Brasil afirma que decisión sobre embajador demuestra que «Maduro es autoritario»
Brasil aplicará «las medidas de reciprocidad correspondientes» si se confirma la declaración de persona non grata a Ruy Pereira
El gobierno brasileño dijo este sábado que de confirmarse la decisión de declarar como non grato a su embajador en Venezuela, Ruy Pereira, aplicará «las medidas de reciprocidad correspondientes», al tiempo que criticó el «carácter autoritario» del gobierno de Nicolás Maduro.
«En caso de confirmarse, esa decisión demuestra, una vez más, el carácter autoritario de la administración de Nicolás Maduro y su falta de disposición para cualquier tipo de diálogo», señaló la Cancillería brasileña en un comunicado.
«Brasil aplicará las medidas de reciprocidad correspondientes», agregó la nota de la Cancillería brasileña.
Rodríguez declaró hoy a medios de comunicación que la decisión contra el diplomático brasileño se mantendrá «hasta que se restituya el hilo constitucional que el gobierno de facto vulneró» en Brasil.
El gobierno de Nicolás Maduro considera que la destitución de la hoy ex presidenta Dilma Rousseff, apartada el año pasado de su cargo por el Congreso por supuestas irregularidades en el manejo de los presupuestos, fue un «golpe de Estado».
Por su parte, el Ejecutivo de Temer, quien antes de llegar al poder era vicepresidente de Rousseff, siempre ha mantenido una línea dura contra la Administración de Maduro, a diferencia de la propia Rousseff y del antecesor de esta, Luiz Inácio Lula da Silva.
Esas críticas se hicieron públicas nuevamente el pasado jueves, cuando la Cancillería brasileña emitió un comunicado condenando una de las últimas decisiones de la Asamblea Constituyente, la referida a la supresión de las alcaldías metropolitanas de Caracas y el Alto Apure, las cuales estaban en manos de la oposición.
«El gobierno brasileño repudia el continuado acoso del régimen de Nicolás Maduro a la oposición venezolana con la arbitraria disolución de los gobiernos municipales de Caracas y Alto Apure y la imposición de exigencias que comprometen la participación de importantes partidos de la oposición en el proceso electoral», recogía el escrito.
En opinión del Ministerio de Relaciones Exteriores brasileño, esas medidas «desmienten el anunciado interés del gobierno venezolano en buscar una solución negociada y duradera para la crisis».
Además, Brasil instó al gobierno de Maduro a reconocer «la gravedad del cuadro humanitario» y a autorizar ayuda internacional para hacer frente «a las carencias que afligen a la sociedad venezolana», sobre todo «en materia de salud y alimentación».
Esta semana, Brasil también acogió la 51 Cumbre del Mercosur, del que Venezuela fue suspendido en agosto pasado por los cuatro países fundadores del bloque, Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, por lo que consideraron una «ruptura institucional».
En esa reunión, Temer, el presidente de Argentina, Mauricio Macri, y el mandatario paraguayo, Horacio Cartes, ratificaron que la crisis en la nación petrolera se mantiene, que aún existen «presos políticos» y que la democracia está lejos de ser plenamente restaurada.
Solo salió en su defensa el gobernante boliviano, Evo Morales, con voz pero sin voto en la Cumbre del Mercosur, quien pidió que Venezuela sea reincorporada.
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