución de problemas, como tampoco tener la capacidad de delegar. Un gran líder también debe ser capaz de superar todos los desafíos que se presenten.
«Más allá de estas habilidades, las cualidades que diferencian a los grandes líderes son más esquivas y, a veces, pueden parecer de otro mundo. Los líderes excepcionales poseen un cierto factor X que hace que parezca que saben qué hacer de forma inherente», señala Knight, y procede a citar a Linda Hill, profesora de la Escuela de Negocios de Harvard.
Para una de las principales expertas del mundo en liderazgo, los líderes estrella no nacen con capacidades sobrehumanas. Más bien tienden a ponerse intencionalmente en situaciones en las que tienen que aprender, adaptarse y crecer para desarrollar la tenacidad y la fortaleza para motivar y guiar a los demás.
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«El liderazgo es un proceso de autodesarrollo. Nadie puede enseñarle a usted cómo liderar; tiene que estar dispuesto y ser capaz de aprender cómo liderar. Sobre todo, aprendemos de nuestras experiencias y de la adversidad. Salir de los espacios en los que nos sentimos seguros es un proceso poderoso», advierte Hill.
Y aquí retomamos un aspecto planteado por ella que es crucial: las ocho cualidades más importantes que se deben desarrollar para ser un gran líder.
- Autenticidad. Ser genuino y fiel es fundamental para el éxito en cualquier puesto. El líder debe encarnar su mejor yo. No basta con ser muy eficaz, también debe ser capaz de motivar e inspirar a quienes lo rodean.
- Curiosidad. Es una forma de pensar, de explorar territorios inexplorados. Los grandes líderes tienen una perspectiva «de fuera hacia adentro» de sus organizaciones y equipos; es decir, tienen la capacidad de analizar las situaciones y los problemas desde el punto de vista de las partes interesadas externas.
- Destreza analítica. El liderazgo requiere la capacidad de analizar problemas complejos, identificar sus causas fundamentales y encontrar nuevas soluciones. Confiar en los instintos no basta.
- Adaptabilidad. El mundo está cambiando más rápido que antes, en parte debido a la tecnología y la inteligencia artificial, y el líder tiene que poder adaptarse a estas demandas promoviendo ideas innovadoras.
- Comodidad con la ambigüedad. Un líder eficaz debe cultivar una mentalidad sistémica, que le ayude a entender cómo están conectadas las cosas y le permita enfrentarse a ideas opuestas. Debe evitar caer en la trampa del pensamiento lineal porque puede pasar por alto la interacción de diferentes dinámicas.
- Resiliencia. Los líderes de éxito reconocen la naturaleza fluida de las situaciones y se esfuerzan por entender el contexto cultural en el que operan. Lo más importante es exhibir la resiliencia para recalibrar si se desvían del rumbo y recibir la opinión de los demás preguntándose: «¿Hay otro camino?».
- Empatía. Entender y conectar con los demás a nivel emocional es un rasgo clave de un liderazgo sólido. Los líderes deben fomentar las relaciones, generar confianza y participar activamente con los miembros de su equipo.
Ciertamente existen otras cualidades, pero estas ocho definidas por Hill hacen de un líder un gran líder empresarial.
David Somoza Mosquera es especialista en temas de negocios y manejo de capital humano.
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