Bueno es culantro…, por Simón Boccanegra

La paranoia nacional está alcanzando extremos lindantes con la estupidez. Si el fiscal de la República dice que los militares sí pueden firmar solicitudes de revocatorios, que es lo que desde un punto de vista estrictamente constitucional debe decir, enseguida se comenta que eso es una trampa, para que vayan a firmar y luego expulsarlos de la FAN. Si el CNE anula las solicitudes de revocatorios para gobernaciones y alcaldías, por la logiquísima razón de que resultarían absurdos apenas a dos meses de las elecciones regionales y municipales, entonces se riega la especie de que lo hizo obedeciendo al gobierno. Los mismos que dicen que Chávez está caído, que no hace otra cosa que sobrevivir, le atribuyen, sin embargo, poderes tales como para mantener en un puño a todas las instituciones del Estado. Nada se movería, nada pasaría si no lo autoriza su suprema voluntad. Tal vez eso explica porque hay tanta gente escéptica en relación con el RR. Los llamados a darle confianza son los primeros en sembrar dudas, los primeros en alimentar la incredulidad.
Cada vez que se quita una piedra del camino gritan «trampa». Son incapaces de pensar que puedan haber ganado una. Después no se quejen si la gente decide que no vale la pena firmar porque eso también, a lo mejor, es una trampa.