Caraqueños aspiran a que sus bolsillos mejoren en 2022 aunque datos no son alentadores
La activación económica y comercial que se vio en las calles y avenidas de Caracas las últimas semanas de 2021 reavivó la fe de muchas personas en la economía país. Apuestan por un 2022 lleno de oportunidades y progreso. Para los más escépticos, las expectativas permanecen en pausa, mientras esperan ver cómo se desarrolla el primer trimestre del año, marcado por el fin de la hiperinflación
Fotos: Lucía Ramírez
El 2021 cerró con mejor reputación económica que su antecesor pandémico (2020), tras una aparente mejoría en diversos sectores comerciales, mayor liquidez monetaria en las calles (gracias a la dolarización informal), la tendencia estable del precio de la divisa las últimas semanas del año y el augurio del posible fin de la hiperinflación, que ha saqueado el bolsillo de los ciudadanos por más de cuatro años.
Este año 2022 podría ser, aspiran algunos, un año de oportunidades, emprendimiento y éxito. Para otros aún es pronto para el vaticinio y prefieren esperar «a ver cómo se dan las cosas». No obstante, mucha gente cree que la supuesta mejoría de la economía no es más que un espejismo que desaparecerá con la primera subida del dólar.
«El año pasado fue mejor que el anterior. Se veía más fluidez de dinero y muchos emprendimientos, como ventas de tortas, maquillaje, barbería, peluquería, arreglo de uñas. Eso significa que la economía está mejorando», comenta Ada Gómez, comerciante informal en Chacaíto. Destaca que este año hay muchos jóvenes que han regresado al país con la disposición de trabajar.
Para Anderson Álvarez, vendedor de Sabana Grande, «hablar de economía en bolívares es obsoleto». Asegura que el año pasado fue mejor porque había dólares y aclara que para 2022 no espera una dolarización oficial, pero sí que el pago a empleados públicos se ajuste a la realidad económica del país. Por ahora no hay planes oficiales para ello.
Por su parte, Jhondry Reina, de 24 años y vendedor de tostones en Petare, cree que 2021 estuvo mejor que el anterior y apuesta a que este año pueda aplicar todo lo aprendido en supervivencia económica por la crisis y con pandemia.
«Comencé vendiendo chupetas y caramelos, ahora vendo tostones. Mi meta es seguir creciendo y avanzando. También juntar un capital para ayudar a personas que no se han levantado, porque no todos pueden solos». Jhondry enfatiza que para una verdadera mejoría económica es necesario que el Gobierno brinde apoyo financiero a los ciudadanos.
*Lea también: «Vengo de hacer mercado, Venezuela aún no se arregló»
Mucho ruido y pocas nueces en la economía
«Para mí, la economía del 2021 fue baja, no tuve ningún tipo de ganancias. Todo lo que recibía por ingreso era mínimo para el gasto que generaba», relata Lisbeth Wuyke, comerciante de El Paraíso. Asegura que de la última inversión que hizo en diciembre no recuperó ni la mitad. «Las personas preguntaban y nunca compraban nada, decían que iban a esperar a recibir un dinero y cuando lo recibían se iba todo en comida».
Por ello, sus expectativas económicas para el 2022 no son las mejores y enfatiza que «mientras el Gobierno no se ponga de acuerdo con el sector privado, nada va a cambiar».
El economista Gustavo Machado dijo a Radio Fe y Alegría que habrá mejoras en 2022 que se «sentirán a nivel macroeconómico», pero no serán visibles en el bolsillo del venezolano.
«El ciudadano común va a observar a muchos economistas hablando de un mejor desempeño económico, pero no va a percibir esa mejora en su cotidianidad». El experto ratifica que la hiperinflación terminará este año, pero «el costo de los bienes y servicios no va a dejar de subir», porque el dato aún será elevado aunque no tanto como en años anteriores.
El Banco Central de Venezuela (BCV) anunció que el país está próximo a salir del proceso de hiperinflación en el que ha permanecido desde hace cuatro años. Durante ese periodo, la hiperinflación fue el principal de una larga lista de problemas que enfrentaba la economía del país, al punto de que pasará a la historia como uno de los procesos más pronunciados y extensos de este tipo de fenómenos en la sociedad moderna.
El reporte del BCV indica que 2021 finalizó con una inflación acumulada de 686,4%, la primera vez en tres años que la tasa es de tres dígitos. El resultado de 2020 fue de 2.960%, de acuerdo con las propias cifras del organismo.
*Lea también: Hiperinflación venezolana llega a su episodio final. ¿Hay motivos para celebrar?
¿Sin hiperinflación mejora el bolsillo?
Según especialistas en el área, aunque la noticia parece alentadora, la realidad es menos optimista pues el país seguirá teniendo la tasa de inflación más alta del mundo impactando el costo de la vida incluso en dólares. Los verdes seguirán perdiendo valor de compra y la falta de producción nacional hará que los productos sigan caros.
Asdrúbal Oliveros, director de la consultora Ecoanalítica, indicó que los precios en divisas tuvieron un repunte importante en 2021, puesto que lo que costaba 100 dólares en diciembre de 2018, ahora su precio es de 330 dólares. Por lo que prevé que esta tendencia continuará en 2022.
Explicó que los costos en dólares para las empresas también están subiendo, por lo que los precios de los bienes al consumidor deben situarse por encima de esos costos para no tener problemas de margen y rentabilidad.
«Pasamos de un problema o otro. Ya el problema no es la velocidad en el aumento de los precios cada mes, esto ya no lo vamos a seguir observando. Ahora es cómo enfrentamos ese alza en el costo de la vida en dólares. Por supuesto esto tiene implicaciones también para los ciudadanos, porque sus ingresos no suben a ese ritmo», apuntó.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) presentó nuevas estimaciones de crecimiento económico, con cifras que calculan el rendimiento de las economías de los países latinoamericanos y caribeños durante 2021 y estiman su desempeño hasta 2022.
Para Venezuela, las proyecciones asoman una noticia positiva, puesto que se espera un crecimiento de su producto interno bruto (PIB) por primera vez desde 2013. Sin embargo, este impulso es de apenas 1% y se postula como la economía que menos crecerá en una región que se recupera de los abates que produjo la pandemia en los dos últimos años.