Borges, por Orlando Chacón
@Orlandochacon
Desde que tomé la decisión de hacer Política, con P mayúscula, he tomado como ejemplo sólido a un líder al cual admiro, que ha demostrado que el mejor político no es el más carismático, el que salte más charcos o grite más duro. Hacer política es trabajar con convicciones claras, con propuestas, con responsabilidad a la hora de tomar decisiones, sean estas las más populares o no, pero sí las correctas.
Julio Borges es el mejor ejemplo de que al salir de esta crisis, tenemos líderes preparados para la tan urgente reconstrucción nacional. Sus inicios como abogado en el programa del tan extrañado RCTV “Justicia para Todos”, fue sin duda una premisa del proyecto país que tiene.
La justicia va más allá de un tribunal, la justicia es respeto, es igualdad, equidad, libertad, calidad de vida, bienestar familiar y progreso. La justicia no puede ni debe responder a los intereses de un partido, una cúpula gobernante o una dictadura miserable. La justicia es simplemente, para todos por igual.
Julio, ha sido uno de los pocos y muy escasos dirigentes que ha mantenido una línea coherente, consecuente y consistente en el tiempo, demostrándolo en sus decisiones. Julio es honesto, pues ser honesto no es solo no robar, ser honesto es decir la verdad. No es el discurso más enardecedor, pero sí el más impactante y el que marca la ruta hacia el futuro en base a una historia de libertad y democracia escrita por Juan Germán Roscio, aquel independentista que acompañó al Bravo Pueblo venezolano.
Borges, ha sido esa figura a la que se le han conocido sus errores -pues es humano-, pero su trayectoria de aciertos y gigantescos pasos no han sido reconocidos. Su desprendimiento de personalismos para asumir candidaturas, teniendo la preparación.
En el 2005 al tomar la posición firme de que debíamos de asistir a las elecciones de la AN, cuando tuvimos que esperar años para entender que era la posición correcta. El inicio de su actual periodo en nuestra Asamblea Nacional, por ejemplo, con propuestas de leyes para otorgar la propiedad a los beneficiarios de la Gran Misión Vivienda Venezuela -pues eso es precisamente la justicia en la que cree-, el asignarle y reivindicar a nuestros Pensionados a través de la Ley de Bono de Alimentación y Medicinas, la Ley para la Descentralización, la Ley de Producción Nacional para reactivar nuestro aparato productivo y que nuestros campos produzcan lo que los venezolanos consuman.
Su sensibilidad por acompañar a nuestra gente, llevando las sesiones de la Asamblea Nacional a los barrios, generando propuestas e iniciativas que puedan impulsar el progreso familiar. La defensa por la dignidad de cada ciudadano ha sido un impulso personal para Julio, quien es precisamente un hombre familiar que ama esta tierra que lo vio nacer.
La gira que emprendió en 2017 por los países democráticos del mundo evidenciando la ruptura del orden constitucional. Tras esta gira –ahí el gran dolor de este régimen contra Julio- derivan las primeras sanciones que han desenmascarado a Nicolás Maduro y su combo como una dictadura a nivel internacional.
Julio no ha tenido miedo de tomar posturas impopulares en los momentos más cruciales para la lucha que estamos librando por recuperar nuestra libertad y la tan anhelada calidad de vida. No ha huido por la tangente o tomado el camino más fácil del populismo mediocre. Julio ha sido coherente.
Hay algo que nunca podrá perdonarle ni Maduro, ni Diosdado, ni Jorge, ni Tibisay, ni los colaboracionistas pseudo opositores y todo su combo, Julio no firmó un acuerdo para legitimar a esta dictadura. Julio está firme en sus convicciones, en la defensa de los derechos y los intereses de todos los venezolanos. Los esfuerzos por unificar a todos los factores en nuestra lucha por parte de Borges han sido titánicos, aunque contrariamente sea vituperado por esto, yo, al igual que muchos, le agradezco cada uno de ellos.
No sé si Venezuela sabrá reconocer el esfuerzo y el trabajo de tantos líderes Políticos como Julio, pero yo, si reconozco y agradezco su trabajo y sus sacrificios. Pues, aunque en las pantallas de nuestros teléfonos inteligentes veamos una figura pública siendo atacada en las redes por laboratorios y guerreros de teclado, detrás de ese dirigente existen inmensos sacrificios a los que estamos dispuestos a pasar por nuestra vocación de servicio.
Cuando nuestra ciudadanía madure y asuma que el mejor político no es el más populista, si no el mejor preparado, que un líder no es el que te lleva por el camino más fácil si no por el correcto, es cuándo tendremos la dirigencia política que nuestro ciudadano merece. Más dirigentes como Julio Borges necesitamos en nuestro país. Nuestro compromiso, debe ser no cometer de nuevo el error de entregar nuestro país a irresponsables populistas. Saldremos adelante.
Dirigente político