Banqueros advierten que las tarjetas de crédito desaparecerán
Las medidas del BCV y de Sudeban propician la eliminación de las tarjetas de crédito. Representantes del sector bancario sostienen que las autoridades monetarias se equivocan al creer que con el encaje legal se controla el dólar paralelo
El aumento del encaje legal que impide a la banca aumentar los préstamos, así como el proceso hiperinflacionario y de devaluación que vive la economía, impiden que el sector pueda cumplir con el incremento del límite de las tarjetas de crédito a un mínimo de 1 millón de bolívares, autorizado recientemente por la Superintendencia de las Instituciones del Sector Bancario (Sudeban).
A juicio de representantes del sector bancario, las medidas del Banco Central de Venezuela (BCV) y de la propia Sudeban propician la eliminación de las tarjetas de crédito como medio de pago, ya que los nuevos lineamientos para este tipo de financiamiento serán difíciles de cumplir.
Como al resto de los sectores de la economía, el sistema financiero también se ha visto afectado por la recesión que lleva ya seis años, en medio de una serie de controles de precio y de cambio que han impactado al país. Actualmente, el tamaño de toda la banca venezolana medida a través de sus activos y patrimonio, apenas alcanza a la entidad de mayor tamaño de una nación como Colombia.
A pesar de la difícil situación de la banca, representantes del sector aseguran que continuarán batallando para salir adelante, pero que es necesario concertar nuevas políticas con las autoridades monetarias y financieras que impulsen el desarrollo de la economía. Consideran -por cierto- las recientes medidas del BCV y la Sudeban como contradictorias, lo que pone a la banca en una situación complicada.
En el foro «Presente y futuro de la banca en Venezuela», organizado por la Escuela de Ciencias Administrativas de la Universidad Metropolitana (Unimet), participaron Juan Carlos Dao, presidente del Banco del Caribe; Germán García Velutini, presidente del Banco Venezolano de Crédito y Luis Xavier Grisanti, presidente de la junta directiva del Banco Exterior. Todos coincidieron en que a pesar de la crisis económica, la hiperinflación y las tasas de interés reales negativas, el sector hace un enorme esfuerzo por cumplir con rol de intermediación financiera, pero que cada día se hace más cuesta arriba, hasta el punto de que las tarjetas de crédito han desaparecido como medios de pago y que muy posiblemente sean eliminadas.
«Hasta ahora contamos con una circular que establece los nuevos límites de las tarjetas, pero aún falta la formalidad legal de que salga publicado en la Gaceta Oficial. Si se da la medida, será un escenario muy complicado porque tenemos que estar conscientes de que la tarjeta como medio de pago ha perdido toda vigencia y que con los límites actuales la capacidad de compra es bajo, por lo que este medio de pago está casi desaparecido», sostiene Juan Carlos Dao, presidente del Banco del Caribe.
A su juicio, hay la intención de rescatar un producto bancario que sea eficiente y rentable, para que nuevamente vuelva a tener vigor en condiciones muy distintas de tasas de interés y comisiones. «Esperamos que la medida sea rectificada y se den cuenta de lo que significa. Muy posiblemente un segundo paso de hacerse efectiva es que se eliminen las tarjetas, lamentablemente».
Resalta Germán García Velutini, presidente del Banco Venezolano de Crédito, que independientemente de que se cambie esa resolución, los bancos deben moverse muy rápido a sistemas de pago novedosos. Explica que lo más rentable es el medio de pago persona a persona y persona a comercio, esto si es bien utilizado va a minimizar las tarjetas de crédito haya o no cambios en la resolución.
Es muy posible que se elimine la mitad de la cartera de tarjetas de crédito, hay productos similares a las tarjetas de crédito que van directamente a las cuentas corrientes o de ahorros y eso será promovido, pero el financiamiento a través de las tarjetas de crédito se acabó, le guste o no a la clientela, la única manera de ejecutar la medida de fijar nuevos límites es eliminándolas», dijo.
Para Luis Xavier Grisanti, presidente de la junta directiva del Banco Exterior, uno de los puntos críticos que ha afectado la intermediación financiera son las tasas de interés que han estado por debajo de la inflación, «por lo que los medios de pago se ven afectados y dentro de ellos las tarjetas de crédito tendrán una tendencia a su minimización o desaparición. De nuevo estamos ante un problema estructural de política económica, donde los precios de equilibrio de la economía tanto del dinero como de los bienes y servicios, así como del tipo de cambio, no hay una política que oriente».
El BCV se equivocó
La banca ha tenido que ejecutar medidas para minimizar el impacto de la restricción del crédito, debido al aumento del encaje legal y la creación del encaje legal de 100%, medida impuesta por el Banco Central, el cual busca estabilizar la cotización del tipo de cambio en el mercado paralelo de divisas. Para los banqueros, esta intención lo que ha hecho es hundir aun más a la economía, ya que los sectores productivos no cuentan con suficiente financiamiento para su desarrollo.
Tenemos dos entes reguladores: el BCV y Sudeban, pareciera que no existe comunicación entre ambos ya que muestran políticas muy diferentes. Mientras que Banco Central tiene una política de reducción de liquidez para disminuir el nivel de devaluación del tipo de cambio, la Sudeban exige un mayor nivel crediticio. Esto no cuadra. O damos más créditos o entregamos menos. ¿Le hacemos caso al BCV o a Sudeban?, se pregunta García Velutini.
El presidente del BVC recuerda que a pesar del encaje, el paralelo continúa con su alta volatilidad, solo este mes la cotización del dólar ha aumentado 50% porque en el mercado cambiario influye la liquidez monetaria que, a su vez, depende del dinero que inyecta el Gobierno a través del gasto público.
«Sin duda el Banco Central está equivocado con la política de restringir el crédito. Son remedios a las consecuencias. Hay que cambiar el modelo económico para que lo demás fluya», afirmó
Para Juan Carlos Dao, el desajuste cambiario es producto del financiamiento monetario del déficit fiscal del Gobierno. Más cuando el BCV ha emitido unos 500 billones de bolívares para financiar a empresas del Estado, fundamentalmente a Petróleos de Venezuela (Pdvsa), lo que ha sido un factor de distorsión de este mercado.
«Las autoridades partieron de la hipótesis de que el crédito bancario estaba alimentando la especulación en el mercado cambiario y el resultado ha sido una fuerte contracción de los préstamos. Al cierre de septiembre, la cartera de créditos de la banca fue de 3,8 billones de bolívares y el patrimonio suma 7,7 billones de bolívares, es decir, todo el apalancamiento bancario se ha perdido, porque la gran mayoría de los recursos que captamos están inmovilizados por el encaje, el país está pagando un alto costo por este proceso de desintermediación».
Grisanti coincide en que si la gestión fiscal es deficitaria y los bancos centrales contribuyen a su financiamiento monetario, es difícil contener la presión inflacionaria y la depreciación de la moneda. «La política monetaria se optimiza cuando es compatibilizada con la política fiscal, cuyo equilibrio es clave para eliminar la inflación y la presión sobre el tipo de cambio».