Brainstorming virtual: nada que envidiarle al presencial, por David Somoza Mosquera
Twitter: @DavidParedes861
El brainstorming rara vez tiene detractores. Todo lo contrario, suele ser una práctica alabada porque permite a las empresas mejorar sus procesos y ser más innovadoras. Claro, siempre y cuando este método sea bien ejecutado. De no ser así, los resultados no serán los deseados. Sin embargo, eso no invalida el hecho de que una lluvia de ideas es una excelente manera de explorar, precisamente, nuevas ideas.
El término fue utilizado por primera vez por el publicista estadounidense Alex Osborn, quien logró demostrar que a través de esta técnica se obtienen mejores resultados porque aumenta la creatividad entre los involucrados, por ejemplo, en un proyecto y, además, se fomenta un entorno colaborativo.
No obstante, el brainstorming tampoco pudo escapar de los efectos de la pandemia y vemos cómo esto obligó a los equipos de trabajo a ‘improvisar’ también en esta área.
“Los líderes de todos los niveles utilizan esta estrategia para promover la innovación. Pero en los últimos dos años, a medida que el trabajo se ha trasladado a distancia, muchos gerentes han intentado replicar virtualmente esta experiencia en persona, utilizando métodos tradicionales de brainstorming a pesar de la falta de evidencia de que produzcan resultados valiosos”, se señala en el artículo “Why Virtual Brainstorming is Better for Innovation”, publicado a principios de febrero en Harvard Business Review.
Por eso es imposible no preguntarse si hay una forma de generar ideas de manera efectiva mientras se trabaja en un entorno remoto o híbrido, que es la modalidad que ha ido ganando más terreno en el mundo empresarial-laboral.
De acuerdo con la publicación, la respuesta es sí y se basa en un estudio para argumentar que esto sea de esa manera. “Una amplia investigación muestra que, cuando se trata de innovación, los equipos híbridos y remotos pueden superar a los equipos en persona al adoptar las mejores prácticas en torno a la comunicación y colaboración digital”, sostiene el artículo.
Ahora, uno de los errores en los que están incurriendo algunos líderes empresariales, tanto noveles como veteranos, es aplicar el esquema tradicional o tratarlo de adaptar al teletrabajo o al modelo híbrido, cuando hay que dar paso a nuevas prácticas. Es hora de admitir –como indica Harvard Business Review– que “las sesiones de lluvia de ideas tradicionales necesitan una revisión seria”.
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Estudios recientes han demostrado que, si bien el brainstorming tradicional es una gran herramienta para desarrollar la alineación y la colaboración del equipo, es mucho menos exitosa para generar innovación. «Peor aún, cuando tratamos de recrear una sesión de lluvia de ideas tradicional en el ámbito virtual, perdemos toda la energía positiva y los beneficios de estar en persona, y conservamos todas las desventajas», se indica en el artículo.
Pero el propósito no es desalentar esta práctica, sino sacarle más provecho. Al respecto, Harvard Business Review se refirió a un estudio en el que se compararon los grupos de lluvia de ideas virtuales con los grupos presenciales y se llegó a la conclusión de que los grupos en persona disfrutaban más el proceso de lluvia de ideas y se divertían más haciéndolo.
En contraste, los grupos virtuales generaron más ideas, que es, por supuesto, el objetivo final del brainstorming.
Otra investigación, según el artículo, respaldó ese hallazgo, al afirmar que cuanto más grande es el grupo en persona, menos ideas novedosas hay por persona; mientras que los entornos virtuales brindan una mejor experiencia para los miembros del grupo en su conjunto, “equilibrando las preferencias de introvertidos y extrovertidos, optimistas y pesimistas y miembros de estatus inferior y superior”, lo cual no sucede cuando es presencial. En esos casos unos participantes se imponen sobre otros.
Visto lo anterior, los estudios están demostrado que el brainstorming virtual puede resultar más efectivo que el presencial, pero eso no quiere decir que tiene una carta en blanco. Está bajo escrutinio y debe demostrar que genera resultados, para ello la sesión de lluvia de ideas ha de ser exitosa y hay tres pasos que pudieran garantizarlo: elegir una herramienta de colaboración que funcione para el equipo y generar y organizar las ideas y evaluarlas, para lo cual se requiere que los participantes pueden comentar, calificar o votar por sus propuestas favoritas.
De manera que el brainstorming virtual no tiene absolutamente nada que envidiarle al tradicional.
David Somoza es especialista en temas de negocios y manejo de capital humano.
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