Brasil mantiene cautela frente a la escalada de tensión entre EEUU y Venezuela

Brasil observa los acontecimientos entre EEUU y Venezuela sin intervenir y califica la situación como una «pelea de vecinos», que espera se supere pronto; mientras que la especialista en política externa de Venezuela Stephanie Braun señala la ausencia de mecanismos regionales capaces de frenar un posible conflicto
Brasil fijó posición de preocupación y rechazo al despliegue de Estados Unidos en el Caribe. Luiz Inácio Lula da Silva, presidente brasileño, afirma que la presencia militar estadounidense es un «factor de tensión incompatible con la vocación pacífica de esta región» y alerta que el combate al crimen organizado no debe hacerse con medidas unilaterales ni acciones militares.
El asesor especial para Asuntos Internacionales de la Presidencia de Brasil, Celso Amorim, recuerda que, para su país, el principio de no intervención es un pilar de la política exterior; pero también advierte que la presencia de buques de guerra estadounidenses cerca de Venezuela puede generar una escalada regional.
En esa misma línea, la especialista en política externa de Venezuela Stephanie Braun explica a TalCual que «Brasil ha adoptado una postura de cautela, buscando monitorear y observar el desarrollo de los acontecimientos, sin actuar de inmediato como mediador». Añade que esta nación entiende las acciones de la administración de Donald Trump, que afirma son para luchar contra el narcotráfico que sale desde el sur a Norteamérica, más como una forma de presión política que «como acciones legitimadas por la realidad».
Pese a que Brasil no reconoce a Nicolás Maduro como presidente electo en los comicios del año pasado, por no haber mostrado los resultados verificables, estos países mantienen lo que Lula califica como una «relación de Estado» con Caracas, pues existen criterios geopolíticos y humanos: unos 20.000 brasileños viven en Venezuela y carca de medio millón de venezolanos residen en Brasil bajo condición de refugiados.
«Pelea entre vecinos»
El ministro para la Defensa de Brasil, José Múcio, asegura que siguen de cerca la situación entre EEUU y Venezuela y dijo que mantienen operaciones constantes en la frontera para evitar que la región se convierta en «una trinchera». Sin embargo, enfatiza que Brasil no tomará partido en ese conflicto y detalla que la presencia militar en la frontera tiene como objetivo preservar la soberanía y evitar que la nación se involucre en disputas externas.
Múcio compara la situación entre Trump y Maduro como «una pelea de vecinos» y espera que la situación se resuelva y supere pronto.
Braun subraya que la cercanía geográfica de Brasil con Venezuela hace que el país vea un riesgo directo ante cualquier escalada de tensiones militares, «que podría impactar el territorio brasileño, lo cual no sería favorable», dice, y expone que más allá de la preocupación por la defensa y la seguridad nacional, «un posible conflicto armado podría generar consecuencias económicas y migratorias para Brasil».
Pero la también doctoranda en Relaciones Internacionales en Universidad del Estado de Río de Janeiro (UERJ) adelanta que, «probablemente», en caso de que el conflicto entre EEUU y Venezuela escale a mayor, «Brasil buscaría frenar la escalada de tensiones y procuraría mediar a nivel bilateral, regional y multilateral, con el objetivo de deponer las armas y poner fin a esa eventual guerra armada».
Igualmente, Stephanie Braun sostiene que de darse una intervención militar por parte de EEUU en Venezuela, la administración de Lula da Silva mantendría una postura más neutral; ya que actualmente no tiene relaciones estrechas ni con Maduro ni con Trump. «Esto sería positivo para el gobierno de Lula, en la medida en que ayudaría a evitar acusaciones de favorecimiento al gobierno de Maduro de narcoterrorismo», asegura.
Sin frenos para escalada de tensión
El Ejército de Estados Unidos ha desplegado en el Caribe al menos ocho buques de guerra, varios aviones de vigilancia P-8 de la Armada, un submarino de ataque y, recientemente, envió a Puerto Rico varios aviones de combate F-35. Trump afirma que este operativo busca acabar con el narcotráfico.
Esta misma semana, la administración de Donald Trump notificó que ha aniquilado tres «narcolanchas» en el Caribe que asegura salieron de Venezuela; sin embargo, solo presentó como «pruebas» videos de dos ataques; del otro se desconocen detalles básicos como el día en que ocurrió, dónde y cuántas personas iban en la embarcación.
*Lea también: EEUU reportó tres ataques contra «narcolanchas»: solo en dos casos presentó «pruebas»
Nicolás Maduro advirtió que responderá a cualquier acción militar estadounidense con una «lucha armada» y dijo que la concentración naval que EEUU mantiene en el Caribe es «la más grande amenaza que se haya visto en nuestro continente en los últimos 100 años», con «1.200 misiles» apuntando a Venezuela.
Cuando —en días pasados— se le consultó al mandatario estadounidense sobre una posible escalada que pudiera enviar ataques al territorio continental, no hubo negaciones y dijo: «Mire, Venezuela nos está enviando a sus pandilleros, a sus narcotraficantes y drogas; no es aceptable».
En referencia a este escenario hipotético, en el que las tensiones entre ambos países puedan transformarse en un conflicto más amplio, Stephanie Braun explica que «lamentablemente no existen mecanismos regionales que puedan frenar una incursión militar de Estados Unidos en Venezuela» y admite que «la situación sería complicada».
Por otro lado, considera que «a través de la mediación de otros actores regionales como Brasil, Colombia y México, mecanismos como la OEA (Organización de los Estados Americanos) o la Celac (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños) podrían servir como plataformas para repudiar las acciones, buscando así promover cierto grado de influencia positiva en dicho conflicto armado, en caso de que llegara a materializarse».
*El periodismo en Venezuela se ejerce en un entorno hostil para la prensa con decenas de instrumentos jurídicos dispuestos para el castigo de la palabra, especialmente las leyes «contra el odio», «contra el fascismo» y «contra el bloqueo». Este contenido fue escrito tomando en consideración las amenazas y límites que, en consecuencia, se han impuesto a la divulgación de informaciones desde dentro del país.