Bukele busca la reelección respaldado por un abrumador 90% de popularidad
Los salvadoreños acuden este domingo a las urnas en unos comicios en los que el saliente presidente Bukele es el favorito. Muy seguro de su reelección, el presidente más popular de América Latina, según una encuesta regional, ni siquiera ha pedido el voto para él. La diputada Claudia Ortiz, líder de la oposición a Bukele, explicó a nuestro enviado especial, Carlos Herranz, por qué lo que está pasando hoy en ese país es ‘grave’.
Texto: RFI con AFP
Bukele, expublicista de 42 años, tiene casi garantizado un segundo mandato de cinco años, con una abrumadora popularidad del 90% y sin adversarios de peso, y podría incluso aniquilar a la oposición en el nuevo Congreso de 60 escaños, que ya controla cómodamente.
En una votación que se realiza bajo estado de excepción por primera vez desde que acabó la guerra civil en 1992, unos 6,2 millones de salvadoreños están llamados a sufragar desde las 07:00 am hasta las 5:00 pm (hora local), y 740.000 de ellos están en el exterior.
Aliviados con la tranquilidad que llegó a sus barrios antes tomados por las pandillas Mara Salvatrucha y Barrio 18, los salvadoreños aplauden la política de «mano de hierro» de Bukele, aún a costa de algunas libertades.
«Yo tenía que pagar ‘renta’ (extorsión), me dijeron que iban a matar a mi esposa y a mi mamá. Llegaron con pistolas a mi trabajo. Ahora todo ha mejorado», afirmó a la AFP Nelson García, de 39 años, quien tiene una venta de comidas en la capital.
Tras un sangriento fin de semana de 87 muertos, Bukele impuso en marzo de 2022 un estado de excepción que suma casi 76.000 detenidos y redujo a mínimos históricos los asesinatos, oficialmente 2,4 por cada 100.000 habitantes en 2023, en el que antes fue el país con mayor violencia criminal del mundo.
Pero organizaciones como Amnistía Internacional y Human Rights Watch denuncian arrestos arbitrarios, torturas y muertes en prisión. Unos 7.000 inocentes fueron liberados, pero muchos siguen en la cárcel sin debido proceso ni poder comunicarse con sus familiares.
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«Lo que es muy grave, y que ha sucedido, es que una persona que entra al sistema penitenciario desaparezca dentro de ese sistema penitenciario y que nadie sepa qué ha pasado con ella, ni dónde está», dice la diputada opositora Claudia Ortiz, del partido Vamos, a nuestro enviado especial a las elecciones salvadoreñas Carlos Herranz.
«Existen resoluciones judiciales que incluso ordenan la liberación de una persona porque se ha demostrado su inocencia y, a pesar de la orden judicial, esa persona no es liberada. Esto es grave porque va más allá de simplemente decir »estamos luchando por la seguridad’. Sí, de acuerdo, luchemos por la seguridad, vayamos en contra del crimen organizado, que les caiga todo el peso de la ley a los criminales, pero cuando ya pasamos a esta otra situación, te preguntas si el objetivo del régimen de excepción va más allá de una lucha contra el crimen organizado y más bien es un instrumento de control», agrega Ortiz, líder de la oposición a Bukele.
El presidente saliente salvadoreño, de ascendencia palestina y quien se burla de sus críticos que le llaman «dictador», controla, además del parlamento, la justicia, la fiscalía y el resto del aparato estatal.
Magistrados renovados por ese Congreso interpretaron la Constitución a su favor y, pese a estar prohibida la reelección, le permitieron postular para un segundo mandado, por lo que analistas y opositores aseguran que su candidatura es inconstitucional.
La oposición está hecha pedazos. Sus cinco candidatos apenas aparecen en las encuestas, incluidos los del izquierdista Frente Farabundo Martí (FMLN, izquierda), Manuel Flores, y de la derechista Alianza Republicana Nacionalista (Arena), Joel Sánchez.
Avivando el miedo a que vuelvan las pandillas, Bukele pidió votar por su partido Nuevas Ideas y no perder uno solo de los 56 escaños que tiene en la legislatura saliente de 84 diputados, para no poner en «riesgo la guerra contra las pandillas».