Augusto Tiagloni: Después de elecciones, el correísmo atravesará un momento de introspección, discusión y autocrítica
El especialista en política internacional opinó que el gran desafío que tiene el electo mandatario de Ecuador es tener cintura política para construir acuerdos y así poder gobernar en El Parlamento
Bajo la alianza entre los medios venezolanos, Efecto Cocuyo y TalCual se realizó la acostumbrada entrega de los jueves, «Cocuyo Claro y Raspao», en el que los directores de cada medio, Luz Mely Reyes y Xabier Coscojuela, compartieron espacio con un nuevo invitado.
En esta ocasión, los acompañó el periodista argentino Augusto Tiagloni, especializado en política internacional. Este es editor de La Política On Line en Argentina, México y España. Es director de Resumen del Sur (podcast de política internacional que se transmite por IVOOX). También se desempeña como conductor de 0223 Radio y articulista para FM La Patriada.
XC: En Ecuador se definió quien es el presidente, que es Guillermo Lasso. este fue su tercer intento como candidato presidencial. La tercera fue la vencida. Se va a encontrar con un país en una situación económica complicada, como estamos prácticamente todos los países agravados por la pandemia y con un Parlamento donde no tiene mayoría. La primera minoría es el partido que acompañó al candidato que derrotó y que es el correísmo. ¿Cómo puede manejarse Lasso en esta circunstancia, con una economía complicada y un parlamento donde no tiene mayoría y donde además en la primera votación la izquierda recibió más del 60% de los votos? ¿Qué tan buena mano zurda tiene un candidato de la derecha como lo es Lasso?
AT: Me parece que ese es el gran desafío que tiene Lasso. Lasso para quienes no lo conocen es un representante tradicional de la derecha ecuatoriana. Un hombre que viene de la banca, de las elites de Guayaquil, que se asoció con Jaime Nebot, que es el histórico líder del partido social cristiano de Ecuador, que fue alcalde de Guayaquil y Gobernador de Guayas. Es decir, son los partidos históricos de centro derecha de Ecuador que tienen una propuesta tradicional dentro de lo que es acuerdo de libre comercio o privatizaciones. Es un manual más o menos conocido, que ya han aplicado otros gobiernos en la región. El gran desafío que tiene Lasso es primero tener la cintura política para saber construir acuerdos que necesita para poder gobernar, como decías, en el Parlamento. La Asamblea Nacional ecuatoriana tiene la primera minoría, que es la de Unión por la Esperanza, que es el correísmo y luego tiene una nueva sociedad, una flamante sociedad, que se conformó entre el Movimiento Pachacuti, de Yaku Pérez, que es un actor importante. Este salió tercero y hasta último momento estuvo tratando de pelear el ingreso al balotaje y conformó una alianza con la izquierda democrática de Xabier Hervas y ellos también conformaron en conjunto un nuevo bloque que se equipara al bloque del correísmo.
Entonces, yo creo que allí tiene un puente de negociación y un canal de diálogo para tener gobernabilidad, Guillermo Lasso. Me parece que, obviamente, el correísmo va a ser complicado. Con estos, ha habido unos gestos de cordialidad post derrota. El correísmo aceptó los resultados, no hubo ningún problema en ese sentido. Me parece que dado el movimiento de piezas que se ha generado desde la segunda vuelta en donde el anti correísmo se abroqueló en la segunda vuelta. Me parece que con Yaku Pérez y con Xabier Herbas se puede generar un nivel de acuerdos que le permitan gobernabilidad. Eso por un lado. Después lo que decías: la situación económica en Ecuador es mala. Es una situación económica agudizada por la pandemia, como pasó en todos los países. Hay un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que contrajo el gobierno de Lenín Moreno y, por sobre todas las cosas, me parece que un elemento a tener en cuenta es que hay un sector del movimiento indígena que está habido de movilizarse.
El movimiento indígena protagonizaron protestas de octubre de 2019, que se dieron luego de una intención del gobierno de Lenín Moreno apoyado por el partido de Lasso en el Parlamento, en aquel momento, de medidas como el aumento de combustible y una serie de reformas que generaron movilizaciones. Me parece que el movimiento indígena, aclaro, no es un bloque homogéneo. No es una sola cosa. No tanto con Yaku Pérez. Los sectores que estuvieron protagonizando las movilizaciones de octubre de 2019 me parece que van a reaccionar si ven alguna reforma o medida que vaya en contra de sus intereses al mismo tiempo digo también que los indígenas son pragmáticos en Ecuador y no necesariamente son de izquierda. Me parece que ahí Lasso tiene la necesidad de entenderse bien porque es el único movimiento que podría llegar a poner en aprietos al gobierno de Lasso. Esos son los principales desafíos que tiene el nuevo presidente, que después, en términos de alineamientos internacional, es más o menos lo mismo que él ya venía pensando. Yo creo que no va a ser tan fácil la alianza con Estados Unidos porque él dijo que lo primero que quiere hacer es firmar un acuerdo de Libre comercio con EEUU. China tiene un poder muy fuerte en Ecuador porque es uno de sus principales socios comerciales. Me parece que eso no va a ser tan sencillo, por ahí considero que pasarán los desafíos.
LR: Quisiera también que nos hablaras de alguno de esos primeros comentarios que hizo Lasso, que tiene que ver con la situación en Venezuela. Circuló un video en donde al ahora mandatario le preguntaron a quién invitaría a su toma de posesión y él respondió que a Juan Guaidó. Me gustaría saber como ves la llegada de Lasso al Poder y si eso puede alterar de alguna manera el equilibrio de aliados internacionales que tiene la oposición venezolana.
AT: Lasso obviamente tiene una postura alineada al reconocimiento de Juan Guaidó ya sea como presidente interino o como representante legítimo de Venezuela. No reconoce a Maduro, eso está claro. Eso dijo que no lo va a cambiar. Me parece que hay un dicho acá que dice «del dicho al hecho hay un largo trecho». Lasso lo que va a ser es intentar reforzar su participación en el Grupo de Lima y cualquier otro mecanismo, pero lo agarra en un momento, ustedes lo saben mejor que yo, en el que está un poco desinflado el Grupo de Lima. Ciertos movimientos que se dieron en estos últimos tiempos, me hace percibir que el Grupo de Lima quedó un poco desarticulado. Hoy tenemos algunos gobiernos que son críticos a Venezuela, pero que no quieren ser parte del Grupo de Lima o algunos exaliados, como Argentina. Digo ex aliados porque aquí hay una discusión eterna respecto a la relación de Alberto Fernández con Venezuela que si quieren lo charlamos, pero es más largo. Hay como todo un movimiento en los que todos están expectando qué es lo que va a hacer Biden. Es como que, ¿cuál va a ser la línea de Biden para con Venezuela? ¿Va a ser continuidad respecto a lo hecho por Trump o no? Lasso va a estar esperando esos movimientos, pero sí creo también que lo que tiene que ver con una cosa regional de la cosa fronteriza de los países cercanos va a ver un acercamiento mucho más profundo con Duque en la cosa contra Venezuela que una mirada más, si se quiere moderada. Me parece que Guillermo Lasso va a tener una postura bien dura contra Nicolás Maduro. Lo que me parece que hay que ir viendo con más detenimiento, que es un escenario más global, es cómo se va ordenando el escenario venezolano en función de cuánta tensión o distensión viene de parte de los Estados Unidos. Me parece que es lo que a todos nos preformatea.
XC: siguiendo con Ecuador, ¿cómo queda el correísmo después de estos resultados? Porque viene siendo prácticamente la primera elección que pierde ese movimiento porque Lenín Moreno era el vicepresidente de Correa y después de deslindaron y Correa los puso a traición, pero es la primera elección que pierde y lo pierde con una votación interesante. De todas maneras, fue un respaldo importante y, además, unas condiciones en las que Correa se encargó de decirle a la BBC que si él hubiese estado en Ecuador, él hubiese ganado las elecciones. ¿Cómo ves ese futuro? Hay gente que dice que se acabó el correísmo, desapareció y guardando las distancias, algunos llegaron a decir que se acabó el peronismo porque llegó Macri a la presidencia en Argentina. ¿Cómo ves ese futuro del correísmo en Ecuador?
AT: primero hay que decir esto, el peronismo no se va a acabar porque gane un gobierno antiperonista, el correísmo no se va a acabar, el chavismo no se acaba, ustedes lo ven. Tampoco se acabó el evismo en Bolivia. Los gobiernos populistas, progresistas o como quieran llamarlo, autoritarios, etcétera, tienen una identidad todavía muy consolidada. Me parece un error decir que van a desaparecer. El correísmo obtuvo una cantidad de votos muy importante. Obtuvo unos obstáculos bien importantes para afrontar esta elección, entre ellos, que Correa no pudo ser candidato. Después me parece que el momento que va a atravesar ahora el correísmo es uno de introspección, discusión y autocrítica sobre qué se hizo bien y sobre qué se hizo mal, si Lasso fue o no un buen candidato, si Correa estuvo demasiado encima de la candidatura, si tuvo demasiado protagonismo. Hay discusiones respecto a eso. Esas discusiones se dan.
Ahora bien, el problema que tuvo el espacio de Rafael Correa en la segunda vuelta es que no logró perforar o interpelar a una cantidad de electores que evidentemente consideran que el gobierno de Correa o la propuesta política de Correa no era la mejor para conducir el destino de Ecuador. Sacó 36% de los votos Araoz en la primera vuelta y sacó 46 o 47 % en la segunda mientras que Lasso sacó 19% en la primera vuelta y terminó con 52%. Hubo 1.800.000 ecuatorianos que no votaron en nadie. Uno puede adjuntar eso a la campaña por el voto nulo que hizo Yaku Pérez luego de haber quedado fuera del balotaje en las elecciones.
Evidentemente, buena parte de la ciudadanía que votó a la izquierda democrática de Xabier Hervas terminó votando a Guillermo Lasso. Más allá del núcleo duro que tiene el correísmo identificado con los años del gobierno de Rafael Correa, no han logrado ampliar el espectro electoral para poder seguir siendo mayoría. Ahí está la discusión. ¿Por qué pasa eso? Desde el correísmo te van a decir, «tenemos los medios en contra y hay una campaña de desprestigio contra Correa y hay una persecución judicial». Los sectores más críticos te van a decir «Correa está demasiado presente. No puede conducir desde el exilio en Bélgica. La narrativa confrontativa es algo que buscan los ecuatorianos». Cada uno va a tener el manual que le convenga para discutir o directamente van a decir «son todos anticorreístas».
Yo creo que ese es el debate que hoy existe en Ecuador. De todas maneras, creo que tiene una base electoral, obviamente, que lo convierte en una de las fuerzas políticas más importantes. Eso le va a permitir, seguir compitiendo de acá más aún con las diferencias o divisiones que pueda haber en este tiempo de derrota como ha pasado con todos los gobiernos que perdieron en las elecciones y que conformaron parte de ciclo rosa – progresista – populista en la región. Lasso está lejos de ser desaparecer del Ecuador. Todo lo contrario, va a ser un acto protagónico. Me parece que la discusión va a ser qué perfil hay que darle acá a futuro a los nuevos liderazgos.
LR: ¿Crees que Yaku Pérez monte una estrategia de desgaste a Lasso con miras a elecciones dentro de cuatro años? Hablabas un poco de la separación Yaku – correísmo le daba una oportunidad a Lasso de negociar, pero Yaku Pérez debe estar buscando alguna ganancia.
AT: Bueno, Yaku Pérez dijo en los últimos días que él no quiere ningún cargo político, pero que va a sentarse a dialogar con el nuevo presidente porque le desea lo mejor. Yaku Pérez viene de presentar una denuncia de fraude ante el Consejo Electoral cuando Guillermo Lasso fue el candidato que pasó a la segunda vuelta. Cabe recordar que en la primera vuelta, durante casi todo el conteo electoral Yaku Pérez estuvo de segundo y después el conteo de votos fue avanzando y terminó ganando por un margen más estrecho Guillermo Lasso. Si uno se deja llevar por ese antecedente de una postura más radicalizada de Yaku Pérez, uno puede llegar a suponer que tiene una postura más fuerte de oposición. Sin embargo, me parece que el perfil de Yaku Pérez, las declaraciones después de la victoria de Lasso, todo lo que tiene que ver con el estilo más pragmático del movimiento Pachacuti, ese movimiento que lidera Yaku Pérez, me parece que van a tener un diálogo más fluido. Por sobre todas las cosas, porque tanto Yaku Pérez como Xabier Hervas, que salió cuarto en las elecciones presidenciales, se pueden parar desde una posición de fuerza a la hora de negociar. Es decir, Lasso necesita apoyo en la AN de Ecuador. Si no tienes apoyo en la AN de Ecuador y en cualquier lugar del mundo, tienes riesgos de aprobación de leyes que le interesen al gobierno o inclusive puedes ser sometido a procesos de destitución. Eso pasa con los presidentes que no tienen fortaleza política. Le pasó a a Lenín Moreno, que ganó la presidencia con el partido de Correa, hubo una parte que se ganó a Lenín Moreno y otra parte que se fue de vuelta con el correísmo y, en ese sentido, terminó colgando con el partido de Lasso y el de Jaime Nebot para tener gobernabilidad y no pasar ningún sobresalto. Me parece que Lasso va a tener acuerdos con estos sectores con Yaku Pérez, especialmente y va a nacer una especie de cogobierno, pero sí van a tener un acuerdo parlamentario de que le va a permitir, al menos en la primera etapa. Después cuando vienen tiempos electorales, empiezan a jugar los roles entre oficialismo y oposición.
Otra voz
XC: Usted dijo hace un rato que le era complicado entender la política en Venezuela, pero para mí es complicado entender a Perú. Han tenido cuatro presidentes, en los últimos cuatro años. Votan el pasado domingo y ninguno de los candidatos, además de que eran un montón, logran una votación destacada. De paso, son como extremos porque el candidato que tiene más votos es el declarado «marxista», que viene de, Maoísmo, según entiendo, y bueno que quiere romper con todo lo que se ha venido haciendo en Perú. De paso un país, según los analistas y según los organismos multilaterales, venía con una economía en crecimiento. Entonces, uno piensa que si los gobiernos van bien, la economía va bien, pero en Perú o lo que decían los organismos multilaterales, no es cierto o ese paradigma se rompe. La inestabilidad política está ahí presente. La votación del domingo pasado, de verdad que no la entiendo. Danos luces.
AT: Lo primero que hay que decir de Perú es que tienen un sistema político que está roto. El sistema político de Perú está desmantelado, fragmentado y absolutamente roto. Si te metes en otro sistema político, te encuentras un montón de cosas, pero lo que pasa en el sistema peruano es que evidentemente hay un partido que gana la elección o va a elecciones, tiene un bloque, después ese bloque se separa y se conforma otro partido y así es la ruptura de la ruptura de la ruptura. Entonces, el sistema político está roto, por eso hubo 18 candidatos a presidentes en esta elección y además a un sistema político que está roto con una inestabilidad política tan marcada como lo que viene pasando, como lo decías. El último presidente electo de Perú, Pedro Pablo kuczynski, en el año 2016, pero este renunció antes de ser destituido y luego asumió Martín Vizcarra. Este luego fue destituido. Asumió Manuel Merino. También este fue destituido. Asumió Francisco Cerasti y así llegamos a esta situación insólita en ese país.
Esta elección porque lo que siempre se daba con las elecciones en Perú, aún con este sistema tan particular, es que de alguna manera lo que ordenaba las preferencias electorales eran Fujimorismo y anti Fujimorismo. Ese era un poco lo que pasaba. Eso hizo que, por ejemplo, en el 2011, cuando va a la segunda vuelta Ollanta Humala contra Keiko Fujimori, liberales, no quiero entrar en la teoría para que nadie se enoje, pero digo Ollanta Humala era un nacionalista militar que algunos consideraban que era El Chávez de Perú y demás y tipo que piensan que están en las antípodas de Ollanta Humala. Terminaron botando a Ollanta Humala para que no vuelva el Fujimorismo. Lo mismo pasó con Pedro Pablo Kuczynski, que recibió el apoyo de fuerzas más de izquierda para que no ganara el Fujimorismo a un campo del balón que es más cercano también a la banca internacional, que alguien de izquierda no le votaría nunca.
Bueno, en el Fujimorismo y en el antifujimorismo era algo que terminaba ordenando todo. Esta lección es una caja de pandora. Primero que nada, dos semanas antes de la elección había seis candidatos separados en unas encuestas separados en tres puntos: Pedro Castillo, que es el que obtiene la mayor cantidad de votos, no estaba en ese listado de seis candidatos separados en tres puntos y ganó en dos semanas un montón de terreno. Uno se pregunta: ¿Quién es Pedro Castillo? ¿En qué piensa Pedro Castillo? Bueno, Pedro Castillo es un dirigente sindical, docente, que tiene una fuerza llamada «Perú Libre» y que se autodefine como «Marxista – Leninista – Mariateguista» en relación a María Tegui, que, de alguna manera, propone cosas que ni siquiera la candidata de la izquierda más moderada, como fue Olvida Mendoza, que era la candidata del grupo de pueblo del espacio que contiene a Correa y a Lula y a los presidentes de centro-izquierda.
Olvida Mendoza en su momento cuando le preguntaron de Venezuela, que siempre está presente en el debate electoral, dijo que era una dictadura, por ejemplo. Lo que propone esta Pedro Castillo con respecto a Venezuela, es que dejaron de reconocer a Guaidó y aliarse con Maduro y eso es algo que nadie lo propone. Eso como una de las cosas que propone. Otra, la nacionalización de los servicios de recursos estratégicos, la intervención de los medios de comunicación, la forma judicial, condenas muy grandes a los políticos que tengan causa de corrupción, una serie de medidas que son muy radicales para el sistema político peruano.
Además, su base rural, porque tiene una base muy rural, es un candidato que no tiene redes sociales y que apenas tiene algunos seguidores en Twitter e Instagram. Es un outsider de la política bastante marcado y ahora empieza la discusión respecto de qué vínculo tiene la vieja organización «Sendero Luminoso», no estoy diciendo que está vinculado a «Sendero Luminoso» pero sí algunos lo definen como senderismo social, como una especie de neosendero luminoso social y obviamente sin las características que tenía «Sendero Luminoso». Entonces, eso es un gran signo de pregunta. Yo lo que me pregunto es ¿se va a moderar para competir en la segunda vuelta? ¿Con quién va a tejer acuerdos? ¿Qué va a elegir la gente también? Porque eso es algo que evidentemente sorprendió con la cantidad de votos que recibió. Entonces, esto lo que hace es que abre una oportunidad con Fujimori. Lo he hablado con colegas peruanos video games que es dilema esta segunda vuelta. Me pidieron un ejemplo demasiado fuerte como para decirlo acá, pero evidentemente es elegir entre morirte de sed entre una manera u otra, me decía , para no poner ejemplos más taxativos o más específicos.
Un momento próximo de Fujimori ve la posibilidad de empezar a proponer los candidatos que tienen ciertas similitudes en materia económica más cercano al libre comercio a las reformas de mercado y de repente el cuco que quieren construir que siempre era Keiko Fujimori, ahora es Pedro Castillo, digo por ahí porque nadie puede dar certeza al respecto. Tampoco queda claro que aquellos candidatos más cercanos al centro izquierda van a acompañar a Pedro Castillo. Es un gran signo de pregunta. También me pregunto: uno puede ser muy radicalizado para un lado o para el otro, pero después el sistema político peruano termina ordenando porque sino el Congreso, quedó demostrado, no puede gobernar y nadie tiene mayoría parlamentaria. Entonces, es una negociación, y como decimos en argentina, es una rosca constante en el resto de los partidos políticos porque sino va a pasar lo que ya pasó con otros presidentes que han terminado siendo destituido, utilizando las mociones de censura o la incapacidad moral o los recursos que se utilizan en el Congreso para definir el presidente. Hay que ver si eso se agudiza.
LR: ¿Cómo ves a Venezuela?
AT: En realidad lo difícil es encontrar información que no esté sesgada para analizar. Por eso los leo a ustedes. Que tienen información muy objetiva. A mí lo que me pasa con Venezuela es que me encanta. Sigo de cerca lo que pasa en Venezuela. Me preocupa. Me pone mal muchas de las cosas que allí suceden. Desde el punto de vista del análisis, me interesa muchísimo. Cuando escribo sobre Venezuela, recibo muchas críticas. Hay algunos que me consideran pro-Maduro mientras que otros dicen que soy un agente del imperio que quiere destruir la soberanía de Venezuela. Es difícil analizar Venezuela y que eso no genere discusiones al respecto.
XC: Dijiste hace un rato que, de alguna manera, los peruanos están entre la espada y la pared en esta segunda vuelta. ¿Tienes idea por quién va a votar Mario Vargas Llosa: Fujimori o por Castillo?
AT: Hubo un momento, en el que Mario Vargas Llosa pidió votar por Ollanta Humala. No lo sé. No creo que elija a alguno. No creo que se incline o por alguno como tampoco veo que apoye a una candidatura del perfil de Castillo porque esto no coincide con su pensamiento. Este es el problema. Creo que va a ver un montón de votos nulos o abstenciones. Evidentemente, son dos posturas muy extremas de la política peruana que uno pensaba que iba a ver una propuesta u opciones más moderadas. Inclusive, aunque sea un poco más a la izquierda o un poco más a la derecha o un poco más o menos promercado eran ideas más moderadas. Hay un enojo proveniente de la gente sobre la política peruana y eso es algo que termina favoreciendo a los extremos. Recordemos lo que pasó en Brasil, hubo un voto de enojo y decepción que terminó con Jair Bolsonaro con posturas un poco extremas. Eso sucede cuando hay sistemas políticos rotos y dirigencias políticas que no cubren las necesidades de su población.