Carta abierta a los jóvenes, por Griselda Reyes
Este lunes de carnaval se conmemoró el día de la juventud en Venezuela. Una fecha especialmente simbólica que pasó por debajo de la mesa, más que por el asueto de carnaval, por la ausencia –casi absoluta– de razones que sean inspiración de celebración para la generación de relevo de nuestro país.
Creo, y les escribo con un vocativo directo a ustedes, que son las principales víctimas de este desastroso sistema titulado Socialismo del Siglo XXI. No son los responsables de haberlos llevado al poder, debido a que muchos ni habían nacido cuando arribaron al poder quienes hoy lo ostentan, y les han arrebatado el grueso de las oportunidades en su país.
Soy madre de un adolescente recién estrenado universitario. He visto de primera mano lo duro que es iniciar los estudios superiores en este país. Hoy es una realidad que el grueso de quienes completan el heroico acto de culminar el bachillerato (mientras menor sea el estrato social, más compleja resulta esta misión), no siempre ven la universidad como una meta inmediata.
Son muchas las historias de vidas de venezolanos jóvenes que solo piensan en emigrar o dedicarse a trabajar sin preocuparse por un título universitario. No lo justifico, pues una educación completa siempre será su principal herramienta de vida, pero la realidad los enfrenta con institutos de educación pública casi en cierre técnico.
Frente a esto, muchos optan –más que por la vía del dinero fácil– por la opción que les permita sobrevivir y ayudar a su familia.
La otra forma de «huir hacia adelante» de muchos es la salida –aunque ya parezca trillado– de nuestras fronteras. Son muchos los muchachos que han atravesado el Darién o caminando cientos de kilómetros por Sudamérica procurando opciones de vida más digna.
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La economía ha sido la principal razón que ha execrado a nuestros muchachos del país. Con muchos de ellos con los que he conversado -antes y ahora- se preguntan cómo pueden comprar un carro, una casa, o montar una oficina o un negocio.
Esto a su vez ha alejado a los que aún están en el país, de la realidad política-nacional. Son cerca de 3.5 millones los muchachos que no tienen mayor interés en hacer parte de la cosa pública.
Conociendo bien todas estas realidades, y aunque parezca «comeflor», estas líneas dirigidas al futuro del país, es a que se involucren. El cambio político podría estar en manos de ustedes. La participación política de ustedes podría traer el cambio económico que la mayoría anhelamos, incluso ustedes.
El voto, la participación masiva de jóvenes en una elección presidencial puede cambiar los destinos del país. Pues, es nuestra tierra la que debemos plagar de oportunidades nuevamente entre todos.
Este país, lo afirmo en nombre de muchos, tiene una enorme deuda con los adultos mayores y los jóvenes. La educación debe ser pilar fundamental de cualquier Gobierno que pueda instalarse en Venezuela. Estamos obligados a abrir y repotenciar escuelas, liceos y universidades.
Urge hacer de nuestra educación lo que un día fuimos: De las más competitivas del continente. Necesitamos que así como hoy tenemos médicos, ingenieros y un sinfín de profesiones por el mundo dejando nuestro tricolor en alto, que les demos las mismas oportunidades que aquellos venezolanos tuvieron a quienes están en edad de formación.
Por y para ustedes, debemos volver a ser el país de oportunidades.
Grisela Reyes es empresaria. Miembro verificado de Mujeres Líderes de las Américas.
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