Banco suizo CBH está «íntimamente» ligado a la corrupción en Venezuela
Naman Wakil presuntamente usó el banco suizo CBH para transferirle $5,9 millones a familiares del ministro de Alimentación, Carlos Osorio. Según una investigación de Bloomberg, varios venezolanos, especialmente aquellos que ganaron millones haciendo negocios con la “revolución” chavista, forman parte de la clientela de esta entidad financiera helvética
Cuando la escasez crónica de alimentos en Venezuela comenzó a intensificarse, Naman Wakil, un exvendedor ambulante que ganó millones de dólares suministrando carne a los programas alimentarios del gobierno socialista, decidió compartir su riqueza.
Wakil ordenó a sus banqueros suizos transferir $5,9 millones a familiares del ministro de Alimentación, Carlos Osorio, quien le había otorgado los contratos de carne, según muestran los registros bancarios, refiere un trabajo especial de Bloomberg.
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Los legisladores venezolanos calificaron esta serie de pagos realizados entre 2012 y 2013 como “transacciones sospechosas” en un informe oficial.
“Llámalo como quieras: sobornos, comisiones, es corrupción”, dijo el legislador Ismael García, quien ayudó a redactar el informe y ahora vive en el exilio en Costa Rica.
Ni Wakil ni Osorio han sido acusados penalmente, pero los fiscales estadounidenses investigan los contratos del empresario como parte de una amplia investigación sobre la corrupción en Venezuela, según dos fuentes informadas sobre el caso.
Corrupción habitual
Los sobornos son comunes en Venezuela. Economistas estiman que por hechos de corrupción al menos $385 mil millones fueron desviados de los fondos públicos entre 2003 y 2015.
Sin embargo, hay algo notable sobre la transferencia de $5.9 millones de Wakil: solo un banco estuvo involucrado.
Ambas partes, pagador y beneficiario, utilizaron cuentas en CBH Compagnie Bancaire Helvetique SA, con sede en Ginebra, un banco familiar que ha multiplicado su capital ocho veces desde 2006.
Los clientes venezolanos, específicamente, aquellos que ganaron millones haciendo negocios con la “revolución” chavista, forman parte del negocio del banco, asegura Zair Mundaray, quien dirigió los casos de delitos financieros para el Ministerio Público venezolano hasta mediados de 2017.
“Este es el banco al que recurren los venezolanos para ocultar dinero. Todos depositaron en CBH”, dijo Mundaray, quien ahora vive en Colombia y trabaja con otros exfiscales para tratar de construir casos criminales contra los aliados de Nicolás Maduro y su predecesor, Hugo Chávez. Su objetivo es llevar a juicio a los involucrados luego que se produzca un cambio de gobierno en Venezuela.
Mundaray cree que el banco debe rendir cuentas por hacer negocios con personas acusadas de saquear el tesoro de Venezuela. Al menos un cliente de CBH ha sido condenado en los Estados Unidos por cargos relacionados con la corrupción, mientras que otros han sido acusados o, como Wakil, están bajo investigación.
Los fiscales estadounidenses investigan al menos a cinco venezolanos que abrieron cuentas en el CBH y son sospechosos de corrupción. El banco en sí no es blanco de esas investigaciones, aseguran fuentes a Bloomberg.
Los funcionarios de CBH, que ocupa un edificio de cinco pisos en gran parte sin adornos cerca del principal centro comercial de Ginebra, rechazaron ofrecer comentarios para esta historia. Wakil no respondió a los mensajes que le dejaron en la oficina de una empresa familiar, con un socio comercial y con un abogado que figura como el agente registrado de varias empresas que ha establecido en Florida.
Ya en 2017 Osorio negó las acusaciones de corrupción ante un tribunal civil venezolano cuyo juez dictaminó que un informe de la AN lo había difamado. Hoy tampoco respondió a las solicitudes de comentarios de Bloomberg enviadas al ministerio de Comunicación (a cargo de Jorge Rodríguez) y a la Corporación Minera, la cual preside el exministro de Alimentación actualmente.
Ni CBH ni ninguno de sus empleados han sido acusados de ningún delito. Su presidente, Joseph Benhamou, un ciudadano suizo-israelí cuya familia ha sido propietaria del banco durante la última década, dijo a los funcionarios bancarios de Florida el año pasado que el banco nunca ha sido sancionado por los reguladores o las fuerzas del orden, y que cumple con todas las leyes internacionales suizas.
No obstante, los clientes venezolanos de CBH han aparecido repetidamente en casos penales de EEUU que datan de 2010. En al menos tres casos fueron condenados o acusados formalmente de usar las cuentas de CBH para pagar o recibir sobornos o para lavar fondos ilícitos, según muestran los registros judiciales.
Uno de ellos, el extesorero nacional, Alejandro Andrade se declaró culpable en un tribunal federal de Miami en 2017 por aceptar más de mil millones de dólares en sobornos, incluidos decenas de millones de fondos extraídos de una cuenta de CBH para comprar aviones privados y cubrir gastos relacionados con sus caballos, de acuerdo con una declaración de hechos adjunta a su acuerdo de culpabilidad.
Algo más que un banco
Documentos de la corte, correos electrónicos internos y registros y entrevistas con personas familiarizadas con el banco muestran que, para muchos clientes venezolanos, CBH era más que un simple depositario pasivo.
Sus empleados trabajaron con abogados en Panamá y Luxemburgo para establecer empresas para clientes, quienes utilizaron la sede del banco en Ginebra como la dirección registrada de al menos 15 de esas entidades, según muestran correos electrónicos entre banqueros de CBH y abogados externos.
Servir a los titulares de cuentas en ambos lados de las transferencias de dinero, como lo hizo CBH para el vendedor de carne, Wakil, no era una práctica aislada, según tres fuentes con conocimiento de las actividades del banco. Los banqueros instaron a los clientes venezolanos a que sus asociados también abrieran cuentas con CBH.
Los clientes que usan transferencias internas pueden evitar cables externos que son monitoreados por sistemas reguladores diseñados para detectar transacciones sospechosas.
“Claramente, si hubieran estado utilizando los medios tradicionales de utilizar el sistema de transferencia bancaria, habría habido señales de alerta”, dijo Dennis Lormel, exfuncionario especialista en delitos financieros y finanzas del terrorismo de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) que recibió un descripción de los traslados.
Lormel ahora dirige DML Associates, una firma de consultoría que asesora a los bancos sobre cómo prevenir el lavado de dinero y el fraude.
De Alepo a Suiza
Wakil, de 58 años, nació en Alepo, Siria, emigró a Venezuela y vivió en Petare. Pasó de vender productos en las calles a tener una inmensa riqueza. Según el informe de la AN tiene una estrecha relación con Osorio, un importante general del ejército que supervisaba miles de millones de dólares en contratos como ministro de Alimentación.
En 2017, Osorio ganó la demanda por difamación contra un exdiputado y dos legisladores en ejercicio, argumentando que sus acusaciones de corrupción no eran ciertas. Un juez ordenó a los acusadores pagar 900 millones de bolívares (en ese momento, alrededor de $447,461 al tipo de cambio oficial y $129.571 según el mercado negro) y dejar de publicar informaciones sobre Osorio.
Cinco meses después, el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos impuso sanciones al exministro en relación con los mismos alegatos, y concluyó que “fue cómplice de estafar al estado por hasta $573 millones a través de la corrupción en el programa de alimentos de Venezuela”.
Según la investigación de la AN, la especialidad de Wakil era comprar carne y aves de corral baratas (cerca de su fecha de vencimiento) en Brasil, para luego venderlas a los programas alimentarios del gobierno.
Mediante estas prácticas, en solo unos años, aseguró cientos de millones de dólares en contratos estatales. Eso incluye un contrato de junio de 2012 para suministrar al ministerio de Alimentación 70.000 toneladas métricas de carne de res, pasta y aceite de cocina que le garantizó $5.340 por tonelada de carne de res, según documentos revisados por Bloomberg. El contrato describe la necesidad de establecer sociedades de cartera para cada operación a fin de manejar el intercambio de bolívares y dólares en medio de estrictos controles de divisas.
Lujos y estravagancias
Para 2012, Wakil controlaba varias cuentas en CBH, según cuatro personas familiarizadas con las investigaciones de sus tratos en Venezuela y los EEUU. Su fortuna personal alcanzó los $400 millones en septiembre de 2015, según un intercambio de correos electrónicos ese mes con uno de sus abogados.
Gran parte de las ganancias de Wakil llegaron a los EEUU. Él y su familia poseen al menos 11 propiedades en Miami, la mayoría a través de compañías que controlan. Eso incluye un apartamento de lujo cerca de la Bahía de Biscayne en Coconut Grove que Wakil compró por $3.2 millones en 2011, según muestran los registros de propiedad.
Además, Wakil condujo vehículos BMW y Range Rovers según múltiples multas de tráfico que acumuló en el sur de Florida. A fines de 2016, compró un condominio de $5.6 millones en Porsche Design Tower, un edificio de 60 pisos frente al mar que fue diseñado conjuntamente por el fabricante de automóviles alemán.
Las unidades individuales son atendidas por elevadores de vidrio de gran tamaño que transportan los automóviles de los propietarios cientos de pies hasta los “garajes en el cielo” fuera de sus puertas principales.
Mucho antes de esa compra, Wakil había usado CBH para un propósito mucho menos glamoroso, según Mundaray. Durante siete meses a partir de diciembre de 2012, Wakil ordenó a sus banqueros de CBH que hicieran ocho transferencias de sus cuentas, de acuerdo con documentos bancarios en el centro de una investigación que los fiscales venezolanos abrieron sobre las acusaciones de corrupción de los legisladores en 2016.
En total, Wakil transfirió $ 5,9 millones en una cuenta de CBH controlada por los cuñados de Osorio, según los documentos hechos públicos por primera vez por el exlegislador Carlos Tablante.
Mundaray estaba supervisando la investigación cuando, en 2017, la titular del Ministerio Público, Luisa Ortega Díaz salió del cargo y se auto-exilió en Colombia. Los exfiscales, liderados por Ortega, continuaron investigando casos de corrupción desde Bogotá.
No está claro qué sucedió con el caso después de que Mundaray y sus colegas abandonaron Venezuela. El fiscal nombrado por la constituyente, Tarek William Saab declinó hacer comentarios caso a Bloomberg.