Cambio en el bullpen: sale Julio Montes, por Simón Boccanegra
Este minicronista no sabe si renunció o lo renunciaron, pero lo cierto es que Julio Montes dejó el cargo de ministro de Vivienda y Hábitat. Apenas dos semanas después de que Yo El Supremo hablara de su gabinete como de un dream team, que no pensaba cambiar nunca, se produce la salida anunciada de Montes. Estaba cantada. El nuevo ministro, Luis Figueroa, es el hombre que tapó el hueco de la Autopista Regional del Centro en las dos semanas prometidas, lo cual, en medio del océano de inútiles que pueblan la fronda burocrática de este gobierno, no deja de constituir una isla de rara eficiencia. De paso, Chávez mató dos pájaros de un tiro: encontró, tal vez, un funcionario capaz y se lo quitó a Diosdado. El punto es que mientras Chávez no abandone los prejuicios ideológicos y no acepte que avanzar en un buen programa de construcción masiva de viviendas requiere apoyarse en la capacidad instalada de la industria privada de la construcción, Figueroa, el nuevo titular del ministerio, tampoco podrá hacer mucho. El Estado solo no puede con esa carga, ya está más que demostrado.