Causa Lgbti venezolana se ha visibilizado y consolidado con mayor fuerza en 2022
Venezuela es uno de los países de la región que aún permanece relegado en materia de derechos Lgbti. No se ha aprobado la unión civil igualitaria, las familias homoparentales están desprotegidas ante la ley y las personas trans no pueden hacer cambio de identidad
Este año la causa Lgbti (lesbianas, gays, bisexuales, trans e intersex) venezolana se ha consolidado con mayor fuerza. Quedó demostrado en la marcha del orgullo, que tuvo lugar en Caracas el domingo 3 de julio, en la que, al unísono, activistas y personas de la comunidad exigieron cambios y respeto al Estado venezolano, que les impide el disfrute de sus derechos, no solo por mantener políticas homofóbicas dentro de las leyes nacionales sino por no adoptar nuevas jurisprudencias que reconozcan sus derechos civiles.
Así lo determinó Richelle Briceño, abogada y defensora de la población Lgbti, quien dijo que la cantidad de personas que llenaron las calles de la capital venezolana demuestra que no son una minoría y que, al igual que el resto de los venezolanos, merecen un trato digno.
«Nicolás Maduiro es uno de los principales intrumentalizadores de la lucha de la población Lgbti en este país. Ha dicho en varios discursos que encargaba a la Asamblea Nacional Contituyente la discusión de temas del matrimonio igualitario. ¿Dónde está ese derecho? No existe. Los hechos no se correlacionan con los discursos. Y esto pasa con la oposición también. En 2015, en su imaginario de estar derrocando el gobierno, nos ignoraron totalmente porque no era la priopridad. Entonces, yo quiero preguntarle, después de ver la concentración del domingo, si realmente no somos prioridad y si la sociedad no considera que lo somos», señaló la jurista durante un foro organizado por TalCual.
Venezuela es uno de los países de la región que aún permanece relegado en materia de derechos Lgbti. No se ha aprobado la unión civil igualitaria, las familias homoparentales están desprotegidas ante la ley y las personas trans no pueden hacer cambio de identidad en los registros públicos debido a que, aunque existe una norma que se lo permite, los funcionarios no la aplican.
Particularmente esto último ha convertido al gobierno venezolano en un exportador de transfobia, pues los migrantes trans, cuando tratan de pedir documentos internos con el nombre y sexo de identificación, se los niegan porque tienen que probar que en su país de orgen no se les reconoce el cambio. La cancillería, al ser consultada al respecto, dice que en la ley está estipulado. Pero, de nuevo, en la prática es letra muerta.
«Nos discriminan por omisión porque no emiten ninguna opinión cuando se solicitan los cambios de nombre ante registros civiles. Igual cuando hubo el proyecto de ley de matrimonio civil igualitario», comentó la activista, a quien, por cierto, el Parlamento chavista le suspendió el derecho de palabra cuando en una sesión iba a hablar sobre el derecho a al identidad de las personas trans en la nación.
Aún queda mucho camino para lograr que la población Lgbti tenga derechos civiles y sea protegida de violencia y crímenes de odio por su orientación sexual. Sin embargo, esa lucha, apuntó Briceño, es ahora mucho más visible y apoyada por representación diplomática en Venezuela, lo cual se ha traducido para ella en un «ganamos».