Caída del petróleo se suma a los factores que afectarán a Venezuela tras crisis política
Baja el precio del petróleo y la producción de Pdvsa no llegó al millón de barriles diarios, esto aunado a un posible retorno de sanciones de EEUU y la permanencia de la crisis política en Venezuela, terminará impactando a la economía que intentaba salir a flote
«La política y la economía van de la mano», dice la frase que tanto mencionan muchos analistas. Actualmente, Venezuela se encuentra sumergida en una crisis política debido a las dudas que generan los resultados oficiales de las elecciones presidenciales del pasado 28 de julio; y esta situación inevitablemente afecta e impactará el desarrollo de la economía o por lo menos detener los pocos avances en esta materia.
«La incertidumbre también suele ser mala consejera», es otra frase que en estos momentos le calza al país. Y es que todo parece indicar que el regreso a una estabilidad política e institucional tomará tiempo. Mientras esto ocurre, las inversiones se paralizan, los comercios y las industrias operan a media máquina, el gobierno reduce el gasto y los salarios se estancan.
Muchas medidas se tomaron en los días posteriores a la contienda electoral. El gobernante Nicolás Maduro decidió romper relaciones diplomáticas con siete países: Argentina, Chile, Costa Rica, Panamá, Perú, República Dominicana y Uruguay. Suspendió igualmente las operaciones aéreas comerciales con Panamá, Perú, República Dominicana, lo que dejó a cientos de pasajeros sumidos en el desasosiego e intentando ver cómo volver o salir del país.
Aunque aún se sopesa qué tanto afectará en la economía «los acontecimiento en pleno desarrollo», ya hay variables que preocupan, entre ellas, el mercado petrolero, la falta de inversión nacional e internacional y la falta de financiamiento externo.
El panorama para la economía venezolana es poco alentadora. La posibilidad de nuevas sanciones por parte del gobierno de Estados Unidos empeorará la situación. Y más en estos momentos en el cual los precios internacionales del barril de petróleo han caído en el último año, lo que impacta en los ingresos en divisas del país.
Petróleos de Venezuela (Pdvsa) no pudo llegar a su meta de lograr una producción de 1 millón de barriles diarios (b/d). En su reporte a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), Pdvsa dijo que el volumen en junio fue de 922 mil b/d, mientras que las fuentes secundarias recalcaron que el bombeo fue de 851 mil.
A la cifra dada por la OPEP hay que hacerle un reajuste hacia abajo que corresponde a 54 mil b/d de diluyentes importados para extraer y refinar el petroleo pesado, por lo que la producción neta queda en 797 mil b/d, recalcó el economista Rafael Quiroz.
«Pdvsa hace esfuerzos en sus alianzas con Chevron, Repsol, Eni y Maurel & Prom y ha logrado un ligero aumento de crecimiento lento pero sostenido de 32 mil b/d con respecto a enero; por lo que las exportaciones se han mantenido estables alrededor de 676 mil y un consumo interno de 175 mil b/d, lo cual es insuficiente para atender la demanda del mercado interno de combustibles que se requiere», dijo.
Entre tanto, la cotización del crudo Merey 16 es hoy menor a su precio de hace dos años. De acuerdo al informe OPEP, el barril venezolano pasó de $84,72 en 2022 a $69,23 en 2024, es decir, una diferencia de 15,49 dólares.
El dato reciente de Focus Economy destaca que las exportaciones totales de Venezuela cerrarían el año en $19.600 millones, sin embargo, esto variará hacia la baja en caso de más sanciones y si continúa cayendo el precio del crudo. A su vez, se verán afectadas las ventas externas del sector privado no petrolero y en consecuencia habrá una caída en los recursos del Estado, que también se verá imposibilitado de obtener financiamiento externo.
Un informe de coyuntura de la consultora Ecoanalítica destaca que a la probabilidad de que Maduro se quede en el poder, pero no reconocido internacionalmente, se produzca un escenario en el cual siga sin ser avalado por organismos financieros multilaterales, como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y por ende no entrarían los Derechos Especiales de Giro (DEG) que le corresponden a Venezuela desde el 2019, ni se podría renegociar la deuda pública externa.
«Lo anterior, traería como consecuencia un profundo aislamiento financiero internacional, con una posible reversión de las licencias particulares otorgadas por la OFAC en los últimos 24 meses, incluyendo la licencia petrolera a Chevron, así como la imposición de nuevas sanciones», se destaca en el informe.
Al final, lo que está en riesgo es la posibilidad de una fuerte reducción en el flujo de divisas que ingresan al país, lo que nos lleva al escenario 2017: incremento de la impresión inorgánica de dinero por parte del Banco Central de Venezuela (BCV), perdiéndose la estabilidad lograda en precios. «En este escenario, esperaríamos mayor caída en el precio de los bonos de deuda tanto de Pdvsa como de la República, y fuerte incremento de la inflación y la devaluación», indicó Alejandro Grisanti, socio-editor de Ecoanalítica.
El Fisco nacional, sin embargo, también se ha alimentado de la recaudación tributaria, la cual en 2024, habrá recibido de las empresas y ciudadanos venezolanos el equivalente a casi $13.700 millones entre impuestos nacionales, municipales y contribuciones parafiscales. Casi 14 puntos del PIB (Producto Interno Bruto), según datos de la consultora.
Pero esta recuperación de los ingresos por impuestos es producto de la alta presión tributaria en el país y podría tambalear si la producción nacional se estanca y baja el consumo. Por otra parte, a pesar de ese aumento en la recaudación, se incrementó la restricción del gasto público directo (baja inversión en infraestructura) y el relacionado con los salarios y bonificaciones, al espaciar la frecuencia en la entrega de los bonos en el sistema patria y sin ajustar en el sueldo mínimo y pensiones.
Es posible entonces, que, con una caída de los ingresos públicos y privados en medio de la conflictividad política se olvide la posibilidad de una mejora en materia salarial durante este año.
Inflación y crecimiento en Venezuela
Las autoridades monetarias y financieras ejecutaron una política restrictiva en la economía venezolana que contribuyó a bajar la presión del tipo de cambio y en consecuencia una disminución de los niveles inflacionarios. Sin embargo, de continuar la conflictividad política y social en un entorno de protesta, se verá afectada esta variable de precios al igual que el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB).
Para el economista Luis Arturo Bárcenas, de Ecoanalítica, es posible que para el finales de este año no se logre la meta de 50% de inflación, pero considera que no habrá un incremento significativo o por encima de 70%.
«Habrá que esperar, pero creo que los riesgos están allí. Todo dependerá cómo se enfrenta la Venezuela post electoral, cómo será la reacción de la comunidad internacional y cómo afectará a la disponibilidad de divisas, factor éste importante para mantener estables los precios», indicó en entrevista a Radio 1000 AM, emisora de Paraguay.
Bárcenas no descarta que en este segundo semestre se ejecute un mayor gasto público para contrarrestar los efectos de la conflictividad política, lo que podría generar un impulso en la tasa de cambio y en la inflación. «De todas maneras es muy pronto para conocer cuáles son las estrategias del mismo gobierno de cara a una conflictividad que no parece que cesará dentro de poco».
Las elecciones presidenciales venezolanas, lejos de ser un punto de inflexión hacia la estabilidad, han profundizado la crisis. De mantenerse la dinámica política actual, el país se aleja de una recuperación económica sostenida, indica un reporte de Typing Business.
Destacó que tras un primer semestre con un aumento moderado del consumo, los primeros datos poselectorales reflejaron una dinámica comercial paralizada. «Si bien esperamos que se vaya recuperando gradualmente -para lo cual deben prepararse los negocios-, parece complicado esperar un crecimiento para cierre de año cercano al 5%».
Por otra parte, recalcan que el desempeño económico seguirá centralizado en sectores como el comercial, sobre todo en la venta de alimentos, salud y cuidado personal; «bienes esenciales en una economía en la que no hay cambios estructurales como la masificación del crédito bancario y la llegada masiva de inversiones que pudieran apoyar un fuerte crecimiento de la manufactura o la construcción, sectores intensivos en contratación de personal y cuyo impacto en la actividad económica del país es mayor».
El economista Asdrúbal Oliveros indicó que luego de un primer semestre «bastante lento, débil, enfocado en pocos sectores», la previsión para la segunda parte del año es «de pronóstico reservado» en el sentido de que los indicadores pueden ser negativos.
«En un video anterior de mi cuenta en Instagram hablé de la posibilidad que tras las elecciones, el conflicto político se mantenga y que esto alteraría la dinámica. Y creo que hoy estamos allí. Los indicadores tempranos que estamos viendo de actividad económica, a nivel de ventas es una caída muy fuerte, niveles ligeros de devaluación y muchísima incertidumbre en las empresas», dijo.
Focus Economics, por su parte, estimó en su reciente reporte un crecimiento económico de 4,5% al cierre del año, así como una inflación de 75,7% y una tasa de cambio paralelo de 49,42 bolívares por dólar. Esta empresa especializada en análisis macroeconómico ajustó sus variables de principios de 2024, por lo que muy posiblemente lo vuelva a hacer tras medir el impacto de la crisis política. Quizás las nuevas proyecciones confirmen que la economía siguió al ritmo de la política.
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