Sebastián Piñera fustiga a la «dictadura» de Maduro durante su discurso en la ONU
Por su parte primer mandatario de Brasil, criticó durante su derecho de la palabra al gobierno de Venezuela y Cuba durante su discurso en la 74 Asamblea General de la ONU
El martes 24 de septiembre el presidente de Chile, Sebastián Piñera, fustigó al gobierno de Nicolás Maduro y aseveró durante su discurso en la 74 Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que se debe acabar «con la dictadura» en Venezuela.
El mandatario chileno afirmó que la administración de Maduro es «corrupto e incompetente que no respeta los derechos humanos y tiene lazos con el narcotráfico».
“La dictadura ha conducido a Venezuela a transformarse en un país con una tremenda crisis y los venezolanos ponen en peligro su propia vida por la falta de medicinas y alimentos”, indicó.
Sebastián Piñera hizo énfasis en que la situación que azota a la nación “es una causa que compromete a toda América Latina”.
Sin libertad
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro dijo este martes que las “dictaduras” de Venezuela y Cuba deben ser derrotadas.
Durante su discurso en la 74 Asamblea General de las Naciones Unidas dijo que “hoy 60.000 agentes del régimen cubano se encuentran en este país gracias al auspicio de Hugo Chávez y que controlan y se mezclan en todos los ámbitos de la sociedad venezolana, entre ellos defensa e inteligencia. Venezuela era un país democrático que ahora padece la crueldad del socialismo”.
Bolsonaro manifestó que el socialismo está en Venezuela y “todo el mundo es pobre, no tienen libertad”.
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El primer mandatario de Brasil afirmó que su país ha sufrido el impacto de la dictadura venezolana, ya que “una buena parte de los venezolanos ha llegado a nuestro país huyendo y hemos hecho lo posible para ayudarlos. Hemos trabajado con otros países para lograr que se recupere la democracia en Venezuela y procurar que ningún otro país de Sudamérica padezca este régimen”.
El dirigente aseguró que presenta a un “nuevo país”, que en el pasado reciente “llegó a estar al borde del socialismo”. Eso, según el líder de la ultraderecha, llevó a Brasil “a una situación de corrupción generalizada” y propició, además, “ataques ininterrumpidos a los valores religiosos” respaldados por el Foro de Sao Paulo, organización que reúne a partidos de la izquierda de América Latina.