Bodegones educativos: entre 30 y 40 dólares pagan a profesores para no raspar el año escolar
En la región, debido a la pandemia, se generó un atraso de un año en niveles educativos en el 70% de los alumnos de Latinoamérica, según un estudio de la empresa de enseñanza Kumon
Fausto Romeo, director de la Asociación Nacional de Institutos de Educación Privada, denunció que durante la pandemia surgieron en Venezuela estructuras que funcionan como «colegios paralelos» en los que profesores de escuelas del sistema educativo venezolano imparten clases que no son autorizadas por parte del Ministerio de Educación. Señaló que conoció de casos -ya denunciados por él mismo- en los que estudiantes presentaron exámenes en presencia de docentes a quienes le pagaban entre 30 y 40 dólares para que no los rasparan.
En ese contexto ya no se habla de «refuerzos pedagógicos», asesoramientos que brindaban de forma presencial en los planteles escolares durante las semanas de cuarentena flexible, para mejorar la estructura de atención al alumnado, que ha sufrido las consecuencias de estudiar a distancia en un país donde las condiciones dificultan el estudio online.
Durante el foro organizado por Fe y Alegría «¿Cómo terminó el año escolar en Venezuela?», expertos en políticas escolares, entre ellos Olga Ramos, de la Asamblea de Educación; ; Luisa Pernalete de Fe y Alegría, y Henry Renna, del Clúster de Educación en Venezuela, dieron un diagnóstico sobre lo que fue el desarrollo del periódo académico 2020-2021, y sobre lo que le espera al profesorado y estudiantado para el próximo año escolar, que se espera ya sea presencial.
Sobre eso, Romeo destacó que es necesario que los los estudiantes vuelvan a las aulas, pero que antes deben preguntarse «cuántos van a regresar, cuántos estudiantes, cuántos profesores, de los cuales la mayoría están desmotivados y se han ido»; y recomendó que el retorno a los salones se haga de manera progresiva a partir de septiembre.
Sin embargo, para que esto se de, deben existir condiciones físicas, de infraestructura, servicios básicos y también la debida preparación académica y buena paga a los docentes, de los cuales la mayoría sigue cobran sueldo mínimo. Ante este escenario Ramos alertó que hoy día hay una importante cantidad de personas «que son bachilleres y los graduaron como docentes a través de una micro misión. Eso es un grave problema para la calidad educativa porque no están debidamente formados».
Nicolás Maduro dijo que preveía un regreso presencial a los salones para octubre, cuando se deberá haber vacunado contra el coronavirus al 60% de la población. Pero a la fecha, según cifras oficiales, sólo un 12% de los venezolanos está vacunado. Al ritmo que se lleva es poco probable que se cumpla la promesa y por tanto se prorrogue la vuelta a clases.
En ese sentido, la profesora Olga Ramos remarcó que la «pandemia lo que hizo fue incrementar las desigualdades de la emergencia humanitaria compleja de Venezuela». Recomendó entonces replantear el ejercicio de la docencia en Venezuela y sugirió empezar a aplicar sistemas como los de Fe y Alegría, la red radiofónica que utiliza para apoyar a los docentes en el desarrollo de actividades académicas y formativas.
Recordó entonces que es necesario que se cree en realidad contenido para educación a distancia, puesto que hasta ahora las guías de aprendizaje presentadas en Cada Familia Unas escuela «no son para una educación a distancia sino para clases presenciales».
El cierre de año académico en Venezuela estuvo marcado, según coincidieron los panelistas, en todo lo contrario a lo que debería fomentar la escuela: «pérdida de aprendizaje». Y es que en la región, debido a la pandemia, se generó un atraso de un año en niveles educativos en el 70% de los alumnos de Latinoamérica, según un estudio de la empresa de enseñanza Kumon. En promedio 7 de cada 10 estudiantes redujeron su nivel académico durante el año escolar a distancia.