Ayuda humanitaria a Venezuela debe incluir gas para cocinar, sostienen analistas
A la crisis humanitaria compleja de Venezuela se suma la aguda escasez de gas doméstico y especialmente el distribuido en bombonas. De acuerdo a cálculos de analistas, aproximadamente 4 millones de familias cocinan con leña por lo menos una vez al día, lo que se traduce en una grave afectación a la calidad de vida de los venezolanos. Consideran que cualquier plan de ayuda humanitaria debería incluir el suministro de este hidrocarburo gaseoso
Andrea Larez y Santiago Palacios, un matrimonio que vive en el estado Apure, pagó hace unos días 30 dólares por una bombona de gas para poder cocinar sus alimentos. Aunque Santiago ya está jubilado, su esposa que aún trabaja y con la ayuda de sus hijos pudieron costear este gasto, que 97% de los venezolanos no pueden por estar en la línea de la pobreza, según la última encuesta Encovi.
En Apure al igual que en el resto de los estados del país existe desde hace varios años una grave escasez de gas en bombonas, es decir, gas licuado del petróleo (GLP), una mezcla de propano y butano. Esto ha generado que en el mercado informal se vendan los pocos cilindros que hay, a precios que van desde 6 a 45 dólares, según datos aportados por el Observatorio de la Canasta Alimentaria, y precisamente a una población cuyo ingreso integral de 800.000 bolívares (sueldo mínimo más bono de alimentación) llega apenas a 1,55 dólares.
Las dificultades de Petróleos de Venezuela (Pdvsa) para producir y refinar crudo, entre otros, ha impactado negativamente en la oferta de gas natural, que hoy mantiene a 4 millones de familias sin gas para cocinar y obligados a usar leña o madera de cualquier clase en hornillas improvisadas, lo que está afectando tanto a la salud de la población como al ambiente.
La escasez del gas en bombonas y las dificultades cada vez mayores para contar con el hidrocarburo gaseoso para cocinar y comer, se suma a la crisis humanitaria compleja que vive el país, por lo que analistas consideran que debe incluirse en los planes de la ayuda humanitaria para Venezuela.
«89% de los venezolanos a finales de 2019 cocinaban con gas propano y solo 7% con gas metano, hablamos que 5,5 millones de familias en el país usan bombonas y 500 mil familias usan gas directo. Esto nos coloca en una situación muy vulnerable, porque el principal combustible que se usa para cocinar es muy costoso y no abunda actualmente en el país», acotó Antero Alvarado, director regional de la firma Gas Energy Latin American.
A su juicio, «es lamentable que 4 millones de familias cocinen por lo menos una vez al día con leña», y es que la red de gas directo, el que llega a las casas, el gas metano, solo abarca a las principales ciudades del centro y occidente del país como Falcón y Zulia, más no así, a los estados andinos, llaneros y del sur del país.
«Una solución a corto plazo es importar gas propano, es una solución costosa pero aquí ya estaríamos hablando de un tema humanitario, es imprescindible en la ayuda humanitaria», afirmó Alvarado durante el foro vía internet Crisis del gas en Venezuela y soluciones, organizado por el Observatorio Venezolano de Finanzas y la Comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional.
La masificación del gas directo que tanto prometió el chavismo durante estos 20 años nunca se hizo efectiva, los estados andinos son los que más sufren porque adolecen de una red de gas; así como en el estado Monagas y especialmente la ciudad de Maturín, la cual tampoco cuenta con una red residencial a pesar de ser éste un estado productor de gas metano.
«Es una paradoja que en la zona de Monagas se quemen alrededor de 2 mil 600 millones de pies cúbicos diarios de gas y no haya una red de gas para que la gente cocine», resaltó Alvarado.
Sobre este tema, la diputada y presidente de la Comisión de Ambiente, María Gabriela Hernández, alertó sobre las consecuencias del venteo y la quema excesiva de gas, al señalar que es una de las razones por las que Venezuela es uno de los países emisores de gases invernaderos que afectan la atmósfera.
«La quema excesiva de gas afecta la salud de los monaguenses, el resplandor, el ruido y el calor está afectando su calidad de vida y constituye una pérdida de riqueza no aprovechada, es un problema ambiental que tenemos tiempo arrastrando», apuntó.
Para el economista se requieren construir grandes gasoductos que conecten los estados que no cuentan con gas directo, pero para ello es necesario además de grandes inversiones, una nueva regulación. «Ya hay líneas de gas que deben ser reemplazadas porque llegaron a su vida útil como el caso de Ulé-Amuay (en Falcón)».
Los altos precios y en dólares en los que se venden la bombona de gas en el mercado informal, obedecen en parte a la especulación y a la pérdida de valor del bolívar. Sin embargo, también es consecuencia de los problemas que se han recrudecido en el sector transporte y lo cual afecta la distribución.
«El problema del GLP es un problema que ha ido avanzando silenciosamente en los últimos años, hoy los estados andinos, orientales, guayaneses y los llanos lo sufre desde hace varios años», coincide Rubén Pérez, especialista en gas natural y petroquímica.
Recordó que aunque el tema se ha focalizado en los problemas de las plantas de fraccionamiento del oriente del país, como la refinería de Jose en el estado Anzoátegui, hubo otras unidades activas en el occidente como las del Lago de Maracaibo y en El Tablazo en Zulia, de donde se extraían los líquidos del gas natural. Señaló que las últimas plantas que estuvieron en servicio hasta 2012 fueron Tía Juana 2 y Tía Juana 3, así como las plantas de fraccionamiento Ulé y Bajo Grande.
Pérez sostuvo que las plantas de extracción en el Lago de Maracaibo, por ejemplo, cubrían toda la producción del occidente, especialmente en Zulia y los Andes. Sin embargo, su inoperatividad trajo serias consecuencias.
«Hubo problemas de mantenimiento en los tanques de almacenamiento y en los llenaderos en occidente. A principios de año vimos como se perdía gas propano en la planta de Bajo Grande, por un accidente, un incendio que los dejó deshabilitados (…) Los camioneros iban para allá a abastecerse y ahora deben viajar a Jose desde Táchira, Mérida, Trujillo, Zulia, tardan dos a tres días para llegar y otro tiempo igual de regreso, además de los días que deben esperar para llenar. El problema se complicó bastante pero venía silenciosamente avanzando», apuntó Pérez en el foro del Observatorio Venezolano de Finanzas.
Confianza
Miguel Rivero, presidente de la Asociación Venezolana de Procesadores de Gas (AVPG), afirmó que el gas natural es vital y fundamental para el desarrollo del país, pero que tanto el petróleo como el gas son negocios distintos y la manera de manejaros y abordarlos también requieren estrategias distintas. Llamó la atención sobre la necesidad de resolver la falta de gas.
«La razón por la que tenemos crisis, es porque no hay producción de gas natural. La industria del gas tiene un impacto bárbaro en el sector eléctrico como insumo para la generación eléctrica, en el sector petroquímico, para el comercio y la industria en general. Dinamizaría la economía de manera importante, de lograr su reactivación», dijo durante el foro.
Destacó además que el declive de la producción del gas natural en el país, obedece en primer lugar, a que el Ejecutivo ha incumplido con las técnicas propias de mantenimiento para las operaciones en esta industria, la cual permite mantener su capacidad de producción.
Otra causa es la caída de la producción de petróleo, ya que 90% del gas está asociado al crudo; además de las regulaciones y la intervención estatal en toda la cadena del negocio desde 2008 cuando se modificaron las leyes. Es por ello, que sugiere garantizar la independencia financiera de la actividad del gas no asociado y en general de la industria del gas natural al negocio petrolero.
Recordó que de las 19 licencias que se han emitido desde el año 2000 solo están vigentes 5 de ellas y a las cuales se les ha hecho difícil cumplir con su plan de desarrollo. Sostuvo la necesidad de recuperar el equilibrio financiero de Pdvsa Gas, concretar acuerdos para la exportación temprana y la revisión del régimen vigente de tarifas y precios del gas en el mercado interno.
«Se requiere de un clima de confianza y de competitividad. Ya se están utilizando otras energías alternativas y el gas puede ser reemplazado, por lo que es necesario aprovechar lo que tenemos ahora y eso nos obliga a maximizar este recurso en el corto tiempo», argumentó Rivero.
Antero Alvarado señaló -por su parte- que es prioritario levantar la producción de gas en la zona norte de Monagas y especialmente activar las plantas de fraccionamiento, las cuales tienen una capacidad aproximada de 200 mil barriles diarios y hoy están produciendo 20 mil barriles por día, es decir, 10% de la capacidad.
La debacle del sector se observa en que el mercado interno tiene un déficit de 12 millones de bombonas de gas y no logra abastecer el consumo de 44 mil barriles diarios. Hay un 75% de déficit y es un problema que se ha agravado en 2020.
«La masificación del gas ayudaría a que las plantas eléctricas puedan funcionar al consumir gas natural, por supuesto esto funcionará con un marco de negocio completamente distinto al que tenemos hoy. En la región latinoamericana las inversiones en gasoductos son ejecutadas por privados, esa economía que tenemos donde Pdvsa tenía el dinero y hacía las inversiones ya no lo vamos a tener, por lo que se requiere también el apoyo de multilaterales», acotó el economista.
Propuestas para recuperar el gas natural
1.-
Incrementar la producción de gas natural en tierra firme y costa afuera a través de la participación del capital nacional e internacional: asegurar la continuidad operacional de las licencias existentes, que se cumplan los compromisos contractuales y pagos de deudas, además de garantizar la seguridad de las instalaciones e integridad física de los trabajadores.
2.-
Reducir la quema y venteo del gas para su mejor aprovechamiento en el mercado interno: resolver la ineficiencia en las operaciones y fallas en las plantas de compresión en el oriente del país, para disminuir las emisiones de gas hacia el ambiente y aprovecharlas para enviarlas a las plantas de fraccionamiento a través de los poliductos para distribuirla al mercado nacional.
3.-
Incentivar el desarrollo de la industria petroquímica y siderúrgica para el mercado interno y exportación de sus productos: .
4.-
Desplazar el uso de combustibles líquidos en el sector eléctrico e industrial.
5.-
Masificar el uso del gas metano en el sector comercial y doméstico: se sugiere definir las condiciones y las áreas para propiciar el desarrollo de esta actividad a través de actores privados nacionales (consorcios).
6.-
Incentivar la participación del sector privado en toda la cadena de valor del gas para captación de recursos, mano de obra calificada y tecnología.
7.-
Actualizar el balance nacional del gas: desde el punto de vista de la oferta y demanda, es decir, la capacidad de producir y cuáles son las demandas y/o necesidades de los sectores eléctricos, siderúrgicos, industriales y de exportación.