Boyer (y no Charles, por cierto), por Simón Boccanegra
El gobierno colombiano dio quince días de plazo al «teniente» Boyer para que abandone aquel país. Según el cable, las investigaciones realizadas por las autoridades del vecino país permitieron establecer que el susodicho no es teniente retirado ni piloto. El Ministerio de Relaciones Exteriores colombiano encontró tales incongruencias y contradicciones en las declaraciones de Boyer que éstas pierden toda credibilidad.
¿Era tan difícil percibirlas aquí? ¿Cómo queda un diario al que se le ocurrió tomar en serio, nada menos que desde un editorial, a un sujeto que, a todas luces, si no está pagado para decir lo que dijo, es un mitómano o un desquiciado mental, buscador de notoriedad? ¿El antichavismo vale como coartada para estas metidas de pata? ¿No fue suficiente con las patochadas de Eucaris Rodríguez y del “superagente” Rosabal? ¿No es obvio a quién beneficia darle bomba a una mentira de patas tan cortas? El Espectador, de Colombia, ha reconocido que fue engañado y ha pedido excusas a sus lectores. Quienes aquí se hicieron eco de esa mamarrachada y la desplegaron tanto o más que el semanario colombiano ¿no van a decir nada?